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El precio de la luz acelera un plan renove de ventanas climalit

Tras la pandemia, las empresas especializadas en reformas y sustitución de ventas viven un auge que cristaliza también en la apuesta por el ahorro energético

Juan Manuel Del Olmo

Un operario instala unas ventanas correderas / PEXELS

Una ventana es un espacio de transición: no está fuera ni está dentro, forma parte del hogar, pero refleja el exterior; permite ver sin ser visto, y es la puerta que veta o admite olores y ruido, luz y oscuridad. Durante la pandemia, mucha gente redescubrió su hogar a la fuerza, y se encontró una y otra vez con esas pequeñas grietas en los azulejos del baño, con ese rayado del parqué, con ese televisor algo desfasado… y también con problemas en las ventanas. Por eso, desde el fin del confinamiento, las reformas en los hogares se han disparado y el consumidor apuesta por las ventanas de climalit, es decir, de doble vidrio.

La subida de los precios de la luz ha apuntalado esta tendencia. Ahora, los consumidores buscan la eficiencia energética, ya que, con un buen aislamiento, poner la calefacción o el aire acondicionado no es tan indispensable.

El precio de unas ventanas climalit ronda los 5.000€

David Luque es el responsable de Ventanas Luke, una empresa que opera en Sevilla. Señala que últimamente “hay más demanda”, pero, además de la mejora energética, apunta otro factor: “Cada vez hay más gente sensibilizada por el problema del ruido”, revela. A su juicio, la sostenibilidad no importa tanto a los consumidores como el bolsillo y el bienestar. No obstante, cree que el ahorro energético, si bien depende de muchos factores (como “la orientación de la casa” o las características climáticas de cada ciudad) puede ascender hasta un 30 % e incluso un 50 %.

Una ventana nueva / PEXELS

El ahorro es importante, pero la inversión inicial también. En un piso estándar que tenga cinco ventanas, la instalación de las de tipo climalit “ronda los 4.000-5.000 euros”, expresa Luque. “Siempre en color blanco. Si se quiere en otros colores, el precio sube”, matiza. Por otra parte, detalla que su perfil de cliente es muy variado, pero percibe que ahora llama más gente joven. “O bien son personas que se han comprado una casa o bien la han heredado, y la quieren dejar bonita y cómoda, toda blanca. Como en los programas de reformas de DMAX”, ríe.

La factura de la luz apuntala el crecimiento

Sin dar cifras, Luque reconoce que hay un boom que los altos precios de la luz han venido a apuntalar. Sin embargo, no le preocupa que, si la factura de la electricidad da un respiro y se normaliza, pueda perder clientes. “Las ventanas de antes eran muy malas, yo creo que, con el parque que hay aún, tenemos trabajo de sustitución para 30 años”, comenta.

HermetyCo es una compañía que instala burletes en puertas y ventanas de Andalucía, y también han notado más interés en los últimos tiempos. “Sobre todo en renovación”, explica su responsable, Juan Alonso Ros. “En Andalucía, el tema de la eficiencia es diferente a otras partes de España, porque no hace tanto frío y la calefacción apenas se pone”, relata. Ros apunta que en esta región hay más consumo en verano. En cuanto al ahorro, indica que “se suele decir” que unas ventanas convenientemente aisladas pueden suponer una mejora energético del 25 %, pero aclara que depende del punto de partida. “Si no gastas, no ahorras”, resume.

Una mujer organiza una reforma / PEXELS

“Paranoia de reformas”

Desde Ventanas Vaquero, una pequeña empresa de Madrid, David Vaquero coincide en su diagnóstico: últimamente hay más demanda, pero no sólo de cristaleras, sino de obras para la casa en general. A su juicio, se trata de una “paranoia de las reformas” que ya lleva unos meses “y que tendrá las patas cortas”. Para los clientes de Vaquero, el ruido no es un factor diferencial: “Aproximadamente un 10 % de la gente que viene lo hace por problemas acústicos, y el resto simplemente busca unas ventanas en condiciones, que muchas veces no tiene”, detalla.

La subida de la luz también ha encendido más su demanda. Y, en su negocio, la horquilla de precios no difiere mucho de las anteriores: el material y la instalación de cinco ventanas estilo climalit (en lo que sería un piso de tamaño estándar, dice David Vaquero) oscila los 5.000 euros, aunque puede bajar si son pequeñas. También influye mucho, indica, "el cajón de la persiana".

Una mesa sobre la que entra luz natural / PEXELS

El auge de las ventanas llega a Milanuncios

El hecho de que el negocio haya llegado a Milanuncios da idea del auge. En esta plataforma, algunos usuarios venden una sola ventana “de aluminio blanco con cristal climalit opaco oscilobatiente” por unos 150 euros. También hay quien busca sacar tajada con la instalación. “Retirada y desmontaje de la vieja ventana + poner ventana incluida de PVC y aluminio oscilobatiente o de corredera nueva + instalación del montaje y mano de obra completa desde 380€ todo incluido", describe un anuncio. Este usuario se jacta de ofrecer un precio un 70 % inferior al habitual.

“Vendo cuatro ventanas sin estrenar marca climalit. Son de color blanco, compradas para colocar en un bajo que luego no se hizo”, detalla otra usuaria en un anuncio donde oferta el pack por 900 euros. Es decir, más de 200 por cada una. En redes sociales, climalit (que, aunque es el nombre de la marca, ahora se hace extensivo para nombrar las ventanas de doble vidrio) es sinónimo de felicidad. “Un día eres joven y al siguiente estás agradecido por haber cambiado las ventanas viejas por unas climalit mientras fuera hace sensación térmica de -3ºC”, escribió Javier Ruescas en Twitter. Otros la definen como “su mejor inversión”.

Un trabajador pone un tornillo / PEXELS

La demanda crece y mucho 

“La verdad es que hemos subido bastante”, relata Joshua Loidi, que trabaja en Hermetika, empresa dedicada a comercializar ventanas aislantes y productos similares. “No sabemos exactamente cuáles son los ‘clics’ en la cabeza del cliente, pero tenemos de muchos tipos. Uno al que le es incómodo que le entre un chorro de aire en el salón, otro que busca ahorrar en lo económico y otro que no quiere tirar sus ventanas y sólo necesita un pequeño ajuste, porque tiene las juntas mal puestas”, enumera.

Loidi no precisa cuánto baja el consumo de luz ni la inversión necesaria, porque “depende muchísimo” y “requeriría un estudio previo de cada casa”. Además, opina que “hay algunas personas a las que les gusta estar más calientes que a otras”. En cualquier caso, admite que la demanda ha subido de manera exponencial desde después de la pandemia, y cree que el precio de la luz, es un factor “determinante” a la hora de emprender un cambio de ventanas. “Ha crecido mucho. No sé si tanto como un 100 %, pero algo así”, relata Loidi.

Vistas al exterior desde un piso / PEXELS

Ahorro y confort

Desde Alugal Ventanas, una gran compañía que las fabrica y vende en Madrid desde 1985, Óscar (simplemente nos da su nombre) reconoce que hay más interés en aislantes por la conjunción de dos factores: la búsqueda del confort y la necesidad de ahorro. “Al final, una va con otra. Si teletrabajas en casa y tienes que poner la calefacción para estar más cómodo, supone un gasto extra”, razona.

Óscar subraya que la inversión inicial varía “muchísimo”, pero admite que la instalación de “unas buenas ventanas” en un piso de tamaño medio puede rondar los 6.000 euros. Como se dice en el eslogan que aparece en la web de Alugal, "tus ventanas conectan tu hogar con el mundo”. El problema es cuando está demasiado conectado.