Cuando Shakira electrocutó el mundo de la música, el del corazón y el de las tertulias al lanzar su colaboración con Bizarrap, los community managers de muchas empresas se apresuraron a subirse al carro de la conversación monotemática con un comentario más o menos ingenioso, una referencia en sus redes para ingresar al club de esas marcas cool que se aprovechan de lo viral para trasmitir buen rollo y cercanía. Entre las que mejor han sabido sacarle partido destaca la marca andaluza Pepe Pinreles, que puede presumir de ser el pistolero más rápido del mercado. Con sus calcetines sencillos, divertidos y casi instantáneos han aplicado la lección de la propia artista colombiana: facturar.
Pepe Pinreles fabrica y vende calcetines con un sinfín de diseños: hay imágenes de temática gastronómica (desde aguacates o tomates a los inconfundibles espetos), regional (con la puerta de Alcalá o las torres de Serrano), futbolera, carnavalera o incluso en homenaje a la cerveza Cruzcampo. El día que Bizarrap subió su tema, la marca lanzó los calcetines edición No te piques, que cuestan 9,69 euros y muestran, con un aire retro, los objetos más icónicos de la canción: el Casio frente el Rolex y el Twingo versus el Ferrari, además de, por supuesto, a los dos protagonistas separados por un corazón partido.
El oso de la cabalgata de Cádiz como antecedente
Juan Carlos Picchi es el gerente de Pepe Pinreles, y explica a Consumidor Global que ellos lanzaron los calcetines “el mismo día que salió la canción”, es decir, el viernes 11. A las ocho de la tarde ya estaban en preventa. Además, no trabajaron sobre un diseño anterior, sino que partieron de cero. “No teníamos nada previsto, pero el año pasado probamos a apostar por la inmediatez con el oso de la cabalgata de Cádiz, que apareció con el cuello torcido, y funcionó”.
Picchi se refiere a un disfraz hilarante que se hizo viral en la cabalgata de Reyes de Cádiz de 2022. Por algún motivo, la persona que lo vestía no consiguió desfilar con la cabeza del oso polar enderezada, sino que ésta cayó hacia abajo, generando una cascada de chanzas: que si el oso venía de after, que si culpa era del cambio climático… Pero, más allá de las bromas, para Pepe Pinreles ese oso fue la prueba de que el meme se puede rentabilizar si se maneja bien. “Desde entonces, intentamos estar al quite de cualquier cosa así que salga”, expone Picchi.
“Los propios protagonistas le sacaban partido al asunto”
Era una ruptura, sí, pero mediatizada. Una ruptura en la que ni la artista se permitió estar triste. Era mucho más que una ruptura. Se convirtió en un batiburrillo complejo de sensacionalismo, marketing, fervor futbolero y feminismo. Es decir, se convirtió en una oportunidad. “Cuando vimos que todo el mundo hablaba de ello y que los propios protagonistas le sacaban partido al asunto, pensamos que podría ser un tema de actualidad interesante”, afirma Picchi.
A Pipe Penreles, el tema llevó la mitad de una jornada laboral: a primera hora de la tarde se pusieron a diseñarlo y a debatir la estrategia de lanzamiento, y a las 20h los calcetines ya estaban en preventa. “A las 9 de la mañana del día siguiente, con la noche de por medio, ya se habían vendido 700 pares”, relata el gerente. Ahora ya van por más de 2.000. Para lograrlo, una de las claves es que Pepe Pinreles fabrica en España. “Si no, sería imposible”, cuenta Picchi. Así, a pesar de que los costes son “un poco más elevados”, se puede exprimir la celeridad. “La producción nacional es una de las políticas de nuestra empresa”, añade el empresario.
Marketing orgánico
Durante todo el fin de semana continuó el goteo de marcas que intentaban hacer guiños a la polémica. El domingo, Gerard Piqué apareció en un evento de la King’s League con un Casio y un Twingo para echar más leña al fuego. En este contexto, hay algunas empresas que se han subido al carro de manera un tanto forzada. “A nivel de marketing ha sido muy divertido, las campañas en redes sociales han sido enormes. Pero es algo que tiene que ir en línea con tus valores, porque si no puede quedar artificial. O tienes un target vinculado a todo ese juego, a Shakira, a Piqué o a la música, o queda raro”, afirma Ana Jiménez-Zarco, profesora de Marketing en la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).
En el caso de Pepe Pinreles, esta experta opina que han funcionado porque los calcetines “tienen un precio asequible y son un artículo divertido, para hacer el típico regalo graciosín”. Ahora bien, considera que son un producto eficaz, pero de corto recorrido. “¿Quién los va a llevar puestos en dos o tres meses?”, se pregunta.
Crecimiento de seguidores
“Tenemos muy trabajado el tema de la inmediatez”, cuenta Picchi. Otras firmas que se dieron prisa son Puterful o Reguecool, dos marcas que se apresuraron a comercializar unas tazas con fragmentos de la canción de Shakira. Por otra parte, un hit así conlleva reconocimiento. Según un análisis de la consultora Samy Alliance, Casio sumó más de 90.000 seguidores en Instagram desde la publicación de la canción, mientras que los de la cuenta de Rolex aumentaron en más de 20.000.
Francisco Porras, director de Comunicación en Samy Alliance, ha definido la estrategia como marketing “de judo”, porque se utiliza la fuerza del contrario para ejecutar, con agilidad, un movimiento favorable. Cuestión de equilibrio y perspicacia. Al boom de sus calcetines también colaboraron, cuenta Picchi, varios influencers que los compartieron en Instagram. Pero nada habría sido lo mismo si las dos superestrellas no se hubieran enzarzado en un salseo del que beben ambos. “Que sigan dándole bombo, ellos mismos nos están dando la publicidad”, reconoce Picchi.