Lejos quedan los tiempos en los que la marca tenía el poder sobre el consumidor y la actitud de este se limitaba a ir a la tienda física y aceptar lo que la firma proponía. Hoy las redes sociales han dado una nueva potestad a los usuarios, que pueden dejar claro a las empresas lo que quieren y lo que no les gusta. Gracias a las redes, ha surgido un nuevo tipo de influencers, también conocidos como consufluencers: personas con menos seguidores, pero con una naturalidad, espontaneidad y familiaridad que les hace mucho más convincentes.
Esto lo explica muy bien Rubén Bastón, director de Marketing4eCommerce. “Desde IAB aseguran que en los últimos dos años ha bajado el seguimiento de los usuarios a los influencers. En 2021, un 48% de usuarios les seguían, mientras que dicho porcentaje ascendía al 56% en 2020 y al 68% en 2019”, expone. Esto se debe al aumento de su popularidad, la atracción de las marcas y el exceso de publicidad en sus contenidos. “A medida que el marketing de influencers se hace más popular y las empresas se abren a colaborar con ellos, la gente deja de seguirlos”, dice. La razón es muy sencilla. “Cuanto más masivos son los influencers, menos credibilidad van a tener, porque el usuario identifica que el mensaje está cargado de publicidad”, señala Bastón.
Más familiar
Los consufluencers son “personas que pueden tener más o menos interés en un producto, pero al final son personas de a pie, con lo cual los mensajes son mucho más creíbles. Es un contenido que no viene creado por una marca, sino por un usuario, lo que lo hace único”, valora José Tejero, country manager y representante de Skeepers en España. Por esta razón, “el usuario se ve reflejado: son personas más cercanas y que incluso ha podido conocer”. “Es una creación de contenido mucho más natural”, indica.
Porque lo cierto es que, tal y como expresa Juanita Solano, Marketing & Growth Manager del Grupo Skeepers en España, “los consumidores están cansados de que las marcas envíen comunicación y ellos se limiten a recibirla”. “Según Expert City, el 82% de los consumidores están atentos a las recomendaciones de micro y nanoinfluencers, que tienen comunidades más pequeñas y una relación más cercana”, afirma Solano. “Según Strategies, el 69% de los consumidores confían más en contenidos generados por otro consumidor”, insiste.
Escucha y análisis
“Las personas quieren transparencia y autenticidad, quieren ser escuchadas y actuar, no solo seguir lo que dice la gente”, opina Tejero, quien considera que “es el momento en el que la voz del consumidor es la más escuchada por las marcas”. “Nos escuchan, cada vez más”, coincide Solano. La especialista manifiesta que “las marcas se están dando cuenta de que cuanta más información tengan sobre el consumidor, más personalizadas serán las ofertas que den”.
“La gente está harta de publicidad que no le interesa. A través de encuestas y datos que las marcas recopilan, quieren ofrecer publicidad personalizada para enviar el mensaje adecuado a la persona adecuada a través del canal adecuado”, comenta Solano. “Si no escuchamos a nuestros clientes no sabemos qué van a querer. Los consumidores creen en las personas reales al comprar un producto, y sus opiniones son fundamentales. Por eso las están escuchando”, sostiene. “Los influencers se convierten en una base de información fundamental para la marca. Es un poder de información importante”, agrega Tejero.
Hiperpersonalización
En esta línea se expresa Estela Gil Berlinches, consultora de marketing digital y eCommerce. “Que la empresa detecte, analice y ponga solución a los problemas es mucho más práctico que vivir en un mundo de ilusión donde solo existe el punto positivo. Hay que detectar los comportamientos para mejorar la experiencia del cliente”, garantiza. De hecho, Gil opina que “a las marcas se les ha caído una venda: muchas estaban centradas en vender y se han dado cuenta de que si quieren fidelizar al cliente y conseguir más tienen que centrarse en él”.
“El 96% de los usuarios confían más en la opinión del usuario que en la de la marca. Los mejores embajadores son los clientes, si ellos enseñan la calidad del producto o servicio porque les gusta”, insiste. Por ello, según la especialista, las marcas están tendiendo a la hiperpersonalización. “Tienen que tener a los clientes totalmente analizados: sus gustos, preferencias, gasto, a dónde acuden” para engancharles y que sean embajadores de la marca. “La idea es mandar un mensaje personalizado al cliente”, argumenta.
El usuario en el centro
A pesar de que, según Javier Piedrahita, “el consumidor tiene que ponerse las pilas, leer, buscar información y ver si le vale la pena un producto”, lo cierto es que “ahora el consumidor es el rey”. Sin embargo, el fundador de MarketingDirecto.com lamenta cómo las empresas no se apoyan en él. “Una cosa es que las marcas escuchen, pero muchas veces no reaccionan”. “Tras lo escuchado”, comenta, “tienen que actuar para darle al cliente lo que quiere”. “Tienen que hacer mucho más que escuchar: demostrar que pueden resolver los problemas”, afirma.
“Una marca tiene que tener claro que todo lo que hace debe girar en torno al usuario. Ése debe ser su punto de partida, pensar qué necesita”, declara Bastón. “Antes, en el mundo offline, las marcas vivían muy cómodas, porque llegaban al público de forma unidireccional y controlaban el mensaje. Ahora en internet la media de personas impactadas por un usuario enfadado es de 150 personas. Y si ese contenido cala y se hace viral, el riesgo para las marcas es mucho más alto”, analiza. “Por eso necesitan ser más coherentes, transparentes y resolver los problemas del usuario. Hay muchos ojos pendientes de lo que hacen”, concluye.