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Nueve trucos para ahorrar en el día a día pese a la inflación
Llevar la lista de la compra ya hecha y organizar bien los alimentos almacenados para saber cuándo caducan son hábitos que benefician al bolsillo
Los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) reflejan que, en el segundo trimestre de 2022, la tasa de ahorro de los españoles se sitúa en -0,8 %, lo que significa que gastan más de lo que ingresan. Con los precios disparados, muchos consumidores buscan trucos para ahorrar. Así, la compañía de salvaescaleras para el hogar TK Home Solutions recuerda que el ahorro es un factor de bienestar psicológico, puesto que evita la dependencia y reduce la ansiedad.
Para conseguirlo, uno de los consejos básicos es el de reducir los gastos fijos, como las suscripciones a plataformas o el ocio. Otro truco consiste en buscar ofertas y llamar a las compañías con la amenaza de cambiar a la competencia. Según TK Home Solutions, “decir algo así como «estoy pensando en cancelar la cuenta de telefonía con ustedes y pasarme a...» es una frase mágica que, en 7 de cada 10 casos, consigue descuentos”.
Regatear y cambiar de seguro con frecuencia
Asimismo, siempre es conveniente pedir varios presupuestos a la hora de contratar un servicio, y en ocasiones incluso es útil discutir el precio y regatear. No en el supermercado, desde luego, pero quizá sí con el casero (si se vive de alquiler) o con el pintor que acude a pintar un piso. Por otro lado, darle un empujón a la vida social para compartir gastos con amigos (como la gasolina del coche) y apostar por la economía colaborativa (por ejemplo, cocinar para dos hogares si uno compra la comida) también puede beneficiar al bolsillo.
Por otra parte, es posible ahorrar buscando el mejor seguro, tanto de hogar como de coche. Existe una tremenda competencia entre empresas, por lo que la fidelidad es absurda: conviene apuntarse a la que ofrezca mejores prestaciones por menos dinero, aunque eso implique hacer cambios cada año.
Calentar la casa y ahorrar agua
A la hora de calentar la casa, contar con un buen sistema de aislamiento es fundamental, y en ocasiones hay subvenciones para sustituir las ventanas por otras más nuevas o calderas obsoletas por unas más eficientes. Si no es posible acometer una reforma así, siempre se puede optar por colocar burletes y faldones en las puertas para sellar las habitaciones o instalar termostatos.
Además, es útil reemplazar las bombillas incandescentes por otras de led o revisar el pulsador de la cisterna para, si es necesario, cambiarlo por otro que gaste menos agua. En este sentido, también se deben poner lavadoras y lavavajillas solo cuando estén completos, y con programas ecológicos; bajar la temperatura del calentador de agua; utilizar el calor residual de la placa de cocina para terminar de hacer la comida y evitar la energía inactiva que consume el televisor o algunos aparatos eléctricos que están teóricamente apagados mediante regletas con interruptor de corriente.
Hacer la compra con atención
Una compra inteligente en el supermercado y un almacenamiento adecuado pueden suponer un gran ahorro mensual. Por eso, es importante aprovechar las ofertas para almacenar productos no perecederos, como conservas. Además, es recomendable acudir al súper con la lista ya hecha, para evitar tentaciones. Las tarjetas de fidelización y la comparación de precios (también entre marcas blancas) son grandes aliados. Lo ideal es fijarse en el precio por kilo o litro que debe figurar en las estanterías del supermercado y no solo en el precio del envase, así como comprar los alimentos frescos cada pocos días para evitar el desperdicio y pasarse por las secciones de alimentos con fecha próxima de caducidad para pagar menos.
En la misma línea, es imprescindible gestionar las sobras de forma inteligente, por ejemplo, aprovechando los restos de un pollo asado para hacer una ensalada César al día siguiente. Para garantizar el orden, es útil anotar en un lugar bien visible las fechas de caducidad de los alimentos almacenados.
El ecologismo como aliado
Quienes se preocupan por el medioambiente ponen en práctica ideas que, además de ser beneficiosas para el planeta, lo son para la economía personal. Algunas de ellas son cambiar el café de cápsulas por el de las cafeteras corrientes, usar pilas recargables, cultivar en macetas las hierbas que utilicemos (como la albahaca), echar poco detergente a la lavadora, desplazarse en bici o andando cuando sea posible o utilizar coches compartidos.
Otra opción es optar por los artículos de segunda mano, como la ropa o los móviles reacondicionados. También hay que estar atentos a los días sin IVA o las campañas de Black Friday y otras rebajas para proveerse de lo necesario en aparatos que requieren garantía.
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