Después de sopesar con calma los pros y los contras, porque una compra de 3.500 euros así lo requiere, decides que es la mejor opción. “La vida es una ilusión”, te dices a ti mismo justo antes de caer en la tentación. Le quitas el plástico y está reluciente. Es un caramelo. La sacas de la tienda con cuidado y te sientes como un adolescente con bambas nuevas. Incluso algún que otro transeúnte te dedica una mirada de envidia. Tú pedaleas y sonríes. Frenas al llegar al primer semáforo, apoyas los pies en el suelo, y, de golpe, el motor de la Brompton Electric te impulsa hacia adelante, con el riesgo de accidente que ello comporta.
Algunos usuarios de la reconocida marca británica de bicicletas plegables se llevaron un susto similar; el resto, directamente, recibieron un mensaje urgente de Brompton, que activó su protocolo de crisis.
Una bici que va sola
El problema afecta a los modelos que se fabricaron --o cuyo firmware se actualizó-- entre mayo de 2020 y febrero de 2021, se puede leer en el comunicado en el que Brompton admite su error y anuncia que ha puesto en marcha un programa para arreglar todas las bicicletas afectadas de forma gratuita. “Si se produce un fallo en el sistema, existe una mínima posibilidad de que el sistema eléctrico siga prestando asistencia al motor, lo que hace continuar el impulso hacia adelante, aunque el ciclista no esté pedaleando activamente”, prosigue la nota, en la que la marca considera que el riesgo de que se produzca un accidente es muy bajo, y que tan solo ha tenido noticia de una avería de escasa importancia que no provocó lesiones ni accidentes.
“Brompton avisó de que había un problema de seguridad urgente y de que ellos pagaban por la actualización del firmware”, explican desde Folding Bikes House, tienda barcelonesa especializada en velocípedos plegables. “Se han dejado mucha pasta”, añaden. Para verificar si una Brompton Electric está afectada, se debe introducir el número de serie en esta página, pero la actualización gratuita vence el 1 de septiembre de 2021. “Nosotros, aunque Brompton no lo cubra, seguiremos ofreciendo el servicio sin coste a nuestros clientes”, apuntan desde Folding Bikes House.
“Una metedura de pata impresionante”
“Aviso de retirada de Brompton Electric”, era el título del comunicado que emitió la marca británica en España. “Algunos clientes vinieron a devolver las bicis porque la nota de Brompton hablaba de retirada, pero fue un fallo de traducción”, explica Dani Milian, encargado de la tienda Cap Problema Brompton Premier Store Barcelona, quien asegura que una vez hecha la correspondiente actualización los velocípedos funcionan perfectamente.
La marca ha actuado con transparencia, ha reconocido el error y ha avisado a los clientes, pero que “la traducción del comunicado sea errónea es una metedura de pata impresionante”, zanja Ana Jiménez Zarco, profesora de Innovación y Marketing de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). Consumidor Global se ha puesto en contacto con la central de Brompton en Inglaterra, y, a juzgar por la respuesta del gerente de cuentas de la compañía, todavía no han solucionado el problema con Google Translate: “Fue una pequeña falla en una bicicleta, por lo que Brompton inició su retiro del mercado para asegurarse de que todas las bicicletas estuvieran a salvo”.
Un bache y adiós
Pero eso no es todo. Las Brompton Electric, tal y como explican varios usuarios y confirman las tiendas especializadas, también tienen problemas con la batería cuando se encuentran algún bache en el camino.
“Al ir en una mochila y coger un bache, el software, que es muy sensible, entendía que se había parado la bici y el motor se reiniciaba”, explica Milian, quien asegura que Brompton ha mejorado las actualizaciones y que este tipo de fallos ya no se producen casi nunca. “Han tenido algún error de juventud, y claro, con lo que vale la bici no te puedes permitir según qué fallos”, añade este experto.
La imagen de la marca, en entredicho
Cabe destacar que no se trata de una bici de segunda mano que se vende en Wallapop por 100 euros y se puede sacar por 50, sino de una de las bicicletas más caras y exclusivas del mercado, por lo que un problema de este calibre “afecta de manera negativa a la imagen de la marca”, apunta Jiménez.
“Han hecho una campaña de relaciones públicas para solucionar una situación de crisis al asumir su error, avisar a sus clientes y costear las actualizaciones, pero este tipo de fallos dañan la imagen de una marca que precisamente vende calidad y exclusividad”, sentencia la experta.