Si a algo sabe la infancia, es a dulce. Galletas y chocolates son lo más común. Muchas marcas nuevas se van incorporando al mercado pero los clásicos nunca pasan de moda. Y si hablamos de clásicos, hay que hablar de Lacasitos.
El grupo Lacasa apostó por estos caramelos con chocolate en su interior en 1982. Desde entonces, son muchos los productos elaborados con Lacasitos. El último es un panettone. Uno que defrauda los paladares hasta de los más golosos. ¿Por qué?
Un alimento "insano y no recomendable"
Mariana Diana, doctora en Nutrición de la Universidad Ramon Llull-Blanquerna, califica el panettone de Lacasitos como un producto "insano". "No es recomendable su consumo", añade en sus declaraciones a Consumidor Global.
Si se echa un vistazo a la extensa lista de ingredientes, difícilmente se puede estar en desacuerdo con la experta. La harina de trigo, manteca de cacao, azúcar y otros endulzantes como el extracto de malta de cebada son algunos de los que están presentes.
Ridículamente pequeño
La imagen de un panettone no tiene lugar a dudas: una masa similar al bizcocho con mucho aire en su interior y de grandes dimensiones. Medio kilo para ser exactos. El panettone de Lacasitos es de 100 gramos.
En la práctica, no es más que una magdalena. Un muffin, como dirían los más cosmopolitas. Es demasiado pequeño para compartir y muy empalagoso para una sola persona. Los catadores de Consumidor Global no titubean: "Es enano".
Lejos de la receta original
Marina Diana deja claro a este medio que el panettone de Lacasitos no es más que un ultraprocesado, "una bollería". Recalca que contiene altos porcentajes de grasas saturadas, azúcares y muchas calorías. 418 para ser exactos.
Por si fuese poco, la receta de este panettone nada tiene que ver con la versión más antigua. "Es un dulce navideño con origen en el siglo XV. La receta real no es más que agua, harina y fruta fermentada", sostiene. "Lo que conocemos actualmente como panettone es una cantidad ingente de ingredientes y aditivos", concluye.
Un diseño llamativo y ¿engañoso?
Los colores corporativos de Lacasitos discretos no son. Una caja de color amarillo con el nombre de la marca atrae la vista del cliente. Un diseño repleto de estampado navideño que difícilmente pasa desapercibido en la sección de dulces de los supermercados. Sobre todo, teniendo en cuenta que el envoltorio es bastante más pequeño que el del resto de panettones.
En el centro del packaging, hay una imagen del panettone de Lacasitos. Una que difiere mucho con la realidad que se topa este medio en su interior. Si en el exterior hay un montón de Lacasitos sobre el pastel, dentro brillan por su ausencia. Están a cuentagotas y "reblandecidos", según subraya uno de nuestros catadores.
Aspecto apetecible pero ¿y el sabor?
Una vez que se abre la caja, se empiezan a percibir las primeras sensaciones. El aroma recuerda a los Weikis, los bollos de chocolate y leche. Otro clásico de la infancia. El aspecto, pese a no parecerse en nada a la fotografía, es un tanto apetecible. Al final, no deja de ser una magdalena con una capa de chocolate.
Lo que no se perdona es, sin duda, el desastre de los Lacasitos. "No hay ni rastro del famoso chocolate", recalca un catador. Los pocos ejemplares que tiene, además, no consiguen el toque crujiente. Sobre la masa del panettone, poco se puede destacar. ¿Está tierno? Sí, pero por el resto, una decepción absoluta.