Empezar la mañana con un buen café es un placer para muchos consumidores. Para preparar una cafetera italiana, lo ideal es que esté limpia y totalmente seca, pero muchos consumidores no la lavan con la suficiente frecuencia o intensidad. Por eso, un truco interesante es introducir un poco de papel higiénico (o de cocina) en el interior del depósito de agua de la cafetera, con el objetivo de que absorba toda la humedad restante.
Así, no aparecerán los pequeños puntos negros que surgen en el depósito y que pueden llegar a alterar el sabor del café. De hecho, a la larga, la humedad constante en la cafetera italiana puede causar la aparición de moho y hongos que no solo afectan a la calidad de la bebida, sino que son perjudiciales para la salud.
Oxidación de la cafetera
Por otra parte, si la humedad se acumula en las partes metálicas de la cafetera, como el filtro o el embudo, puede generar oxidación y corrosión, afectando así al funcionamiento de la cafetera (por ejemplo, con dificultades para cerrarla y abrirla) y reduciendo su vida útil.
Un truco para preparar la cafetera ideal consiste en colocar el café molido sobre el filtro con suavidad, sin aplastarlo e igualándolo por arriba. Para obtener un mejor sabor, lo recomendable es moler el café en casa, aunque esta opción es más cara que comprarlo ya molido. Para hacerlo se necesita un molinillo, que puede ser manual o eléctrico.
Mejores tipos de café
Entre las diferentes variedades de café, el Arábica se considera el más intenso y con mayor aroma. Es cultivado en altitudes más altas y tiene un sabor especial. Por su parte, el café Robusta es algo más amargo y contiene más cafeína.
Otro café muy apreciado es el colombiano, reconocido por su sabor suave y equilibrado, con notas dulces y un aroma característico. Tiene una acidez media-alta y un cuerpo medio.