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Manipulan la cara de Tom Hanks con inteligencia artificial para vender seguros dentales sin permiso

Una empresa utilizaba una versión del rostro del actor sin su consentimiento, y el intérprete ha dejado claro que no tiene nada que ver

Juan Manuel Del Olmo

El actor Tom Hanks con un premio en los Globos de Oro / Kevin Sullivan - ZUMA Wire / DPA

La inteligencia artificial puede ser una herramienta muy útil si se utiliza correctamente, pero también puede ayudar a generar y difundir anuncios falsos o a suplantar la identidad de una persona. Uno de los últimos afectados ha sido el actor Tom Hanks, cuyo rostro se ha usado, sin su permiso, para vender seguros dentales.

Hanks lo ha denunciado en su cuenta de Instagram, indicando que circula un vídeo “anunciando algún tipo de plan dental con una versión IA de mí”. Dicho vídeo muestra a una persona que tiene sus rasgos, pero es mucho más joven. La estrella de Hollywood ha dejado claro que él no tiene nada que ver con dicha publicidad, pero no ha anunciado si tomará medidas legales contra los responsables.

Hanks ya alertó de los riesgos de la IA

Tal y como explica CNN, el pasado mayo el actor ya se manifestó sobre los riesgos que la inteligencia artificial representaba para su profesión en el programa The Adam Buxton Podcast, donde aseguró que ahora cualquiera puede recrear una versión de sí mismo a cualquier edad. 

Hanks fue más allá e indicó que él podría ser atropellado por un autobús, pero sus actuaciones seguirían y seguirían.  Con todo, admitió que una versión de sí mismo creada por IA no alcanzaría su nivel interpretativo, pero a una parte del público no le importaría.

Preocupación en Hollywood

Este episodio se suma a otros similares ocurridos en los últimos tiempos que ponen en cuestión los límites de las IA. Por ejemplo, el actor británico Stephen Fry denunció que sus grabaciones de todos los libros de Harry Potter en formato audiolibro se habían utilizado para entrenar a una IA a recrear su voz, sin su autorización.

En general, la IA preocupa porque plantea la posibilidad de prescindir de los actores y creadores humanos, al menos de forma puntual, lo que plantea interrogantes éticos y artísticos. Por ello, en la huelga de guionistas que ha sacudido a la industria en Estados Unidos se ha hablado de establecer garantías para asegurar que ninguna IA pueda reescribir material literario que se considere original.