El norte de España (y su aire fresco) se pone de moda como destino para segundas residencias

En los últimos días, la información sobre el tiempo ha pasado de ser un espacio anecdótico del telediario, menor y rutinario, a un informe sobre el advenimiento del Apocalipsis. Rojos intensísimos, que reflejan temperaturas que han rebasado los 40 grados en varios puntos de la Península. Pero, ¿en toda? ¡No! La franja cantábrica resiste, todavía y como siempre, al calor invasor. Por eso, aunque la pujanza mediterránea del sol y playa parece irreductible, cada vez más personas eligen Galicia, Cantabria, Asturias o País Vasco como segunda residencia y también como lugar de veraneo.

De momento, la sangría de la Costa del Sol no tiene rival, en términos de popularidad, ni con la sidra ni con el txacoli, y a muchos más extranjeros les suena el nombre de Gandía que el de Suanzes. Con todo, según el Instituto Geográfico Nacional, dos terceras partes de la superficie española están expuestas al problema de la desertificación. El norte no. Quizá, lo que hoy es una moda, en el futuro sea un oasis.

Más compras de segundas residencias en Galicia

Ricardo Rochela es uno de los responsables de Inmobiliaria Luz, ubicada en A Coruña. Este experto cree que, a la hora de comprar una segunda residencia, cada vez más gente prioriza el clima suave. “Percibimos que viene más gente extranjera, gente que invierte para pasar su tiempo en zonas rurales de por aquí, que son más tranquilas”, expone. También resalta la presencia destacada de jubilados que valoran dicha calma. Y, a juicio de Rochela, es posible que en el futuro el interés en el norte como destino residencial se incremente más.

Anticipar un escenario climático sería especular, pero sí es un hecho que los fenómenos climáticos extremos son más frecuentes. Por eso, puede que más de uno se lo piense antes de soportar 40 grados en junio. Desde la también gallega inmobiliaria Conchado Puente explican a Consumidor Global que cada vez hay más gente que busca un inmueble en la zona, sobre todo como segunda residencia para el verano. Siempre ha sido así, explican, pero ahora acuden personas “que no vienen sólo de Madrid, sino desde Castilla-La Mancha o Castilla y León, por ejemplo”.

Getxo, un 30% más caro que hace dos años

Entre los destinos septentrionales más deseados, el municipio vasco de Getxo está marcado con un círculo dorado. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), es la sexta localidad de más de 20.000 habitantes con mayor renta per cápita de España. Desde esta villa, Javier García, de la inmobiliaria Imogetxo, explica que la compra de vivienda está funcionando muy bien este año a pesar de la inflación. “Aquí en Getxo, la gente cambia de casa con cierta frecuencia. No a modo de inversión, como puede ocurrir con la compra de inmuebles en Marbella, sino como casas para vivir”, especifica.

En cuanto a las cifras, García detalla que, de media, los compradores gastan entre 600.000 y 700.000 euros por una segunda residencia en Getxo, un importe superior al coste de una vivienda unifamiliar, por ejemplo, en Galicia. 

Todo lleno en Ribadesella

A pesar de la inflación, las vacaciones parecen sagradas. Después de dos años con restricciones, los consumidores tienen ganas de viajar. Muchas ganas. Desde Camping Ribadesella, ubicado en dicha localidad asturiana, Alejandro López explica que ahora mismo lo tienen todo lleno. Cree que la gente “cada vez mira más al norte”, y que Asturias es una zona que vive un crecimiento muy notable. “Ahora está de moda, la afluencia a Asturias está desbordada. No sé si en el futuro irá a más, pero Ribadesella y Llanes, a día de hoy, no tienen capacidad para albergar a tanta gente”, expone. Durante las vacaciones, la población del concejo se multiplica.

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Gonzalo Bernardos, profesor de Economía en la Universidad de Barcelona, explica que el mercado inmobiliario del norte de España funcionó especialmente bien tras la pandemia. “La gente tenía miedo a las aglomeraciones, y buscaba destinos donde pudiera estar más espaciado, más a lo suyo”, relata. Con todo, cree que es descabellado el mero hecho de plantear que, por razones climáticas, el norte pueda llegar a disputarle el trono a los destinos tradicionales del Mediterráneo. “En Palma, por ejemplo, hay casi 8 meses de temporada. En Málaga pueden ser hasta 10 de buen tiempo. Y en el norte, se reduce a 2 o 3 meses”, señala. Es decir, que el sol no cederá. Pero, ¿y si el calor redujese la temporada precisamente por volverse excesivo?

En Cantabria, el precio de la vivienda sube un 10 %

Mar Abascal es una de las responsables de la Inmobiliaria Mouro, ubicada en Santander. Abascal indica que la compra de segundas residencias en Cantabria ya era algo "de siempre", pero que en los últimos años se han encontrado a clientes “que venden su segunda residencia en zonas del sur, como Málaga o Marbella, para comprar una aquí. Nos dicen que vienen huyendo del calor”, expone, con alegría. La experta detalla que el perfil de comprador varía mucho, pero mientras que un apartamento de dos dormitorios puede rondar los 280.000 euros, los que buscan una casa unifamiliar están dispuestos a desembolsar en torno a 400.000. “En los últimos años, el precio de la vivienda en Cantabria ha subido aproximadamente un 10 %, quizá algo más”, explica Abascal.

Si la distancia entre la popularidad de franja septentrional y los destinos tradicionales se acorta, habrá algunos perdedores. “Puede que ahora, con el calor, sí haya algunos turistas que opten por destinos del norte”, pronostica Pablo Díaz Luque, profesor de Estudios de Economía en la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) y experto en turismo. Con todo, cree que la pujanza de Asturias o Cantabria no perjudicará tanto a los destinos de sol y playa como a los de interior. “Sevilla o Córdoba, por ejemplo, son ciudades que tienen el tópico del calor insoportable, y su temporada buena sí se puede acortar por la subida de las temperaturas”, razona.

Escasez de vivienda

Con todo, Díaz Luque considera que habrá mucha gente para la que Galicia, Asturias o Cantabria sean demasiado lluviosas. Según el profesor de la UOC, en la cabeza del turista el problema del cambio climático no está presente a corto plazo. “Será algo paulatino”, juzga. Además, valora que hay que ser cautos antes de pronosticar hacia dónde irá la industria. “Se habla de que este verano será un gran verano, de desborde después de dos años malos, pero, con la actual incertidumbre económica, habrá que ver qué ocurre el próximo”, expresa.

Vicente Palacio, de la inmobiliaria Costa Ris, ubicada en el municipio cántabro de Gama, cuenta que los precios, que hasta hace poco eran “muy buenos”, han motivado que en la zona haya escasez de vivienda. “Sí detectamos que aquí en Cantabria viene más gente, antes eran sobre todo de Madrid o de País Vasco, pero ahora vienen también de Castilla y León, mucha gente de Valladolid, por ejemplo”, detalla Palacio. Al igual que otros expertos, Palacio piensa que aún está lejano el día que el norte pueda disputar la corona a los destinos tradicionales de sol y playa. “A partir de los 50 años, el cliente busca más tranquilidad y temperaturas suaves, pero hasta entonces, los extranjeros buscan sol, y en España lo tienen asegurado. Acuden 15 días y quieren tostarse los 15”, opina.