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La mezcla de aceite de oliva y de girasol divide al sector oleícola: ¿Es un fraude al consumidor?

La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos denuncia que algunos envasadores están llevando a cabo esta práctica, ilegal en España

Ana Siles

Aceite de oliva / PIXABAY

El aceite es uno de los productos imprescindibles para cualquier consumidor mediterráneo. En España, el oro líquido es un componente básico de las recetas más tradicionales. Este producto y sus variedades se adaptan a todos los tipos de paladares, desde aquellos que los prefieren más intensos hasta los que se decantan por los más suaves. Entre los favoritos de los consumidores está el aceite de oliva virgen extra. Rico por su calidad, su sabor y sus propiedades nutricionales. 

La sequía o la inflación son algunos de los motivos que explican la subida de precio de este bien tan preciado. En muchos hogares españoles, el aceite de oliva, en general, se ha convertido en un lujo no apto para todos los bolsillos. Otros, en cambio, se niegan a renunciar al oro líquido aceptando el precio que tenga en el mercado minorista. La UPA (Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos) ha denunciado la mezcla de aceite de oliva con el de girasol en algunas ocasiones. Un blend de aceites que el consumidor paga más barato que el aceite de oliva virgen o virgen extra. 

"Gato por liebre"

La UPA ha sembrado la polémica tras poner el foco en la nueva combinación de aceites que se está comercializando. Concretamente señala a la marca La Andaluza, perteneciente a la empresa Acesur. "Ciertos envasadores están mezclando aceites elaborados con diferentes materias primas y mezclándolos fuera de España, donde están prohibidas estas prácticas, para posteriormente importarlos a nuestro país e introducirlos en los lineales de la distribución. Su objetivo es el de abaratar el precio del producto final maximizando sus beneficios", sostiene la organización en un comunicado. 

Botellas de aceite de oliva virgen extra en un supermercado / FREEPIK

Una práctica que, a juicio de la UPA, perjudica "seriamente a los oliveros y a toda la cadena del aceite de oliva". La organización pide que esta práctica se paralice inmediatamente argumentando que esta mezcla "deteriora de forma indigna la imagen y el amparo de un producto de excelencia como es nuestro aceite de oliva".  Algunos envasadores están acometiendo por primera vez en nuestro mercado estas prácticas que, según UPA, se prestan al engaño pues quieren hacer pasar "gato por liebre", zanja el colectivo.

¿Fraude al consumidor? 

Probablemente esta sea la pregunta que más se ha planteado en los últimos días. El artículo 3 del Reglamento Europeo 2104 del año 2022, recogido en el BOE, establece que los Estados miembros de la Unión Europea no pueden prohibir “la comercialización en su territorio de tales mezclas procedentes de otros países y no podrán prohibir la producción en su territorio de tales mezclas con vistas a su comercialización en otro Estado miembro o a su exportación”. La legislación española prohíbe “para consumo interno mezclas de aceites de oliva y de orujo de oliva con otros aceites o grasas de origen vegetal”, según recoge el artículo 8 del Real Decreto 760/2021, conocido como la norma de calidad del aceite

Desde el punto de vista legal, este blend de aceites es posible: los envasadores pueden realizar la mezcla en otros países que sí lo permitan para luego introducir el producto en España y venderlo aquí. “Si en el etiquetado viene toda la información y se cumple con la normativa europea, no tiene que haber ningún engaño”, defiende Primitivo Fernández, director de Anierac (Asociación Nacional de Industriales Envasadores y Refinadores de Aceites Comestibles), en declaraciones a Consumidor Global

¿Una cuestión de ética?

"Todo lo que no aclare que es aceite de oliva y que confunda al consumidor, estamos en contra", expone a este medio Macarena Sánchez, gerente de Acora (Asociación Empresarial de Almazaras Industriales de Córdoba), mostrando así su apoyo a la denuncia de UPA. Sánchez explica que estas mezclas están permitidas por la Unión Europea, por lo que, desde el punto de vista legal, las empresas pueden estar amparadas. "Es una cuestión más de ética", afirma la gerente de Acora. "La norma de calidad de aceites de oliva protege, fundamentalmente, a los aceites de oliva vírgenes y los vírgenes extra. De esta manera, estamos echando por tierra todo lo que esta norma pretende proteger", expone Sánchez. 

Aceite de oliva PIIXABAY

En la misma línea que Acora, Lucía Serrano, presidenta de Infaoliva, declara a Consumidor Global que "un aceite de oliva no se debe mezclar con otras cosas por su calidad. Eso es devaluarla". “Hemos de difundir que el aceite de oliva virgen extra no es una grasa como mero ingrediente, como puede ser el girasol. Estamos hablando de un producto con muchísimas propiedades”, explica a Consumidor Global Susana Romera, directora técnica de la ESAO (Escuela Superior del Aceite de Oliva). "Defendemos un producto en el que el mayor reclamo de venta es, precisamente, las propiedades saludables", sostiene Macarena Sánchez. “Todas sus propiedades se pierden en el momento en el que se mezclan con otros productos", zanja la gerente de Acora. 

El polémico etiquetado

"Mezcla de aceites de oliva y aceite de girasol. Elaborado con aceite de oliva virgen extra de variedad picual". Estas son las palabras que aparecen en los envases de La Andaluza. La información del etiquetado ha abierto un debate alrededor de la veracidad o no del mismo. "Si ese aceite lleva una variedad de picual, eso forma parte del etiquetado facultativo. Siempre que el envasador pueda demostrar que el aceite que ha utilizado es picual, tiene todo el derecho a indicarlo en la etiqueta", sostiene Primitivo Fernández en sus declaraciones a este medio.  

Etiquetado La Andaluza UPA

Una opinión que choca directamente con la postura de Macarena Sánchez. "Según la norma de calidad, la palabra virgen está reservada para los vírgenes o los extra. Para los aceites que en realidad lo son. En este caso, como se trata de una mezcla pues no debería aparecer en la denominación del producto", defiende la gerente de Acora. Por su parte, Susana Romera recuerda que "en el etiquetado ha de estar muy claro qué es lo que lleva el producto que voy a comprar, qué mezcla exactamente tiene y de qué porcentajes estamos hablando". En el caso de La Andaluza, solo el 35% es aceite de oliva virgen extra. Un 25% es aceite de oliva refinado, un 20% aceite de girasol y otro 20% aceite de girasol refinado. 

La calidad del aceite 

Los requisitos que debe cumplir un aceite para considerarse virgen o virgen extra son muy claros: "Ha de tratarse de un zumo de un fruto, en este caso de aceituna. Esto quiere decir que es un producto que no ha pasado por ninguna refinería y que no se le ha adicionado absolutamente nada, es decir que es un zumo natural 100%. También ha de cumplir unos parámetros, pero lo principal es que no haya sido adulterado con nada y que no haya habido ningún tipo de manipulación fuera de la maquinaria específica para la extracción del aceite", explica a este medio la directora técnica de la ESAO

Olivas para elaborar aceite / PIXABAY

Estos requisitos no pueden estar presentes cuando se produce una mezcla con el aceite de girasol, tal y como confirma Susana Romera. "El aceite de girasol procede de la refinería, es decir ha sufrido un proceso de refinación. Un proceso de refinado pasa por diferentes fases como la depuración, la neutralización, la decoloración o la desodorización". 

El consumo, a la baja 

Hace meses que el consumo del aceite de oliva virgen o virgen extra está a la baja. La escasez de materia prima y la inflación hacen que cada vez se acumulen más botellas del oro líquido en los supermercados y menos en los hogares. Cristian Castillo, profesor de Logística y Producción de la Universidad Abierta de Cataluña (UOC), cree que esta tendencia podría mantenerse en los próximos meses "si la situación no cambia", tal y como manifiesta a Consumidor Global. El experto explica que la llegada al mercado español de este blend de aceites "difícilmente" hará que se rebajen los precios del aceite de oliva virgen o virgen extra. "Hay que tener en cuenta que el precio corresponde a toda una situación que tenemos en origen de encarecimiento de los costes", sostiene Castillo. 

A juicio de Susana Romera, "perjudica a la venta de aceite de oliva virgen extra el que haya tanta confusión en la terminología y que las mezclas no estén claramente especificadas en el etiquetado". "La única forma de abaratar precios es mezclando el aceite", confirma Macarena Sánchez. "No se pueden cambiar las reglas del juego en función de la disponibilidad del producto porque no sabemos qué cosecha vamos a tener mañana", concluye la gerente de Acora.