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La macrogranja Agroparc que proyecta Ametller Origen: ¿disparate o ejemplo de sostenibilidad?
La cadena de supermercados catalana quiere implantar en la localidad barcelonesa de Gelida un innovador complejo que enemista a los vecinos de la zona e irrita a los ecologistas
La cadena de supermercados catalana Ametller Origen tiene los papeles en regla para implantar su Agroparc Penedès, un macroproyecto de “producción agroalimentaria capaz de obtener de manera más eficiente y sostenible alimentos de mayor calidad nutritiva y organoléptica” muy cerca de Barcelona.
No obstante, tanto Unió de Pagesos, el sindicato mayoritario del campo catalán, como algunos ecologistas y vecinos de la zona aseguran que el parque agrario no es tan bonito como parece.
Ametller Origen y la macrogranja Agroparc
La empresa inició su plan para desarrollar el complejo a finales de 2016, y desde entonces el proyecto ha ido avanzando de manera intermitente. En 2018 se paralizó y fue retomado de nuevo en 2021.
Desde entonces ha habido modificaciones tanto de la normativa urbanística como del diseño que se prevé construir. Ahora, el último informe de la Generalitat, fechado en abril de 2023, da luz verde definitiva al proyecto, que ocupará alrededor de 300 hectáreas. Eso sí, con un gran número de entidades locales en contra.
Agua reutilizable y autoconsumo energético
El proyecto de Agroparc Penedès está residenciado en la localidad barcelonesa de Gelida. “Lo que se propone es un modelo de circularidad total donde el agua de la industria se reutiliza para regar los campos porque se compone de campos de cultivo extensivos y, luego, hay invernaderos tecnificados que son mucho más sostenibles”, explica a Consumidor Global Marta Angerri, directora de Financiación Europea y Asuntos Públicos, Sostenibilidad y RSC de Ametller Origen.
“Lo que se ha propuesto es hacer una instalación fotovoltaica de renovables que son para el autoconsumo de la fábrica, es decir, que el consumo energético de la fábrica solo venga de las cargas fotovoltaicas que vamos a poner allí y que el agua del uso industrial sea la que nos sirva para regar los campos”, subraya Angerri.
“Un despropósito total”
En contra, desde Unió de Pagesos señalan a este medio que la realidad no es tan bonita. “Nosotros estamos en contra, primero porque su proyecto va a ser un gran parque temático”, resalta a este medio Maria Rovira, responsable de Urbanismo del sindicato. “Va a necesitar mucha agua, cambiará la infraestructura de la zona porque son carreteras muy estrechas por la que pasarán 200 camiones”, añade.
La llegada de al menos 200 camiones diarios, un cálculo que sale del propio estudio de movilidad que ha hecho Ametller, también preocupa a los vecinos. Desde Ametller responden que la intención es que los camiones funcionen con biometano, lo cual reduce hasta el 90% las emisiones. A día de hoy la compañía solo dispone de 35 camiones con este combustible. “La producción agraria la tenemos repartida desde el Maresme hasta Murcia, y lo que se va a hacer es agrupar una parte y la distribución va a ser mucho menor”, destacan desde Ametller.
Ametller se adapta a Europa
“Este ejercicio de economía circular es lo que Europa, en su New Green Deal, nos pide que hagamos”, apunta Angerri. “Evidentemente, cualquier proyecto de este estilo en una población tiene impacto, porque siempre hay aquellos que creen que una implantación de este tipo puede llegar a causar algunos problemas”, reconoce la portavoz de Ametller Origen.
Por otro lado, desde la plataforma Stop Agroparc, que lleva años protestando y presentando recursos contra el plan, denuncian que el proyecto romperá un conector ecológico entre espacios naturales protegidos y afectará al área de caza del águila perdicera, una especie protegida y en peligro de extinción. Es una de la condiciones que impone la Generalitat para autorizar el parque agrario a la empresa, que deberá compensar la pérdida del hábitat de esta ave.
Mejoras en el plan
Angerri defiende que han ido mejorando el proyecto con los años como con el tema de la compensación del águila. “Vamos a crear un hábitat especial para esta ave en peligro de extinción para asegurarnos de que no hay ningún problema con la biodiversidad de la zona. Haremos todo lo posible para integrarlo y que funcione”, comentan desde la cadena de supermercados.
“La decisión de tirar adelante un proyecto así, evidentemente interpela a todas las administraciones y hemos recibido un informe favorable para poder hacer este proyecto”, enfatizan desde Ametller. “Creo que todo el mundo tiene su derecho a sacar temas que le parecen contradictorios pero, en este país, si una cosa no cumple la ley, no sigue para adelante. Y nosotros hemos sido súper escrupulosos, pero no sólo escrupulosos, lo que hemos hecho es intentar mejorar todavía más la situación”, añade Angerri.
Las dudas
“Todo lo que dicen no es posible, además ha mentido cantidad de veces”, resalta Rovira, de Unió de Pagesos. La compañía ha crecido presentándose como una empresa de productos “sostenibles” y “sin intermediarios”. En 2014, sin embargo, decidió retirar este último eslogan de sus tiendas pues buena parte de los productos no eran de proximidad y fue denunciada por Unió de Pagesos por anunciarse como un supermercado ecológico sin serlo.
Junto al sindicato de payeses, hay vecinos de Gelida que se han posicionado en contra de un proyecto que creen que traerá contaminación al pueblo, afectará a una zona verde con gran biodiversidad y conllevará un relevante gasto de agua. Algunos, sin embargo, reconocen estar aún perdidos. “Le doy vueltas y no logro tener una opinión, tampoco conozco los detalles”, explica Josep Ferrer, vecino de 68 años, a El Diario. “Pero si tiene que traer trabajo, bien está”. De hecho, desde Ametller aseguran que generará más de 3.000 puestos de empleo entre directos e indirectos.
Un proyecto demostrativo
“Es un proyecto demostrativo”, explica Marta Angerri. “Evidentemente, nuestra fuente de fruta y verdura no será solo el Agroparc, lo que se quiere es demostrar que se pueden hacer las cosas distintas”. Además, indica que la intención es financiar una quinta parte del complejo, que cuenta con el apoyo de la Generalitat, con los fondos Next Generation y con el dinero de inversores privados.
“Lo que se va a hacer exactamente es un polígono para productos alimentarios. Ahí va a ser un incendio de invernaderos moderno”, contrapone Rovira. “Se están apoyando las amistades, pero lo que van a hacer no va a beneficiar a nadie de la zona”, concluyen desde Unió de Pagesos.
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