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Lo barato puede salir muy caro: el pienso seco para gatos acorta sus años de vida

La falta de agua en la dieta de los felinos suele generar problemas renales graves con consecuencias irreversibles

Ricard Peña

Felino mientras come comida para gatos / PIXABAY

Los gatos son animales más salvajes que los perros, de eso no cabe duda. Unas horas con algún compañero felino durante sus cacerías y horas de juego bastan para comprobar sus orígenes de depredador. Frente a los 30.000 años que compartimos con los actuales descendientes de los lobos, los gatos apenas nos han acompañado 7.000, una diferencia significativa en el proceso de domesticación. Ese es uno de los motivos por el que tratar con un individuo de cada especie es tan diferente, y a la vez, por qué su cuidado puede variar tanto. 

Y ahora que los felinos están más de moda que nunca, es cuando muchas investigaciones han puesto el acento en la alimentación de este animal. Resulta que los gatos, en especial aquellos que no se relacionan con la naturaleza, absorben gran parte de su dosis diaria de agua a través de la comida. Esto puede suponer un problema cuando su dieta se ha estandarizado a través del pienso seco, un tipo de nutrición que casi no aporta agua a la dieta. Y la ausencia de líquido provoca una concentración de la orina que, a la larga, puede desembocar en obstrucciones renales. 

Hidratación en la dieta

La falta de agua en la alimentación de los gatos también se debe a sus costumbres. De manera natural, un felino siempre preferirá beber agua en movimiento que aquella que esté estancada, por lo que el típico recipiente lleno hasta los bordes no suele suponer un aliciente para que la mascota compense carencias en su hidratación. “Lo ideal es una dieta que combine el alimento seco, el pienso, con latas o paquetes de comida húmeda en una proporción del 70 % y 30 % respectivamente”, indica Manuel Lázaro, vocal del Colegio de Veterinarios de Madrid. 

Este experto reconoce que este problema no le es ajeno a la industria de la alimentación animal, que ha reducido y optimizado los ingredientes con sustancias que facilitan la formación de cristales en los riñones, como el magnesio o el potasio. Aun así, admite que una dieta basada en pienso y sin alicientes para que el gato aumente su consumo de agua provocará a la larga un deterioro del sistema renal e, inevitablemente, una reducción de su esperanza de vida. 

El precio del bienestar

Si fuera por cualquier amante de estos animales, todo cambio en la alimentación sería un problema menor con tal de cuidar la salud de su gato. El problema llega, como con tantas otras cosas, cuando se analiza su coste. Un kilo de alimento seco de la marca Ultima cuesta unos 5,50 euros en los principales supermercados. En el caso de la firma One, 4,58 euros por kilo de comida similar, y el de la firma Brekkies puede encontrarse por alrededor de  2,60 euros. En cambio, la comida húmeda de estas mismas marcas es mucho más cara. En el caso de Ultima, asciende hasta los 9,3 euros por kilo. La de One, 8,82 euros el kilo. Y 6.25 euros por kilo la de Brekkies. Y este salto de precio sólo con marcas de gama media o baja, ya que en el caso de empresas de renombre como Hills o Royal Canin pueden dispararse fácilmente hasta los 50 euros por kilo. 

 

 

“Lo más importante es saber qué estás comprando y qué se necesita. Algunas de estas latas no son alimentos completos, sino complementarios. Tiene que estar especificado”, comenta Sandra Luengo, veterinaria en la ciudad de Valencia. La profesional admite que plantear una alimentación con una gran cantidad de comida húmeda es una inversión mucho mayor que la que se conforma con el pienso. Sin embargo, advierte de que los cuidados y tratamiento de un gato enfermo suelen superar los costes de una dieta complementada con estas latas. Aunque tampoco todas llevan lo mismo: se debe buscar piensos y latas con ingredientes completos, ya que muchos están compuestos por subproductos de cerdos, pollos y terneros que no aportan la misma proteína que su carne. 

Alternativas económicas

Esta dieta híbrida entre pienso y comida húmeda es lo más aceptado para asegurar una alimentación equilibrada y con suficiente hidratación para los felinos. No obstante, existen otras formas de conseguir que las mascotas ingieran más agua de la habitual en su naturaleza. “Puede parecer una tontería, pero cambiar el bol de agua por una pequeña fuente ayuda al gato a beber en más ocasiones y más cantidad. Suele funcionar muy bien.”, explica Maria Luisa Fernández, presidenta del Colegio de Veterinarios de Tenerife. Otra opción muy socorrida es el humedecer con agua el pienso seco, aunque pueda ser rechazada por algunos gatos no acostumbrados, además de perder su durabilidad característica. 

La veterinaria asegura que ante todo, la alimentación de cualquier mascota debe adaptarse a las circunstancias personales de cada uno. Todos los piensos comercializados cumplen con unos estándares de la Unión Europea muy exigentes, por lo que hasta el más barato de ellos debe alimentar de forma efectiva a cualquier felino. “Ahora bien, si vemos que el gato no reacciona bien o tiene problemas físicos que necesitan tratamiento, hay que invertir un poco más en comida que pueda darle las condiciones necesarias para su bienestar”, concluye la especialista.