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Nordace, las mochilas “inteligentes” y ligeras más cansinas por su aluvión de anuncios en redes

La compañía goza de buenas valoraciones, pero publicita sus artículos de manera insistente en Twitter e Instagram, lo que provoca el hartazgo de algunos usuarios

Juan Manuel Del Olmo

Una persona con una mochila similar a las de Nordace / PEXELS

Eastpak, Fjällräven Kanken, Herschel… y Nordace. De un tiempo a esta parte, las mochilas se han convertido en un complemento de moda más, un artículo con el que marcar estilo y personalidad en el día a día. Las de Nordace sobresalen por su aspecto cuadrado, sobrio y sofisticado, y son útiles tanto para ir de viaje como para guardar el portátil de camino a la oficina. Algunos modelos de la marca, como el Siena, incorporan incluso un puerto USB para cargar dispositivos. Por eso la compañía presume de comercializar mochilas “inteligentes”.

Sin embargo, a pesar de su funda acolchada, de sus correas ergonómicas y de sus bolsillos antirrobo, hay un aspecto de Nordace que resulta molesto: sus anuncios. La marca se publicita en Twitter e Instagram insistentemente, de modo que sus anuncios no dejan de aparecer a algunas personas que no siguen a la cuenta oficial.

“No puedo más”

 “Nordace, no puedo más. El primer día me gustaron las estúpidas mochilas. Hoy las odio, después de verlas un millón de veces, al aparecer siempre en el pantallazo al abrir mi TL. Elon, ¡si no las quitas, acabaré yéndome!”, escribía en Twitter Rafael del Rosal. Otros, igualmente hartos, ironizan con el bombardeo de la compañía: “Si veo un sólo anuncio más de las mochilas Nordace, me pego un tiro”, exagera otro tuitero.

Las mochilas modelo Siena / NORDACE

Y no ocurre sólo en España: “Stop showing me the Nordace bag ad!!! I know!!!!! I clicked on it on fb and twit and yes, i like it algorithm, but i cannot buy one!!!!!”, publicaba en inglés una tuitera (¡Parad de mostrarme el anuncio de la mochila de Nordace! ¡¡¡¡¡Lo sé!!!!! Hice clic en él en Facebook y Twitter y sí, me gusta, algoritmo, ¡pero no puedo comprar una!). No obstante, con otros usuarios, la matraca ha funcionado: una usuaria estadounidense reconoció en Twitter que había “cedido” y comprado una mochila modelo Siena “después de ver demasiados anuncios en Instagram”.

Efecto contrario al que desea la marca

El profesor de Marketing y codirector del Máster en Responsabilidad Social Corporativa en la Universidad de Murcia Pedro Jesús Cuestas cuenta a Consumidor Global que, cuando una marca comunica en exceso, puede llegar a “generar el efecto contrario al que desea” porque la insistencia también puede provocar rechazo.

Este experto recuerda que, al principio, los usuarios de las redes sociales eran reacios a la inclusión de publicidad en este canal, porque lo consideraban un espacio para ellos y sus amigos, algo, de algún modo, restringido e íntimo. No obstante, Cuestas argumenta que para las empresas “la publicidad en redes es muy barata” comparada con otros medios. Además, la mayor ventaja es que son capaces de comprobar su eficacia casi en tiempo real.

Dos personas con mochilas / PEXELS

“Si Nordace lo hace, es porque es rentable”

“Si Nordace lo hace, es porque es rentable para ellos, sin ninguna duda. Las empresas pueden monitorear si su inversión es rentable o no, y si no lo es, lo paran”, detalla Cuestas. El profesor recuerda una anécdota paradigmática: una vez, en una charla, le preguntaron a una directiva de una importante empresa de tecnología cuánto invertían en publicidad para redes. Ella contestó que “todo lo que hiciera falta”. Significaba exactamente eso: si percibían que no estaba siendo eficaz, el grifo se cerraba.

El profesor Cuestas precisa además que, en el comercio online, “lo que ocurre es que la compra no se hace la primera vez que el usuario ve un anuncio”. Así, en determinadas ocasiones, ese pico y pala es eficaz. Los números que maneja Cuestas indican que los ratios de conversión en una web están en torno al 1 %, mientras que, en una tienda física, es mucho más probable que el cliente que acuda termine comprando algo.

Encarecimiento de los anuncios

Además, no es sencillo conseguir que el anuncio de Nordace se esfume del todo. “Darle ‘no me gusta’ no es igual que hacerlo desaparecer”, explica el experto de la UM. Lo que provoca es un encarecimiento del mismo: si el anuncio colocado por una marca resulta problemático para la red social en la que aparece porque la gente lo rechaza, a la empresa le costará más colocarlo. “Es como una subasta, como si te penalizara”, explica Cuesta.

Varias mochilas / NORDACE

Con todo, a pesar de la insistencia de la marca, la mayoría de sus clientes están muy satisfechos. Así se desprende de la valoración en Trustpilot: de las más de 5.000 reseñas, el 69 % le otorgan 5 estrellas, la máxima puntuación. “Mochilas muy polivalentes”, describe un cliente, mientras que varios clientes hacen referencia a su ligereza y comodidad.

Sin detalles sobre el lugar de fabricación

“Tienen el precio de unas mochilas del nivel de Thule, que es una firma prestigiosa, así que supongo que serán de una buena calidad”, concede Cuestas. En su web, Nordace (cuyos modelos cuestan entre 109 y 160 euros) habla de las ventajas, del tejido, de su filosofía… pero no especifica dónde las fabrican.

“Solo trabajamos con fabricantes acreditados con la BSCI [una certificación internacional de buenas prácticas laborales, sociales y medioambientales] y seleccionados con gran dedicación. Cada producto está fabricado con dedicación y utilizando los mejores materiales. Solo después de rigurosos análisis y múltiples controles de calidad, tanto durante la fabricación como en el almacenamiento, nuestras mochilas y bolsos son enviados directamente a viajeros de todo el mundo”, detallan. Este medio ha intentado contactar con Nordace para preguntar por sus anuncios y dónde fabrican las mochilas, pero, al término de este reportaje, no ha obtenido respuesta.