El artista ruso Wassily Kandinsky consideraba que el color era “un poder que influencia directamente el alma”. Y si hay un color que tiñe la Navidad, incluso de forma más acusada que el blanco, es el rojo: la ropa interior, la caja roja de Nestlé, Papá Noel… y las flores de Pascua. O flores de Navidad. O poinsettia. Es igual. Son originarias de México (no llegaron a Europa hasta el siglo XVII) y su nombre científico es Euphorbia pulcherrima, palabras que hacen referencia a su belleza. Por esta exuberancia y por su precio triunfa en todos los hogares durante estas fechas. Desde luego, son más coquetas y prácticas que instalar un abeto en el salón.
No obstante, las diferencias de precio de las flores de pascua son muy abultadas según el sitio en el que se compren: bazares asiáticos, supermercados o floristerías. ¿A qué responde eso?
La intensidad del color
En un bazar chino, los precios pueden variar. Las plantas grandes cuestan en torno a unos seis euros, mientras que las pequeñas pueden ir de dos a cuatro. Eso sí, debemos tener claro que estos establecimientos, por sus condiciones de iluminación, no son los lugares ideales para tener expuestas las flores. Algunas hojas tienen un color vistoso, pero que no llega a alcanzar ese rojo carmesí tan característico de una planta de pascua de revista. Además, en los bazares estas flores vienen envueltas en plástico, como si fuera un ramo, lo que puede resultarles invasivo.
Los grandes supermercados son uno de los puntos de venta habituales de la planta. Quizá el más extendido, puesto que algunos la colocan estratégicamente junto a las cajas, para atrapar la atención del consumidor en el momento de ir a pagar. En Carrefour sólo las hay un tamaño, grande, que cuesta 3,69 euros. Como en el caso del bazar, viene envuelta en un papel con imágenes navideñas. La parte trasera de las hojas se ve algo más descolorida y alicaída.
Lidl, la opción más barata
Dia y Lidl tampoco renuncian a su flor de pascua. En el segundo, la planta grande cuesta 3,49 euros, más barata que en Carrefour. Además, la cadena alemana ofrece más variedad: tiene a la venta una flor de pascua de colores, cuyas hojas son de tonos rosados con vetas blancas; y un modelo mini, con una maceta de 6 cm, que cuesta 0,99 euros. Mismo precio que el icónico bambú de Ikea.
En la página web de Lidl podemos leer que el método recomendado para regarla es el de inmersión: hay que colocar la maceta en un bol de agua tibia durante un cuarto de hora y después escurrir el agua sobrante. Por su parte, en Dia los precios suben: la de mayor tamaño (más grande que la grande de Lidl) cuesta 6,99 euros. Su aspecto es más vistoso que en los otros dos supermercados.
El secreto está en la tierra
En la plaza de Tirso de Molina de Madrid, un lugar donde los puestos de flores y de plantas colorean y dan vida al espacio, las poinsettia cuestan unos ocho euros: más caras que en los supermercados, pero algo menos que en las floristerías de la zona. En la floristería el Ángel del Jardín, una de las más icónicas (y también una de las más bonitas, por qué no decirlo) de la capital, hay flores de pascua de varios tamaños. Las grandes superan los 15 euros, lo que cuatriplica el precio de las de Carrefour, mientras que otras, las que tienen aproximadamente un palmo de alto (es decir, que no son tan minúsculas como la opción mini de Lidl) se quedan en 6,50.
Una de sus responsables explica que la diferencia de calidad, que repercute en el precio, no está tanto en la propia flor como en la tierra de la maceta. Mientras que unas son pobres, otras tienen los materiales necesarios para que la planta crezca felizmente. La responsable añade que, para que la planta dure, necesita luz razonable y dosis moderadas de agua. Además, los especialistas sostienen que, cuanto más cerrados estén los capullos, más durará la flor. Una vez pasadas las fiestas, la planta perderá sus hojas y la intensidad característica para convertirse en un arbusto poco atractivo. Y es que el esplendor de la Navidad es efímero. Regulando los niveles de oscuridad y podándola adecuadamente, los más manitas pueden intentar que les dure para el año siguiente.