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Las pistolas de masaje: un peligroso éxito de ventas
Este dispositivo puede conllevar riesgos para la salud si se usa con fines terapéuticos sin la recomendación profesional necesaria
Las pistolas de masaje se han convertido en un éxito de ventas con las que poder trabajar los músculos desde casa. Se trata de un dispositivo para la activación del cuerpo antes del ejercicio y su recuperación tras el mismo. “Es una herramienta beneficiosa siempre y cuando se use por recomendación de un fisioterapeuta. Un mal uso puede agravar las lesiones e incluso provocarlas”, asegura a Consumidor Global el doctor José Casaña, secretario general del Consejo General de Colegios de Fisioterapeutas de España.
Estos aparatos ejercen una vibración repetitiva y automática, complementaria a otras técnicas de masaje, dentro de la masoterapia. Pero su uso se ha extendido para el consumo doméstico, y la mayor parte de los usuarios no tienen los conocimientos necesarios para utilizarlos de la manera más correcta.
Cientos de euros por una pistola masajeadora
Therabody, Renpho, Compex o Abox son algunas de las marcas de pistolas masajeadoras que se pueden encontrar con facilidad en portales como Amazon, Aliexpress y en tiendas especializadas. Los precios oscilan entre los 50 y los 120 euros para los modelos más sencillos y se sitúan en una horquilla entre los 200 y los 600 euros en el caso de las versiones más profesionales.
El modelo Abox Hero-1, por ejemplo, se vende por 120 euros, mientras que el Theragun Elite QX65 cuesta 400 euros. Y estos aparatos poseen diferentes niveles de velocidad, patrones de vibración e incluyen diversos tipos de cabezales dependiendo de la zona a tratar.
Comprobar la calidad
"Recientes estudios demuestran que con una amplitud baja, una frecuencia moderada y una corta duración son un estímulo mecánico seguro”, subraya el doctor Casaña. Pero es importante, sobre todo en este tipo de dispositivos, comprobar la garantía, la guía de uso y el certificado ISO para conocer su calidad.
Y, en cualquier caso, "no es un sustituto de una sesión de fisioterapia. Creer eso es no tener en cuenta el conocimiento, la experiencia, ni las técnicas de un profesional. Es una comparación desorbitada”, denuncia Casaña. De hecho, este experto asegura que ya se han realizado investigaciones sobre las terapias vibratorias, sobre todo acerca de sus efectos peligrosos, por ejemplo, en las personas que trabajaban en la obra con martillos neumáticos.
Efectos adversos
Con todo, Casaña alerta de los peligros de no contar con una valoración profesional al comprar un artículo de este tipo. Y, aunque el uso de una pistola de masajes puede resultar beneficioso, siempre es necesario que se base en una recomendación profesional. “Como pasa con los fármacos”, insiste.
Además, este profesor de la Universidad de Valencia asegura que es importante diferenciar entre un usuario sano y un usuario paciente, que busca tratamiento para una lesión o patología. El primero se sirve de este tipo de aparatos, antes del ejercicio, como pre-activadores de un área muscular concreta. Pero en ningún caso reemplaza el calentamiento tradicional necesario previo a la actividad física, ya que esta preparación afecta de forma general a todo el cuerpo. Y, en el segundo caso, “si se usa con fines terapéuticos y no se conoce bien la patología muscular que se tiene, se puede agravar o producir una lesión, precisamente, por el efecto de la pistola masajeadora”, concluye.
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