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Las lavanderías se reinventan con el 'delivery' y las mascotas
Las empresas de lavado diversifican su actividad, con autoservicio canino o coladas artesanales, para rentabilizar o hacer crecer el negocio
Muchas lavanderías y tintorerías se vieron obligadas a bajar la persiana en marzo de 2020, debido a la pandemia. De hecho, algunas de estas empresas sufrieron una caída de los ingresos del 80 % ante el cierre de hoteles, restaurantes y la desaparición del turismo. “Este tipo de acontecimientos nos ha obligado a adaptarnos a los nuevos tiempo”, explica a Consumidor Global Jaber El Sayid, fundador de las lavanderías autoservicio Lavalux.
Así, algunos de estos espacios apuestan por diversificar el negocio, como Fresh Animals, empresa del grupo Fresh Laundry especializada en autoservicios de limpieza para mascotas. La cadena de franquicias ha ampliadio su negocio en Barcelona y continúa con su expansión a nivel nacional, con un plan de 25 nuevas aperturas en los próximos dos años. "La practicidad de este servicio es clave para los clientes y el interés por los animales y sus cuidados es una tendencia ascendente”, subraya el CEO de la compañía, Roberto Haboba.
Un autoservicio para mascotas
En España, cada vez hay más espacios pet friendly. De hecho, el 40% de los hogares cuenta con una mascota, mientras los nacimientos han caído un 30% en la última década, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Así, en este contexto, el cuidado y la limpieza de los animales domésticos es esencial y, por ello, empiezan a proliferar los establecimientos de autolavado adaptados a sus necesidades.
Se trata de una opción mucho más económica que el servicio que pueden ofrecer en una tienda de mascotas, donde los precios son más elevados. “Este servicio permite lavar y secar un animal doméstico de tamaño medio en 20 minutos por ocho euros. Esto supone un ahorro del 25% frente al lavado en casa, que tiene un coste alrededor de los 10 euros”, asegura Haboba. Además, también hay que sumar el consumo de agua y de electricidad en el hogar.
Pedidos a domicilio
La higiene textil diaria está contemplada como una necesidad primaria para todos los hogares. Pero, a pesar de ello, hacer la colada en una casa de manera asidua supone un consumo de recursos que muchas familias no se pueden permitir por varias razones. “En un hogar de cuatro personas se gasta 16 euros menos con el servicio de lavandería”, explica Haboba. Esto supone un ahorro de 900 euros al año. Además, se profundiza más en la desinfección de las prendas.
El temor a las distancias cortas, ha impulsado los servicios de delivery. “La gente tiene miedo de acercarse a algunos establecimientos, por lo que ofrecer servicios a domicilio ha ayudado a que los usuarios vuelvan a recurrir a su uso”, apunta Sergio Ambrogi, CEO de Washrocks. Aunque el impacto de la crisis del 2020 en este sector ha sido fuerte, el gremio explica que ha supuesto una variación en lo que pide el usuario. “Hemos visto un crecimiento del 15% en los pedidos, sobre todo, de ropa del hogar, como sábanas y toallas, y también de deporte”, indica Vicente Perez, directivo de la app Mr Jeff.
El lavar se va a acabar
Además, la demanda sostenible también llega a las lavanderías de España y así nació Telelavo, que se considera a ella misma la primera lavandería artesanal. Consiste en un modelo de suscripción mensual que “brinda un servicio de higiene textil que incluye todas las necesidades reales que tenemos en nuestro día a día”, explica Adriana Toro, directora de expansión de la firma. De esta manera, ponen a disposición de los consumidores tres tipos de cestas según el tamaño de la familia: la cesta S cuesta 79 euros; la cesta M, 89 euros; y la cesta L, 99 euros. “El usuario sólo tiene que ocuparse de llenar la cesta con su opa sucia una vez por semana, sin importar el peso ni el número de prendas”, indica Toro.
Y se realiza un tratamiento individualizado para cada prenda, con productos 100% ecológicos y una buena tecnología, lo que prolonga la vida de la ropa hasta en un 30%, según el material y la calidad de la prenda. Su objetivo es “promover unos hábitos de consumo más responsables con el medioambiente que contribuyan a cambiar el posicionamiento de la industria textil como la segunda más contaminante del mundo”, concluye Toro.
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