El hueco del salón de Sonia Villanueva se ocupó con un sillón personalizado y diseñado por la empresa Sillón Relax. Ella no fue a la tienda, sino que la adquirió por internet, y, contra pronóstico, la butaca que rellenó la esquina vino rota. “Tardaron cuatro meses en venir a verlo y me dijeron que, como no tenía reparación, iban a hacer un nuevo sillón idéntico”, cuenta la clienta a Consumidor Global. A partir de aquí, la historia se retuerce.
“Después de meses de espera y no recibir el nuevo sillón, pedí la devolución del dinero”, se resigna Villanueva. Desde Sillón Relax le confirmaron que le realizarían la devolución y que se pasarían a recoger el producto defectuoso. No obstante, de nuevo la espera se alargó durante unos meses más. “Tras amenazarlos con llevarlos al juzgado, ahora nos dicen que, como es personalizado, no nos devuelven el dinero”, relata la afectada.
“Una auténtica tomadura de pelo”
Para la clienta, la gestión por parte de la empresa es una “auténtica tomadura de pelo”, pues Sillón Relax le asegura, esta vez, que le arreglarán el sillón cuando los propios técnicos enviados por la compañía le advirtieron de que no era posible la reparación pues tenía el chasis doblado, tal y como argumenta Villanueva a este medio.
De momento, la afectada se encuentra a la espera de una solución. Cabe destacar que, según dicta la Ley del Consumidor, la reparación debe ser totalmente gratuita, tanto en piezas como mano de obra. Asimismo, si el problema se repite, la reparación seguirá siendo gratuita durante la vigencia de la garantía.
La postura de Sillón Relax
Por su parte, el portavoz de Sillón Relax, José Roselló, explica a Consumidor Global que los técnicos de la empresa se personaron en casa de la afectada y comunicaron que la reparación del chasis --golpeado en el transporte-- no se podía realizar en su domicilio. “Nos teníamos que llevar el sillón y en fábrica le sustituirían la pieza. No es lo mismo que decir que no tiene reparación”, subraya.
Roselló confirma que esta gestión se realiza gratuitamente y sin ningún coste de transporte, atendiendo a la garantía. “El problema es que la señora Villanueva nos exige dejarle un sillón mientras el suyo se repara, y, en este caso, es un sillón claramente personalizado. Talla XL, dos motores independientes, kit calefacción, kit masaje, batería independiente y tapizado con tratamiento antigatos”, detallan desde Sillón Relax.
Sin sillón y sin dinero (por el momento)
“Nosotros no nos negamos a recogerle el sillón y devolverlo a la mayor brevedad posible totalmente reparado y atendiendo a la garantía correspondiente, pero no podemos asumir que nos obliguen y condicionen a dejarles otro sillón mientras atendemos la garantía del suyo”, destaca Roselló.
“En cuanto el cliente nos permita atender su incidencia la solucionaremos lo antes posible como hacemos con todos los clientes que requieren atención post venta”, puntualizan desde la empresa. Sin embargo, Villanueva asegura estar hastiada de las largas esperas para cubrir su hueco del salón con un sillón en perfectas condiciones y demanda su dinero.
Las reparaciones durante el plazo de garantía
Sobre las reparaciones durante el plazo de garantía de la compra, la Ley del Consumidor informa de que la intervención tiene su propia garantía de seis meses en el caso de los productos comprados con anterioridad al 1 de enero de 2022. Para los productos comprados a partir de esa fecha, las reparaciones en el plazo de garantía legal tendrán a su vez un año de garantía.
Durante ese tiempo, si vuelve a aparecer el mismo problema, se presume que se trata del mismo fallo inicial. Además, en todo caso, el tiempo que dure la reparación se suma al plazo de la garantía legal. Por último, el vendedor indicará dónde se debe llevar el producto a reparar, que normalmente será en un servicio técnico oficial. Si se lleva a otro lugar, se puede perder el derecho a la garantía.