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Los personajes y juegos de tu infancia cobran vida en El Retiro: la expo que no te puedes perder
Una muestra en el Centro Cultural Casa de Vacas exhibe un millar de objetos icónicos que van de la década de los 70 hasta la actualidad
Aunque el ocre y la extensa caballería de grises no derrotan del todo al color verde, muchos árboles han perdido su frondosidad, el musgo ha crecido aquí y allá, amparado por la sombra; en los caminos hay charcos y las estatuas no refulgen por los rayos del sol. El Retiro, en una tarde de invierno, es un parque a la fuerza nostálgico. Por eso, el transcurso de las estaciones, la palmaria evidencia del paso del tiempo, contrasta con una exposición que se puede visitar estos días en el parque madrileño: Invasión Vintage, en el Centro Cultural Casa de Vacas hasta el 28 de enero.
La entrada es gratuita, y los organizadores prometen “un recorrido por los productos y personajes más destacados desde los años 70 hasta hoy: películas, series, videojuegos, cómics, dibujos animados, música y tecnología”. Así, una vez que el visitante accede, los vivos colores de los muñecos de Mazinger Z o de las máquinas arcade parecen negarse a que el tiempo les roce, y los casetes, bien sellados, rechazan la languidez suave del parque y piden acción, pelos largos y energía.
“Buen día, goonies”
“Buen día goonies, os prometí un viaje a los mejores momentos de vuestra infancia…”, vocifera un hombre, probablemente youtuber o tiktoker, que se graba para su público en la puerta de la Casa de Vacas. Mientras habla con entusiasmo, al edificio no dejan de entrar visitantes. Es una exposición pequeña, pero está copada de objetos (un total de 1.000) que bien merecen el calificativo de icónicos.
No es solo un chapuzón retro para frikis. Abundan los cómics, muchos de ellos certificados: de los X Men o de Guardianes de la Galaxia, y también primeras ediciones: la de Mortadelo y Filemón (1958) o la primera reedición de Superman Action Comics. Sin dejar atrás la fuerza magnética del papel, resulta curioso encontrarse con el primer número de Hobby Consolas, que se publicó en octubre de 1991, y anunciaba una exclusiva: “Los Simpson, en tu consola”. Salió a la venta por 325 pesetas. Hoy la revista cuesta 4,50 euros. Cosas del pasado.
De Hulk a Solo en casa
Los juguetes reunidos en la exposición casi parecen restos arqueológicos de un mundo distinto, más optimista, más ingenuo. Está Hulk, con su fuerza contenida, pero también un Steve Urkel aún dentro de su caja (que en su día se vendía por 9 dólares) o un descacharrante Screaming Kevin, de Solo en casa, con su jersey rojo y su cara de niño bueno asustado. Una pena que el muñeco esté empaquetado y el chillido en cuestión no pueda escucharse.
También está el primer juguete de las Tortugas Ninja: un Donatello fortachón y simpático que comparte vitrina con Xena, la princesa guerrera. Los que fueran futboleros en aquella época también podrán descubrir alguna joyita: una caja de Airgam Boys de la línea que se lanzó para el Mundial de 1982.
Zapatillas de Jordan o de Marty McFly
Todos aquellos que fueran más de baloncesto que de fútbol seguramente desearían llevarse a casa un póster de 1992 ante el que es imposible no sonreír: Michael Jordan posa junto a Bugs Bunny y lleva las Hare Jordan, unas zapatillas de Nike. En eBay se venden algunos parecidos por más de 150 dólares. (Lamentablemente, en la exposición hay vigilantes de seguridad). Los fans de las sneakers también se derretirán ante una réplica de las futuristas zapatillas Nike que Marty McFly se calza en Regreso al futuro 2 (1989).
Mientras el visitante va de vitrina en vitrina y sonríe al recordar esto o aquello, una peculiar banda sonora inunda el espacio. No suena muy armónica. Está compuesta de exclamaciones, de risas contenidas y de suspiros, de aquellos visitantes que acuden con hijos, sobrinos o nietos, y evocan con candor su mitología particular: “Gonzalo tenía uno de estos…”, o “Íbamos a casa de Marta porque sus padres le compraron aquello”, mientras su interlocutor, más joven, alucina.
Primeros ordenadores de Apple
Quizá la joya de la corona de la exposición sea la vitrina de Apple, con varios artículos de una marca que, a día de hoy, sigue siendo sinónimo de innovación y tecnología vanguardista. Destaca el primer Macintosh, de aspecto casi rocoso, en el que la manzana del logo aún era colorida, y un Powerbook 170 que en su momento debió ser un símbolo de ligereza, pero bajo la mirada de hoy resulta bastante compacto. Seguramente valgan un dineral, pero puede que no tanto como un disquete del Apple II firmado por uno de los padres de la firma, Steve Wozniak.
Los colores y los estímulos son casi infinitos, de modo que la memoria puede bucear muy lejos sin necesidad de Halcón Milenario o DeLorean. La Game Boy, Pokémon, toda clase de figuritas de Batman, Star Trek, cajitas de los Happy Meal en las que aparecen personajes de Disney… Por eso, al salir, la sensación es extraña. Si había sido un hechizo, parece romperse: las copas de los árboles todavía filtran algo de luz, pero hace más frío, nadie lleva chándal de tactel, y sobre El Retiro, un día más, está a punto de atardecer.
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