Un vendedor externo es aquel que comercializa sus productos en la página de otra empresa, más grande y conocida, que presta para ello su estructura. A veces, optar por ellos es lanzar una moneda al aire. Lo saben los compradores de Leroy Merlin, de Amazon o de MediaMarkt. Esther Sánchez forma parte de estos últimos. Ella compró un televisor a través de la página web de MediaMarkt y, cuando lo recibió en su casa, se dio cuenta de que había cometido un error y en vez de comprar una smart tv de 28" pulgadas marca LG, que es lo que quería, había adquirido una televisión Led LG sin más.
No obstante, cuenta a Consumidor Global, el problema residía en que no la había comprado directamente a MediaMarkt, sino a Muno, vendedor externo. Y eso convirtió lo que debía ser una gestión sencilla en un quebradero de cabeza.
Dificultad para contactar
“Enseguida intenté ponerme en contacto con Muno, pero el teléfono que aparece en la página web de MediaMarkt nunca está operativo. No hay forma, ni en la propia página web del marketplace, de ponerse en contacto con ellos”, relata. Finalmente consiguió enviar un correo al que le respondieron remitiéndole a una aplicación en la que “puedes abrir tickets a modo de incidencias. Tardaron unos cinco días en contestarme, una vez que puse mis comentarios en redes”, señala Sánchez.
Al mismo tiempo, MediaMarkt se puso en contacto con ella interesándose por la situación, instándole a que “ofreciera a Muno toda la información que me pedían de lo relacionado con el paquete: fotos, si lo había abierto o no… Envié la información y la contestación de Muno fue que ya me facilitarían los datos para hacer la devolución”, indica. Es decir, marearon la perdiz.
Responsabilidad del proveedor
MediaMarkt tampoco ofreció a Sánchez muchas soluciones: alegaron que debía esperar a que el proveedor le contestase. Pasaban los días, y la confianza de Sánchez mermaba.
Al cabo de un tiempo volvió a escribir a MediaMarkt y, tras eso, Muno se puso en contacto con Sánchez indicándole la dirección a la que debía mandar el artículo. Parecía que el embrollo estaba cerca de solucionarse, pero no fue así: “Me enviaron distintos mensajes con distintas direcciones de entrega, algo que no me pareció muy normal, y especificándome que se reservaban el derecho de hacerme una devolución parcial de mi dinero”, cuenta esta consumidora.
Dudas sobre dónde enviar el producto
Todos estos detalles erosionaron la confianza de Sánchez, que, después de valorar sus opciones, y ante la poca profesionalidad de Muno, decidió quedarse el televisor. Le chocó especialmente “que no se pongan siquiera de acuerdo en dónde tengo que enviar el producto (que además, por lo que me comentaban, era como un operador logístico, ni siquiera sus instalaciones)”, así como la especificación “bien remarcada” de que Muno se reservaba el derecho de devolver una parte del dinero.
“Y eso sí, no volveré a comprar en MediaMarkt”, apostilla. Lo más lógico, considera Sánchez, habría sido poder devolver el televisor en cualquier MediaMarkt y que ellos lo hubieran gestionado con su proveedor.
Muno, un vendedor vendido
Este medio se ha puesto en contacto con MediaMarkt para preguntar cuál es exactamente su relación con Muno, pero, al término de este reportaje, no ha obtenido respuesta. Ahora bien, definir qué es Muno tampoco resulta sencillo. Quizá el nombre de MeQuedoUno sí le suene a algún consumidor: era una tienda online española que, en verano de 2022, vendió “parte de sus activos” a la belga Outspot.
Los medios publicaron entonces que todo el tráfico que entraba a través de la web de MeQuedoUno.com sería redirigido a Outspot.es, donde los clientes podrían “seguir disfrutando de las mejores ofertas en productos seleccionados”: ofertas flash de productos variopintos. Pero MeQuedoUno no cerraba del todo, sino que se concentraba en Muno, “un software que simplifica la integración de catálogos en 25 marketplaces de la Unión Europea”.
Mequedovino
“Si te metes en la página de MediaMarkt y ves reseñas sobre Muno, es vergonzoso que sigan trabajando con ellos, porque al final son responsables indirectos de estos problemas”, considera Sánchez. También resulta extraño el dominio de la web: ni siquiera la URL de la página es clara. Es mequedovino.com. ¿Comercializaron riojas y albariños antes de electrodomésticos? Es una incógnita. Lo que queda claro en Trustpilot es que los clientes no están satisfechos.
“Llegó 5 días tarde y roto. Ya hemos escrito y llamado, pero no hay respuesta, pero viendo los demás comentarios no insistiré más. Lo que todavía me parece increíble es que una empresa como MediaMarkt se digne a trabajar con ellos”, critica un comprador. “Hice un pedido de una cafetera y tardaron bastante más de lo previsto en enviármela, después de reclamarla llegó en perfectas condiciones, pero no ha pasado ni un mes y la cafetera no funciona. No puedo contactar con ellos por teléfono, solo por mail, pero no contestan para nada. Qué pena no haber leído antes la cantidad de comentarios negativos que tienen”, lamenta otro.
Centenares de afectados
“Ojo con comprar en OutSpot, antiguo mequedouno.com. Me han timado 560 euros e inventándose números de seguimiento de mi pedido. Ahora desaparecen y no contestan ni vía email”, apunta otra persona.
Existe incluso un grupo en Facebook, que dejó de estar activo en 2020, que lleva por título “Afectados Mequedouno”. Suma más de 500 miembros que se dedicaban a señalar las ofertas “falsas”, según sus palabras, de Mequedocontigo y Mequedouno.