La cerveza, amada u odiada sin remedio, parece ser que puede reducir el riesgo de ataques cardiovasculares. Así lo ha constatado la investigación Consumo moderado de cerveza y sus efectos en la salud cardiovascular y metabólica: una revisión actualizada de la evidencia científica elaborado por investigadores del Instituto de Ciencia y Tecnología de Alimentos y Nutrición (ICTAN) del CSIC publicado en la revista Nutrients.
El secreto de este beneficio reside en las cantidades. Según los resultados obtenidos, 28 gramos de alcohol al día en el caso de los hombres --es decir, unas dos o tres cañas-- y 16 gramos en el caso de las mujeres, equivalentes a una o dos cervezas, es el máximo para considerarse un consumo saludable. Además, el estudio señala la importancia de distribuir estas cantidades a lo largo de una semana para disfrutar de esta protección extra.
No todo vale
Aunque pueda sonar a tener carta blanca en el bar, los investigadores han sido muy concisos sobre las condiciones necesarias para que este volumen de cerveza contribuya al buen funcionamiento del sistema circulatorio. En este caso, seguir una dieta sana, equilibrada y completa es fundamental, así como contar un buen estado físico y una rutina activa.
De otra manera, la ingesta de alcohol no servirá para proteger de fallos cardiovasculares, sino que podría acelerar el problema. Lo mismo ocurre si se están tomando medicamentos, si se trata de mujeres embarazadas o si se necesita conducir en las horas siguientes.