Las compras de segunda mano crecen y con la pandemia algunos consumidores se atrevieron a estrenarse en este ámbito. De hecho, según el informe Consumer Trends 2022 de la compañía Samy Alliance, más de 30 millones de personas invirtieron por primera vez en ropa de segunda mano en 2020.
Además, casi ocho de cada 10 compradores primerizos en este mercado aseguraron que en los próximos cinco años incrementarían su inversión.
La Generación Z: los grandes compradores de ropa de segunda mano
Las nuevas generaciones son, sin duda, grandes consumidores de este tipo de prendas y productos. Según Samy Alliance, el precio no sería el único motivo para comprar ropa usada, sino que, también, la Generación Z tiene muy en cuenta los estándares éticos de las marcas antes de invertir en estas. De hecho, un 33% de la Generación Z tiene ropa de segunda mano.
En concreto, más de un 60 % asegura estar dispuesto a gastar en marcas sostenibles. Asimismo, el estudio concluye que gran parte de los consumidores priorizan ahora la calidad de las prendas, poniendo en valor el hecho de poder revenderlas a posteriori.
El problema de la contaminación
Del informe Consumer Trends 2022 se desprende que la compraventa de ropa de segunda mano ha permitido la recirculación de unos 6.650 millones de prendas. La industria de la moda es la segunda más contaminante del mundo, algo que ha hecho crecer las críticas en los últimos años.
Según la ONU, el sector representa aproximadamente el 10 % de las emisiones globales de carbono y casi el 20 % de las aguas residuales. Así, la reutilización de las prendas, tal como afirma el estudio de Samy Alliance, ha evitado la emisión de unos 52 millones de toneladas de CO2 a la atmósfera.