Los precios de los alquileres siguen al alza. Cada vez cuesta más encontrar en el bolsillo lo que se debe cada mes, sobre todo, en ciudades como Barcelona, que se posiciona como la capital de provincia más costosa, con un precio por metro cuadrado de 17,77 euros, seguida de Madrid (16,69 euros), según los datos oficiales. Sin embargo, hay un pueblo donde se paga un alquiler de solo 88 céntimos al año. Sí, 0,88 euros anuales.
En un barrio medieval en el corazón de la ciudad alemana de Augsburgo, en Baviera, se encuentra el complejo residencial Fuggerei, el proyecto de vivienda social más antiguo de Europa, donde sus residentes siguen pagando la misma renta desde el siglo XVI. Eso sí, desde la fundación benéfica que lo gestiona señalan a Consumidor Global que allí no vive cualquiera y se debe cumplir una serie de minuciosos requisitos.
Qué es Fuggerei
Fuggerei es el complejo de vivienda social definido por la propia fundación como “una ciudad dentro de una ciudad”. Está compuesta por 67 edificios y 142 residencias, además de una iglesia. “Fue fundado en 1521 --por un acaudalado financiero homónimo– y, aproximadamente, 150 ciudadanos necesitados de Augsburgo de fe católica viven aquí por un alquiler base anual de 88 céntimos y tres oraciones diarias”, explican desde Fuggerei a este medio.
“Fuggerei está financiada por una fundación autónoma e independiente con sus propios activos, que solo pueden ser utilizados para los fines de la fundación”, detallan desde la entidad benéfica. “Otros ingresos provienen de las tarifas de entrada a Fuggerei y, cada vez más importantes, de donaciones y subvenciones”.
“Un modelo anecdótico”
Para Mariona Segú, profesora de Economía en la Universidad Cergy Paris y experta en economía urbana, economía de la vivienda y políticas públicas, este complejo residencial es un caso muy anecdótico y excepcional. “El modelo de vivienda social no está representado por ese caso concreto”, enfatiza. “En general, para la vivienda social no se paga menos de un euro, sino precios que son inferiores al precio del mercado, pero son razonables. En España, el alquiler de una vivienda social es un 40 % inferior”, informa
Segú destaca a este medio que para poder acceder a un piso social también hay unos criterios de legibilidad. “Dependen del salario pero también de la situación familiar, por ejemplo si tienes hijos o no, si eres madre soltera… Luego, para entrar en la vivienda se tiene que esperar bastante tiempo –apunta la experta–. En el caso de Francia pueden ser ocho o diez años y cada año renuevas tu solicitud hasta que te toca”.
Requisitos para vivir en el complejo Fuggerei
Para poder vivir en el complejo residencial Fuggerei también son necesarios unos curiosos requisitos. Aquellos que pretendan pagar ese alquiler de 88 céntimos deberán ser católicos, rezar tres veces al día (un Padrenuestro, un Ave María y un Credo), haber vivido al menos dos años en Augsburgo, tener más de 60 años y haber caído en la indigencia sin deudas. Estas condiciones incluyen también realizar tareas para la comunidad como cuidar el jardín o ayudar en la iglesia.
Pese a las exigencias, vivir en Fuggerei está muy demandado, y la lista de espera es actualmente de unos cuatro años. Por otro lado, la peculiaridad de la villa ha hecho de ella un atractivo turístico, y cada año se estima que recibe unos 200.000 visitantes que pagan alrededor de 4 euros por dar un paseo por las calles que forman el complejo.
¿Quién es la familia Fugger?
A día de hoy, la familia Fugger trabaja por mantener el legado de 20 generaciones desde la fundación del proyecto social hace cinco siglos por Jakob Fugger, apodado el Rico. Fue un comerciante y banquero que dominó las finanzas del Viejo Continente. Subvencionó guerras y reyes, entre ellos la elección del emperador Carlos I de España y V de Alemania.
De marcada fe católica, ordenó y financió la creación de este complejo de vivienda social en su ciudad natal con el objetivo de salvar su alma. Su construcción se finalizó en 1523 y constaba de 42 viviendas sociales con una renta anual de 1 florín renano (al cambio, 0,88 euros) para siempre. Algo que, pese a las diferentes crisis económicas que ha envuelto a Europa, se sigue cumpliendo.