“Tenía que hacer un viaje de Barcelona a Madrid. Salía por la mañana temprano, así que la tarde de antes estuve buscando por toda la ciudad condal un punto para cargar mi Tesla. Los pocos que había estaban ocupados y decidí ir al centro comercial La Maquinista. Nada de nada. Estuve esperando hasta cuatro horas. Era tarde, y dejé mis esperanzas en que al día siguiente habría alguno libre. No hubo suerte, me quedé tirado sin poder llegar a la capital para trabajar”, relata Sergi Antolin, usuario de un coche eléctrico y product manager de una marca conocida de coches.
No es cuestión de tener suerte o no como si se tratase de un aparcamiento, sino que, como los números indican, no hay suficientes puntos de carga en España. Actualmente, el país cuenta con 16.600 puntos de recarga públicos, según los últimos datos (septiembre) del Barómetro de electromovilidad de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac). Esta cifra se aleja bastante del objetivo de 100.000 cargadores que fijó el Gobierno para este próximo 2023.
¿Cuáles son las dificultades?
Antolin asegura que no sólo le ocurrió el infortunio una vez. “Me ha pasado hasta cuatro veces desde que adquirí el Tesla Model 3 Long Range en octubre pasado”, señala el también experto en movilidad eléctrica. “He sufrido mucho por haber pocos puntos de carga. Suelo ir a cargar a centros comerciales grandes, donde hay bastantes, y, aun así, he estado a punto de quedarme tirado varias veces. De hecho, me he quedado tirado hasta que he podido cargar el coche y me he ido”, asegura.
“He tenido que estar esperando tres horas a que hubiera una plaza libre y luego esperar a que cargue el mío durante cuatro o cinco horas más porque son cargas lentas o semirrápidas de 7,4 y 11 kilovatios. Algunos con suerte cuentan con 22 kilovatios”, se queja este usuario, que además señala que ha tenido la obligación de hacer tiempo por culpa de coches híbridos enchufables que “pueden tirar de gasolina” y ocupan muchas horas. “Me cabrea porque creo que los puntos de carga rápida deberían ser exclusivos para los coches eléctricos”, opina.
¿Por qué hay pocos puntos?
Para Alejandro Pérez, youtuber y experto en coches eléctricos, este problema radica en el ámbito administrativo. “Por supuesto, estos puntos de carga deben estar en la vía pública y deben ser financiados por parte de la administración pública, con ayudas o bien poniendo muy fácil este cambio a vehículos eléctricos con un marco normativo menos complejo”, señala a Consumidor Global.
Hay un 40 % de puntos públicos instalados o en fase de instalación que sigue a la espera de la obtención de licencias o permisos. Para acelerar el despliegue de puntos de recarga, el Gobierno dictó normativas que obligan a su instalación en las gasolineras con más ventas, centros comerciales o edificios de la Administración General del Estado y sociedades dependientes, entre otros.
Cumplir objetivos
El despliegue requiere de una fuerte inversión para las empresas y de una capacidad técnica, instaladoras autorizadas, y una adecuación de normativas, municipal, de prevención y de seguridad, que no se da en estos momentos, según explica Pérez a este medio. Por su parte, desde Anfac informan de que se han marcado el objetivo de llegar a 45.000 puntos este año para cumplir con lo que les exige el Gobierno en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2021-2030 y en los más exigentes objetivos del fit x 55 que prohibirán la venta de vehículos que emitan gases contaminantes a la atmósfera a partir del 1 de enero de 2035.
“Como ves, estamos muy lejos del objetivo. Lo peor es que, según nuestros datos, 8 de cada 10 puntos de carga pública están por debajo de 50 kilovatios de potencia. La mayoría son de 22 kilovatios. Imagina que en este puente saliéramos todos con nuestros coches 100 % eléctricos y que, al llegar al punto de carga, nos encontrásemos con una potencia de 22 kW. Si nuestra batería es de 66 kWh de capacidad y llegamos vacíos, necesitaríamos tres horas para cargar el vehículo por completo”, apunta Félix García, director de comunicación y marketing de la asociación.
Falta de inversión pública
Por ello, Anfac pide que se acelere la puesta en marcha de puntos de recarga de alta potencia. “Hemos propuesto al Gobierno a través de enmiendas que nos introdujo el PDeCat en los Presupuestos Generales del Estado, una dotación de 300 millones euros públicos para elevar el número de puntos de recarga de más de 150 kW. Pero el Gobierno ha vetado la enmienda y no ha salido adelante”, lamenta García que asegura que hacen todo lo posible por cumplir los objetivos.
“El cliente ya dispone de unas 200 variantes de modelos y marcas híbridos enchufables y 100 % eléctricos en el mercado. Pero al igual que pasa con los puntos de recarga, hasta noviembre se han vendido 70.000 turismos electrificados (híbridos enchufables más eléctricos puros) y el objetivo era cerrar este año con 120.000 unidades. Aquí sería bueno que las ayudas del Moves III que clientes y empresas pueden recibir fueran directas y no tributables en el IRPF”, destaca García.
“La gente duda”
“En Alemania, un coche eléctrico tiene una ayuda directa de 10.000 euros y el cliente no tiene que hacer nada. Si el coche vale 45.000 euros, paga 35.000 y listo. Aquí hay que hacer el trámite, que se apruebe el expediente por el IDAE, te ponen en lista de espera, etc. Latoso no, lo siguiente. Vamos que no es un aliciente para la compra de este tipo de vehículos la ayuda pública, si tarda en llegarte 13 meses o más y, además, tienes que tributarla”, finaliza la fuente de Anfac
Sergi Antolin, pese que presume de su Tesla, no puede evitar plantearse si hizo bien o no en adquirirlo debido a las numerosas trabas que encuentra a la hora de cargarlo. “Aunque ahorres más que con un coche de combustión y sea un modelo ecológico, la gente duda y tiene miedo de comprarse un coche eléctrico en España debido a que hay escasos puntos de carga aún. Al contrario que en otros países europeos como Francia y Alemania, donde las carreteras están gobernadas por Teslas como el mío, pero que no se quedan tirados”, finaliza.