Los productos sostenibles son más caros. Lo sabemos. La carne procesada, barata y rápida, es extremadamente contaminante. Lo sabemos. Traer unas zapatillas de Vietnam tiene un coste ambiental enorme. También lo sabemos. Pero, ¿qué hay de nuestros desplazamientos diarios?
Desde las administraciones se insiste en el uso del transporte público como un método para reducir las emisiones de los coches. Sin embargo, no siempre es posible coger el tren, el metro o el autobús. En Madrid, desde enero de 2022, los vehículos sin distintivo ambiental no podrán acceder o circular por dentro de la M-30. Finito. Sabemos que plantear ciudades más sostenibles exige medidas contundentes, no obstante, ¿sabemos qué rol pueden jugar los párkings?
“No hay suficiente oferta de párking”
Parclick, aplicación líder en reserva de párkings online, realizó una encuesta entre sus usuarios de Madrid (unas 4.000 personas) para ver qué opinaban de la oferta de aparcamientos en la ciudad y la respuesta fue abrumadora: un 83% de los conductores consideraba que no había suficiente oferta y un 89% opinaba que los aparcamientos en zonas estratégicas ayudarían a descongestionar los centros de ciudades.
De los encuestados, un 50% conduce un vehículo que no puede entrar libremente en la zona de restricciones, una cifra que subirá en enero de 2022. Así, muchos optan por combinar el transporte privado (hasta llegar donde puedan, acercándose lo máximo a su lugar de trabajo) con el público. En esta encrucijada es, según Parclick, donde los párkings entran en juego. La idea es que para proteger el centro hacen falta alternativas. Tal y como especifican en su web, uno de sus objetivos es “sacar los coches de las calles, sobre todo en los centros de las ciudades". Así, se crearía una distinción todavía más radical entre el centro (que tampoco sería un vergel, pero sí tendría mayor calidad de aire) y la periferia. Un modelo taxativo ante la falta de inversiones radicales en transporte público.
Buscar aparcamiento: el momento más contaminante
Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad, vino a decir que los atascos formaban parte de la idiosincrasia madrileña. Que eran una característica no exactamente disfrutable pero sí valorable. “Es una señal de que la calle está viva”, aseguró. Lo cierto es, tal y como explican desde Parclick, que en los momentos pico de tráfico, “el 35% de los vehículos en circulación están buscando aparcamiento”. Con la certeza de que la búsqueda de aparcamiento es el momento más contaminante se pueden buscar soluciones. “Tener un parking seleccionado y pagado de antemano en la zona a la que te diriges, sobre todo si está en un centro de ciudad, reduce este tiempo de circulación”, explican. Básicamente, asumir que sostenibilidad también es no dar vueltas y andar desesperado buscando una plaza libre.
Los responsables de la firma han calculado que su tecnología puede disminuir el tiempo de aparcamiento de vehículos unos 15 minutos. Multiplicado por coche y por año, el resultado es una cantidad de emisiones enorme. Además, la innovación pasa también por agilizar la entrada al propio parking. Quién no recuerda esas máquinas que no leen bien el código y esa barrera de acceso horizontal que se levanta perezosa, indolentemente. Parclick quiere ahorrar tiempo, que significa ahorrar emisiones, mediante sistemas de reconocimiento de matrícula.
El encaje del párking en el proyecto urbano
El proyecto de Madrid Central levantó ampollas y fue claro aviso a navegantes de que el camino hacia fórmulas más verdes conlleva prohibiciones. El actual alcalde, José Luis Martínez-Almeida, dijo que lo derogaría. Su plan, Madrid360, es igualmente restrictivo. Según Parclick, Madrid Central demuestra que los párkings tienen un encaje importante en las políticas de movilidad de la ciudad. “La eliminación de plazas de párking en superficie no sólo afecta a las personas que se desplazan en coche a esas zonas, sino también a los vecinos y trabajadores que se mueven en sus propios vehículos. La disponibilidad de párkings en esas zonas da a los conductores una alternativa para sacar sus coches de la calle”, señalan desde la compañía.
En el centro de la ciudad, los párkings pueden convertirse en agujeros negros. En la capital española se han levantado varios en los últimos años, como el de la recientemente inaugurada Plaza de España o el de Canalejas, uno de los más polémicos, ubicado a tiro de piedra del Congreso y de la Puerta del Sol. En el proyecto se invirtieron más de 500 millones de euros, priorizando la iniciativa de grandes empresarios para facilitar el acceso a un complejo de lujo. Además, la entrada al párking rompe a nivel estético con la armonía arquitectónica de la zona. Y, aún más importante, las obras provocaron daños en edificios históricos aledaños y terminaron con la destrucción de restos arqueológicos. Los párkings en el centro pueden no verse, pero hablan mucho de la ciudad: su presencia subraya lo que la administración desea que sea visto.
Aprovechar los aparcamientos infrautilizados
Desde Parclick apuntan que la construcción de infraestructuras debe ser respetuosa con la legislación vigente y con el patrimonio de la ciudad. No obstante, mencionan soluciones más imaginativas: “Muchos párkings de edificios de oficinas en los centros de las ciudades están infrautilizados, porque a las inmobiliarias propietarias de esos edificios no les sale a cuenta comercializar un activo que tiene un valor relativo mucho menor que las oficinas bajo las que los parkings se encuentran”.
De este modo, Parclick alude a su tecnología innovadora, que permite “poner estas plazas de aparcamiento ociosas a disposición del público con un objetivo doble: ampliar el número de plazas de parking disponibles para el público, y contribuir a la sostenibilidad del sector del aparcamiento”. Es decir, aprovechar. Reducir y reutilizar. Igualmente, detallan que las restricciones que vienen aparejadas a modelos urbanos más verdes no perjudican a todos los vehículos, solo a los más contaminantes. “Los vehículos eléctricos e híbridos entrarán sin problemas, y queremos fomentar su uso añadiendo electrolineras a los párkings. Por otro lado, los coches compartidos también son tráfico: necesitan desplazarse y necesitan aparcar”. El pronóstico de la empresa resulta sorprendente: “No creo que en los próximos 20 años veamos disminución de coches circulando, en general”.
El párking como extensión de la ciudad
En el último año, sobre todo a raíz de la pandemia, muchas ciudades (París o Londres, pero también Valencia) han quitado espacio al coche para dárselo a la bici o a los peatones con el objetivo de construir espacios más saludables. El Ayuntamiento de Madrid no ha ampliado tantas aceras y, sin embargo, un estudio de la revista The Lancet publicado en enero aseguraba que la capital de España era la ciudad europea con mayor mortalidad por la contaminación del tráfico.
Parclick reconoce que el único modelo sostenible de ciudad será aquel en la que los coches salgan de las calles para dejar más espacio al peatón. “Esto, además de reducir la contaminación del tráfico, aumenta el nivel de vida y contribuye a consolidar relaciones más cercanas entre ciudadanos, a tejer redes sociales físicas”, argumentan. Su definición de párking no es ortodoxa: “Nosotros proponemos pensar en los párkings como una extensión de la ciudad en lugar de como otro agente de movilidad individual”. Funcionarían como hubs, es decir, como nodos, espacios que vertebran muchas actividades interconectadas.
La tecnología como faro
En este modelo ideal, Parclick menciona la presencia de zonas verdes (para no relegar las afueras a meros contenedores), aparcamientos para bicicletas, electrolineras (para los coches eléctricos) o puntos de recogida de paquetes. “Las plantas inferiores se destinarían a otras actividades, como centros de distribución de última milla, almacenamiento para negocios o incluso granjas de ordenadores”.
Según Parclick, esta estructuración sería posible gracias a la innovación tecnología, el fuego prometeico capaz de iluminar la “conexión casi en tiempo real de toda la oferta y demanda de los diferentes servicios”. Para que todo fuese, naturalmente, sobre ruedas.