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Probamos Popettes: Bimbo le quita el agujero a los Donettes y los convierte en unas bolas pequeñas
La evolución de las famosas rosquillas de chocolate son una bomba calórica, algo insípidas y mucho más caras que las originales
Una bola de chocolate con una masa tierna en su interior. La descripción de Popettes es fácil y apetecible. Lo que ya no atrae tanto son sus valores nutricionales e ingredientes. Popettes es el nombre con el que ha sido bautizado el nuevo producto de Donettes.
La apuesta del grupo Bimbo ya se comercializa en supermercados y establecimientos de comida. Se anuncia a bombo y platillo por todos los medios, hasta en la televisión. Consumidor Global ha analizado el snack y ¡spoiler! es un ultraprocesado que nada bueno aporta a la salud.
Un copia de Donettes
El diseño de las bolas de chocolate no es otra cosa que una copia de Donettes. Así queda reflejado en el envase. Vienen en una bolsa hermática con los colores clásicos de la marca: amarillo y rojo. Se distingue claramente el nombre de los dos productos.
En la imagen se añaden algunos detalles: "Agujero Donettes, cobertura al cacao y masa de Donettes". Las similitudes también se trasladan al terreno nutricional. Los componentes y valores energéticos de ambos son casi los mismos. Así lo confirma a este medio, Marina Diana, doctora en nutrición.
Grasas saturadas y muy calórico
30 ingredientes componen la receta de Popettes. Está elaborado a base de azúcar y grasas vegetales como el palmiste y la palma. Poniendo el foco en la tabla de valores energéticos, la similitud con Donettes vuelve a palparse. "Las calorías para ambos son muy parecidas. En el caso de Popettes casi 500 y Donettes 457", detalla Marina Diana.
De los 100 gramos que pesa el paquete de Popettes, 19 de ellos son grasas saturadas. Una cifra a la que hay que añadir 20 gramos de azúcares y 0,59 gramos de sal. ¿El resultado? "Un alimento de alta densidad calórica, baja densidad nutricional y además con un coste muy elevado en términos económicos y de salud", argumenta la nutricionista.
Un producto 'bliss point'
El bliss point no es otra cosa que el sabor del producto y la necesidad de volver a él. Así lo define Marina Diana. "Un sabor que nos engancha", subraya. Este efecto es el que explica por qué gustan tanto productos ultraprocesados como Popettes. "Es una explosión de sabores que al final lo que nos proporciona es bienestar y felicidad", matiza.
¿Cómo se consigue? Sencillo. Basta con mezclar ingredientes y nutrientes críticos como la grasa, el azúcar o la sal, tal y como detalla la experta. Esta clase de productos ultraprocesados, a través del bliss point, debilitan la percepción del sabor de los alimentos. "Nos acostumbramos a un umbral tan alto de azúcar, grasa y sal que luego decimos que una pera, una manzana o un tomate no sabe a nada", sostiene la nutricionista.
Más caro que Donettes
Un paquete de 100 gramos como el de Popettes se come fácilmente de una sola ingesta. "Este producto te genera bliss point y es muy fácil que te comas esa bolsa entera y te habrás gastado 2,50 euros", explica Mariana Diana. La experta recuerda que por ese mismo precio, se puede comprar entre seis y ocho plátanos. "En ningún caso te los vas a comer todos los plátanos de una sola vez", explica.
Si se compara el precio de Popettes y Donettes, lo cierto es que el primero sale perdiendo por diferencia. Pese a que los dos pueden costar lo mismo (alrededor de 2,50 euros en los supermercados), las bolas de chocolate salen más caras que las rosquillas. Concretamente, un 56% más caro. ¿Por qué? Básicamente, porque el primero contiene 100 gramos de producto frente a los 152 gramos que suma un paquete de ocho unidades de Donettes.
La experiencia de Consumidor Global
Una vez abierta la bolsa de Popettes, se desprende un olor inconfundible: Donettes. Más de una docena de bolas pequeñas vienen en su interior. Todas están cubiertas de chocolate menos una parte que simula el mítico hueco de las rosquillas.
Cuando se le hinca el diente, el azúcar y las grasas saturadas hacen su efecto. Todos los probadores alaban al ultraprocesado. Sin embargo, no consigue destronar a las rosquillas tradicionales. Los catadores coinciden en que las bolas pequeñas están un poco secas. En cuanto se hace referencia a su precio lo tienen claro: no lo comprarían.
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