Este verano que no termina de acabar ha disparado la demanda de aires acondicionados, ha visto que algunos viajeros preferían el norte de España en vez del calor del sur y ha derretido algunas certezas, además, ha puesto en duda que siempre habrá hielo para el cubata o que mantener el aire acondicionado a 22 grados en las tiendas era una buena idea. Entre todos los reveses de esta temporada estival también se cuela algo que podría parecer anecdótico, pero que esconde incertidumbre: el derretimiento de los pintalabios. En redes sociales, algunas personas se han quejado de este problema, que puede provocar un buen disgusto.
Un pintalabios está hecho para durar un determinado tiempo y derretirse a una cierta temperatura, como recuerdan los expertos, así que, si los veranos se hacen más insoportables, ¿cómo evitar que se estropeen?
No dejar el pintalabios en el coche
María Segura es una joven a la que este verano se le han derretido dos pintalabios de la marca francesa Bourjois. “Dentro de las económicas, no es de las más baratas”, afirma. Los productos están hechos en Inglaterra y cuestan unos 10 euros. “Al principio pensaba que era una casualidad, pero luego entendí que no. Les había muy dado poco uso. No sé si es por el calor, pero sí sé que en invierno no me ha pasado. En alguna ocasión lo he guardado con el resto del maquillaje, en un neceser, y el único producto que se ha estropeado ha sido el pintalabios”, expresa. Es un sentir extendido, y en TikTok hay varios vídeos que explican cómo reparar un labial derretido.
El problema parece puntual, pero podría ir a más, tal y como admite Marcela Burgos, experta en cosmética artesanal con un Postgrado en Química Cosmética, Cosmetología y Dermofarmacia por la Universidad Europea Miguel de Cervantes. A su juicio, en el derretimiento pueden influir muchos factores, pero lo más importante para hacer frente al calor (sea de la intensidad que sea) es ser muy cuidadoso con el producto. “Por ejemplo, no se puede dejar dentro del coche. Si se hace eso, aunque sea el labial de mayor calidad del mercado, se derrite como un helado”, afirma. “Es fundamental que se guarde en un lugar fresco y oscuro, y el bolso a veces no cumple esos requisitos. Los pintalabios, y los cosméticos en general, están formulados para soportar una cierta temperatura. Si el clima cambia, es posible que los fabricantes tengan que plantearse reformularlos”, sostiene.
Formulaciones distintas para verano e invierno
En general, las dependientas de Clarel, Druni y Sephora contactadas por este medio aseguran que este año no han percibido quejas extraordinarias por este motivo, y que lo más importante es el mantenimiento. Del mismo modo, Marta Saiz, profesional con 15 años de experiencia que cuenta con su propio estudio de maquillaje en Vigo, no cree que haya que preocuparse demasiado, al menos de momento. “Al final, donde hay que poner atención es en la correcta forma de guardarlos, como sucede con la alimentación”, compara.
Los que, como ella, se dedican al maquillaje, a veces dejan su equipo en el coche, y eso multiplica las posibilidades de disolución. “No sé hasta qué punto reformularlos tendría sentido, a no ser que hablemos de que las temperaturas superen los 35 grados durante todo el verano, y no solo tres o cuatro semanas. Existen países con temperaturas muy elevadas, y no hay barras especiales para ellos”, expone. Lo que sí podría ser buena solución, a juicio de Saiz, es que los laboratorios se planteasen unas formulaciones para el verano y otras para el invierno. “Y tendría su nicho de mercado, habría gente dispuesta a comprarlos así, siempre y cuando el acabado no quedase comprometido”, afirma.
Los pintalabios cremosos, más expuestos
“Los que están más expuestos son los labiales cremosos, en los que la cera y el resto de sustancias pueden derretirse antes. La cera tiene que estar en su punto justo, ni dura ni blanda, y eso es un reto. Recordemos que nuestra temperatura corporal es de 36 grados, y el labial debe fundirse en el momento exacto de rozar los labios. Un cambio pequeño a nivel de temperatura ya le afecta mucho”, relata Burgos.
Bajo su punto de vista, el problema de las grandes multinacionales reside en que fabrican productos para los consumidores de todos los climas, desde los más fríos hasta tropicales, y eso implica un enorme desafío. En cambio, en la cosmética natural sí hay artículos para el invierno y otros para el verano.