El precio de la luz hoy para los clientes de tarifa regulada vinculados al mercado mayorista sube un 185,71 % con respecto a ayer, hasta los 35 euros por megavatio hora (MWh), aunque se mantendrá por debajo de los 10 euros durante 11 horas del día.
Por franjas horarias, el precio máximo, de 96,81 euros/MWh, se registrará entre las 20.00 y 21.00 horas, mientras que el mínimo, de 4,30 euros/MWh, se dará entre las 14.00 y las 16.00 horas, según los datos provisionales del Operador del Mercado Ibérico de Energía (OMIE).
Demanda cubierta por las renovables
El mercado eléctrico establece sus precios por medio de un sistema marginalista, que hace que la última y más cara tecnología que se necesita para cubrir la demanda fije el precio para todas las demás. Sin embargo, las tecnologías de generación denominadas inframarginales -las renovables, la nuclear y la hidroeléctrica- entran en el mercado a precio cero, así que cuando la producción de ellas es suficiente para cubrir todo el consumo previsto la cotización se fija en esos cero euros.
En este caso las últimas borrascas, unido al nuevo temporal de estos días, está haciendo que la demanda -más baja en fin de semana que los días laborables- sea cubierta en su mayor parte por tecnologías renovables, principalmente hidroeléctrica y eólica.
La compensación a las gasistas
En lo que va de octubre, la media del mercado eléctrico se sitúa en los 89,64 euros/MWh, frente a los 125,98 euros/MWh que registró el pool en el mismo mes de 2022.
Al precio medio del pool se sumaría la compensación a las gasistas, que tiene que ser abonada por los consumidores beneficiarios de la medida, los consumidores de la tarifa regulada (PVPC) o los que, a pesar de estar en el mercado libre, tienen una tarifa indexada, pero que se sitúa nuevamente en 0 euros/MWh, situación que se repite desde el pasado 27 de febrero.
Extensión de la excepción ibérica
La denominada excepción ibérica se extendió hasta el próximo 31 de diciembre, tras el acuerdo alcanzado por España y Portugal con la Comisión Europea. Así, se prolongaba siete meses, hasta final de este año, y no se excluía que pudiera prorrogarse más tiempo si dicho marco también se aumentaba.
En concreto, el acuerdo no solamente representaba una extensión de la excepción ibérica que ya se aplicaba, sino que implicaba algunos ajustes para acomodarlo, como la referencia de precios, que hasta entonces se incrementaba en cinco euros al mes, y pasaba a ser más suave.