Hubo un tiempo en el que ir a la tienda de móviles era casi tan asiduo como ir a comprar unos zapatos. Antes de los smartphones de pantalla completa, potentes procesadores y cámaras múltiples, los teléfonos se usaban para hablar y, como mucho, para mandar SMS. Casi cada temporada había uno con un diseño más futurista que el anterior y que atraía a todo aquel que se lo podía pagar. Es decir, a casi todo el mundo. Porque antes los teléfonos móviles eran más baratos. Quién no recuerda el Motorola RAZR, con un diseño delgado casi como un papel, brillante y de tapa. El Nokia 5200, de color rojo y blanco, que fue uno de los primeros que salió al mercado con la pantalla desplazable. O la inmortal Blackberry, el dispositivo que casi desbancó al mismísimo iPhone.
Pero este abanico de modelos y diseños diferentes murió el día que aterrizaron los smartphones. Entonces, nacieron los amantes de iPhone que no cambian de dispositivo ni con lejía, como también, los de Samsung, otro target muy fidelizado. Llegaron los móviles chinos, Amazon, Backmarket, tiendas de “paquis” y hasta incluso tiendas físicas de las propias marcas. Con tanta opción disponible, ¿todavía son rentables las tiendas de telefonía móvil?
Un buen servicio “aún” se aprecia
En Mediamarkt lo tienen claro. “Los móviles son el producto que más vendemos”, asegura un dependiente de una tienda del centro de Barcelona. Para él, no hay crisis en este modelo de negocio. “Sí que es verdad que cada vez más los jóvenes compran de manera online, pero muchos siguen viniendo aquí”. Esta cadena tecnológica promete rebajar el precio del producto si el consumidor lo encuentra más barato. Un gancho que “atrae mucho”, como confirma el vendedor.
No obstante, The Phone House señala a Consumidor Global que el factor que mantiene con vida las tiendas de móviles es el servicio. “Muchas personas compran los móviles aquí porque nosotros pasamos toda la información que tenían en su dispositivo viejo, al nuevo, sin perder nada del contenido durante el proceso”, señala una especialista de la cadena. Y es que este paso, aunque puede resultar fácil para usuarios más aventajados, es toda una odisea para el público de edad avanzada.
Android beneficia al sector
“Si fuera por los iPhones, las tiendas de móviles habríamos cerrado”, confirman en Sony Gallery. Los iPhones se configuran de manera automática con el cambio de terminal, de ahí que este sector se mantenga gracias a los móviles con un sistema operativo Android.
El consumidor de Apple, según destaca Emili Vizuete, profesor de Economía de la Universidad de Barcelona y experto en consumo, “no compra de una manera tan asidua. Cuando el dispositivo ronda los 1.000 euros, es para un largo plazo”. Vizuete destaca que el cliente de la marca de la manzana mordida suele comprar en las tiendas físicas de la misma compañía. “Antes, los locales de venta de móviles y las compañías telefónicas tenían más margen de beneficio y podían ofrecer el iPhone de turno por unos 200 o 300 euros menos, pero desde hace unos años esto ha cambiado”, reitera el experto.
El alud móviles chinos
Otro aspecto que favorece a que el consumidor entre en las tiendas físicas es la gran cantidad de móviles chinos que hay ahora en el mercado. “En terminales como Xiaomi, Zte o Alcatel el usuario está más perdido en cuanto a modelos disponibles en el mercado, algo que no pasa con Samsung, iPhone o Huawei”, señalan en The Phone House.
Vizuete considera que este fenómeno responde a que antes había dispositivos prémium y otros low cost. Ahora, en cambio, hay una gama intermedia muy potente que pueden costar "entre 300 y 500 euros”. Según el experto, estos terminales tienen mucha presencia en las tiendas, ya que aún no son marcas o modelos tan reconocidos como para adquirirlos de manera online”. Los expertos coinciden en que, a pesar de que el consumo en internet cada vez es más importante, a las tiendas de telefonía móvil aún les queda mucha guerra que dar.