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Lo que esconden los 'grillz' de Rosalía: de caries a cambiarte la morfología de la boca
La joyería dental se ha puesto moda, pero los odontólogos recuerdan que este tipo de prácticas no tienen ninguna garantía para la salud bucodental
Rosalía no tenía suficiente con decorar, de forma muy personal, sus uñas. Así, la popular cantante ahora se enjoya hasta los dientes. Se llaman grillz y los hay de diferentes metales. Funcionan como si fueran fundas bucodentales. Aunque la de Sant Esteve Sesrovires no es la única que los lleva. A esta tendencia se han sumado, también, Rihanna, Katy Perry, Hailey Bierber y hasta la mismísima Beyoncé. Pero no es oro todo lo que reluce. Nunca mejor dicho. Los grillz esconden un sinfín de problemas bucales: desde caries hasta cambiar la morfología de la boca de una persona.
De hecho, los dentistas alertan de que hay más riesgos que beneficios a la hora de usar este tipo d joyería dental. Además, no tiene ninguna garantía en cuanto a la salud bucodental del usuario.
La moda de los ‘grillz’: de los raperos de los 80 a Rosalía
Rosalía no se ha inventado nada. Las joyas para los dientes se consideran un símbolo de estatus y riqueza en el mundo del hip-hop desde la década de los 80. Aunque su boom más mainstream vino en los 90. No obstante, Bruno Baracco, vocal de la Junta de Gobierno del Colegio de Odontólogos y Estomatólogos de la I Región (COEM), señala que los grillz de ahora poco tienen que ver con los de antes. “En la actualidad son mucho más grandes y ostentosos, como si fueran una prótesis, antes eran apenas un punto brillante”, explica.
Asimismo, este experto recuerda que los mayas también se decoraban los dientes e incluso se los limaban. “De hecho, varías civilizaciones antiguas han utilizado este tipo de recursos como símbolo de poder”, añade Baracco.
Una dentadura de ‘bandera’
“La primera vez que lo vi fue cuando el nadador Ryan Lochte apareció con la dentadura cubierta de piedras rojas, azules y blancas formando la bandera estadounidense tras ganar la medalla de oro”, recuerda el doctor Juan Pérez, especialista en ortodoncia y doctor en medicina y cirugía en la Clínica de Ortodoncia Pérez Varela.
Según este especialista, la mayoría de estas joyas se diseñan a medida para usarlas como un retenedor o prótesis removible. Sin embargo, pese a ser personalizados, los grillz no son seguros. “Pueden pasar un sinfín de cosas: desde provocar grietas a fracturar dientes, también pueden cambiar la morfología de la boca e incluso causar una recesión de la encía”, incide Baracco. Este odontólogo, además, considera que ningún profesional estaría dispuesto a hacerlo. “De ahí que lo más normal es colocarlo sin la aprobación de un dentista, algo que incrementa aún más los peligros de esta práctica”, remarca.
Intrusismo en el sector
Como los grillz no cuentan con el beneplácito de los odontólogos son muchos los que recurren a internet para hacerse con estas joyas. Portales como Amazon y AliExpress los venden desde 15 euros. “Ni están hechos a medida, ni tienen materiales homologados. Todo lo que se vende en estos portales no es más que fundas con pinzas en los laterales para sujetarse”, explica Pérez.
Baracco señala que dentadura “sólo hay una” y que, antes de cometer la imprudencia de comprar unos grillz por Amazon, “el consumidor se lo piense más de una vez, porque muchos problemas de la boca son irreversibles”. De hecho, compara esta moda con la de pircings en la boca o lengua que, “también producen grietas o roturas”.
Tipos de ‘grillz’
Hay distintos tipos de grillz. Los puntos brillantes, los que recubren la muela como si fueran una funda y otros que sólo la siluetean. Rosalía lleva una pegatina en forma de mariposa. Según la doctora Beatriz Moralejo, cirujana oral y maxilofacial, los brillantes que lleva la cantante no son los más agresivos. “Se tratan de pequeñas incrustaciones que sobresalen del diente y que se aplican como si fueran un empaste”, explica.
A su juicio, los que embarcan el diente son los peores de todo. “Implican tallado de la muela y aparte cierran el espacio entre los dientes y se acercan mucho a la encía, por lo que pueden dar problemas periodontales”, añade.
Dificulta la higiene documental
Otro aspecto que preocupa a la comunidad médica es que los grillz promueven la aparición de caries. “Al estar encima de la encía dificultan el correcto cepillado y aumentan el riesgo de sufrir dientes cariados” corrobora Pérez. Pero, como bromea Baracco, “en este caso padecer una caries es un mal menor a todo lo que, en realidad, puede pasar”.
Además, el usuario puede reaccionar ante este accesorio, a modo de alergia o irritación, ya que no hay ningún material 100 % seguro en la boca. Asimismo, Pérez enfatiza que muchas veces se colocan y no pasa nada, pero al repetir esa rutina cada día pueden casuar alguna infección. “Si se quitan y no se limpian bien, estas aplicaciones acumulan microbios en los poros del metal y al volver a colocarlos sobre la superficie del diente liberan ácido y lo descalcifican”, concluye Pérez.
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