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¿Lentillas de fantasía o de terror?: los peligros de una de las modas de Halloween
Usar lentes de contacto sin las garantías sanitarias necesarias puede generar conjuntivitis, queratitis o incluso úlceras que pueden acabar con la visión
Halloween está a la vuelta de la esquina y los más fans de esta fiesta ya lo tienen todo preparado para vivir una noche de muerte. No faltan a la cita los disfraces originales y complementos como máscaras, sierras, varitas mágicas y lentillas con las que uno mata con la mirada. Sin embargo, ¿sabemos realmente qué nos estamos poniendo en los ojos? ¿Quién dice que para divertirse una noche haya que poner en riesgo la salud?
“Las lentillas son un producto sanitario, y como tal tienen una serie de controles que son imprescindibles y que dan una garantía. Es un producto testado que tiene que haber pasado por una serie de procesos de control de calidad, y que ha de haber discurrido en el mercado por cauces controlados”, explica Filemón Galarza, secretario ejecutivo de la Asociación Nacional de Ópticos (Aneop).
Profesionales sanitarios
A la hora de comprar una lentilla “de fantasía” es fundamental que el producto cuente con las necesarias garantías sanitarias. Pero no solo eso. “Es necesario que intervenga un profesional sanitario para adaptar esa lentilla al consumidor, es una parte del cuerpo muy sensible”, señala Galarza.
Este tipo de complementos deben comprarse en un establecimiento donde haya un profesional sanitario “que confirme que el producto es compatible con la retina del consumidor”, expone el secretario de la Aneop. “Hay personas que pueden ser alérgicas a algún componente”, añade.
Peligros de las lentillas
El precio de no adquirir el producto adecuado puede resultar muy elevado. “El usuario puede tener problemas irritativos de la retina, se puede llegar incluso a tener conjuntivitis”, describe Galarza. “Son problemas muy molestos que, aunque no sean mortales, afectan de lleno al sistema visual”, alerta.
“El consumidor puede provocarse una queratitis, pero también una úlcera en la córnea, ya sea poniéndose una lentilla que no debería o si el ojo entra en contacto con sprays o determinadas purpurinas”, indica Daniel Soriano, gerente de la Óptica Soriano. Si se padece de queratitis, Soriano señala que “es más fácil de tratar”. “La cosa se complica en el caso de la úlcera, porque puedes llegar a perder la visión”, advierte el profesional.
Cuidado con dónde compras
Para comprar unas lentillas seguras para Halloween, Galarza recomienda “estar informado”. “Un usuario no compraría un medicamento en un sitio que no fuera una farmacia. Las lentillas son un producto sanitario, pero en estos casos las vemos como algo lúdico y se distorsiona esa información”, señala. “Estas lentillas tienen el mismo tratamiento que las correctoras, por lo cual hay que acudir a una óptica, ¡no vas a comprarlas en un bazar!”, afirma. “En muchas tiendas hay lentillas de fantasía, pero es ilegal venderlas si no hay un profesional”.
De hecho, Galarza asegura que “la administración retira las lentillas de aquellos sitios donde no hay un profesional sanitario”. “Es importante que se cumpla la legalidad”, declara. “La venta de productos de Halloween es cuestión de responsabilidad profesional, no de beneficio económico, porque muchos usuarios pueden tener problemas visuales”, apunta. Cabe destacar que este medio se ha puesto en contacto con varias tiendas de disfraces y en todas ha recibido la misma respuesta: “Esas lentillas se venden en óptica”.
Internet, un peligro en potencia
Desde la Óptica Soriano, donde aseguran que las lentes de contacto están garantizadas como producto sanitario, lamentan la caída en ventas de este producto. “La venta de lentillas para Halloween está siendo floja”, dicen, mientras apuntan a internet como principal responsable, con las consecuencias que ello conlleva. “Mucha gente en los últimos años ha empezado a comprarlas online, donde no hay ninguna garantía, ahí es donde viene el problema”, indica.
“Antes vendíamos muchas, pero las nuestras son más caras que las de internet y las tiendas, y las otras, aunque no sabes ni de dónde vienen, tienen precios más baratos”, aclara. Con respecto a 2019, concreta que las ventas están siendo aproximadamente un 20 % más flojas.
Los e-commerce se defienden
Pese a que no todas las tiendas online son iguales, en Lentes-de-contacto.es sacan pecho por su calidad. “Ofrecemos lentillas de fantasía para Halloween, pero todas cuentan con las normativas sanitarias españolas y europeas. Además, el consumidor puede comprobar la veracidad del producto”, destacan.
¿Entonces, nunca ha habido problemas sanitarios por el uso de este producto? “Los problemas que hemos tenido han sido de fracturas del producto al manipularlo, o lotes defectuosos”, analizan. “Pero nada de reacciones sanitarias”, aseguran. De hecho, si el consumidor echa un vistazo por la web de la marca, perteneciente a la red Alensa, encontrará esta anotación: “Cada representante envía una declaración de origen de la mercancía para garantizar la autenticidad y la calidad de los bienes”.
La solución, consultar a un oftalmólogo
En el caso de que el consumidor haga uso de una lentilla que no cuente con autorización sanitaria de la administración, la opinión de los profesionales es unánime. “Tiene que ir al oftalmólogo, que le pondrá un tratamiento con antibiótico y corticoides”, recomienda Soriano. “Lo primero es ir a un oftalmólogo, que verá cuál es el daño producido por la lentilla y ofrecerá la cura”, coincide Galarza.
El secretario de la Aneop va más allá y aconseja “denunciar esa mala venta” a las asociaciones de consumidores. “El consumidor también se lo puede decir a la asociación, y ellos pueden ayudar, comunicando lo sucedido a la Agencia Española del Medicamento, que procederá a retirar el material en cuestión o sancionar”, explica. Sea como sea, es fundamental “poner en conocimiento de la administración que el producto no está controlado”. Y por supuesto, evitar automedicarse. “Es peligroso, porque se pueden desarrollar patologías en el ojo por consumir un producto que no tiene todas las garantías, o por no estar bien aconsejado”, concluye.
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