Prefijo de Reino Unido: +0044 o +44. Un tono, dos tonos, tres tonos. Acento sospechoso. Urgencia, a veces incluso ímpetu. Ofertas inverosímiles, que anuncian dinero casi instantáneo. Las llamadas extrañas desde el Reino Unido se han convertido en una constante que cabrea e inquieta a muchos usuarios. Mientras ellos dudan si cogerlo o no, al otro lado puede haber estafadores que se hacen pasar por inversores o por expertos en bolsa.
En foros especializados, algunos consumidores se quejan de recibir estas llamadas hasta tres veces al día, mientras que a otros les preocupa cómo han conseguido su teléfono. Ante este aluvión de llamadas, los expertos apelan a la precaución y advierten de que los timadores son camaleónicos: antes lo hacían en la realidad física, y ahora en la digital. Y la actual coyuntura, con cuestiones tan etéreas como las criptomonedas, tampoco ayuda.
Sospechar si la llamada viene de Reino Unido
Juan Manuel Corchado, catedrático en el área de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial y profesor de la Universidad de Salamanca, explica a Consumidor Global que lo primero que hay que hacer ante estas llamadas “impertinentes” es aplicar el sentido común. “Hay que colgar ante la más mínima duda y no dar nunca datos personales, pero si nos llaman del Reino Unido ya hay que sospechar”.
Tal y como explica el experto, este acoso y derribo a través del móvil no es difícil de llevar a cabo: “Hoy en día los pícaros tradicionales se han subido al carro de Internet, y tienen muy fácil crear identidades falsas y cometer delitos”, expresa. La opinión de Corchado coincide con la de José Francisco Monserrat, profesor e investigador de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV): “Hay mucho delincuente joven que está en su casa y con un ordenador puede hacerlo”, dice. “Con un poco de mañana, no es complicado, a nivel técnico, hacer que llamas desde Bélgica desde tu cuarto en Valencia”, cuenta.
La importancia de denunciar el número
Por ello, según Monserrat, la precaución es clave: “Si no esperas una llamada de un país extranjero, lo mejor es que no lo cojas”, propone. El hecho de que el origen de las llamadas se puede falsificar riza el rizo: a no ser que destine una cantidad de recursos notable, es imposible saber desde dónde llaman ni quiénes son realmente estos delincuentes. Se trata de intentos de delito que caen en saco roto.
“Suelen ser sospechosas, pero hay gente que sigue picando”, dice el profesor de la UPV. No obstante, cree que se están dando pasos en la buena dirección. “Tanto las operadoras y los fabricantes como las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado están desarrollando mecanismos de protección. Y, como usuarios, tenemos la opción de denunciar el número en el registro de llamadas, no sólo bloquearlo. Es una opción un poco agresiva, pero recomendable”, cuenta el profesor.
Bases de datos que crean alertas futuras
Denunciar y bloquear, además, puede tener efectos positivos para mucha gente. “Con estas denuncias, se crean unas bases de datos que se comparten para generar una especie de registro de números de dudosa valía”, explica Monserrat. El experto asegura que, en los móviles más nuevos, los propios terminales anuncian que estas llamadas son un posible fraude si el número está incluido en dicho registro. “No ocurre en todos, pero se está implementado”, asegura.
Sin embargo, es un parche que no sirve a todo el mundo. Los expertos consultados por este medio coinciden que las personas mayores, menos habituadas al uso de la tecnología, pueden ser más proclives a creer que los números de Reino Unido traen ofertas reales.
“Todo chollo debe encender las alarmas”
Con todo, se trata técnicas perfeccionadas. “Hace años había otra estafa a través de correos electrónicos, en los que el emisor te decía que tenía una fortuna en África y podía compartirla contigo… Se va cambiando de táctica, pero todo chollo debe encender las alarmas”, señala Corchado. “Todos hemos oído que hay gente que gana muchísimo dinero con inversiones, pero hay que ser cauteloso”, añade.
Los estafadores pueden ser increíblemente persistentes, con llamadas todos los días de distintos números. Que lo hagan de forma sistemática, según Corchado, no significa que esa persona esté más amenazada que otras. “Si las rechazamos, no pasa nada”, expresa. Se suele decir que la persistencia es la clave del éxito, así que estos estafadores no son los únicos que llaman sin cesar. En este sentido, en España ya hay una sentencia pionera contra Vodafone: un juez ha condenado a la compañía a pagar 6.000 euros a un cliente al que bombardeó con ofertas. Este caso abre la puerta a que pasarse de pesado se convierta en ilegal.
No existe riesgo por coger la llamada
También hay quienes han probado a contestar ante tanta insistencia y devolver el golpe. Siendo conscientes de que era un fraude, algunas personas (sobre todo jóvenes con conocimientos en la materia) han seguido la corriente a estos timadores para ver cómo de rocambolesco era su engaño. En redes sociales hay vídeos de jóvenes que vacilan a los estafadores y demuestran sus timos.
“No hay riesgo por el mero hecho de cogerlo, si eres tú el que lo coge y no ofreces ningún dato”, dice Monserrat, aunque recomienda “precaución”. No obstante, recuerda que si a una persona le llega la llamada y está realmente convencida de que es un fraude, tiene la obligación de llamar a la Policía, porque se trata de un delito.