En 2050 seremos 10.000 millones de personas. Y para entonces, el planeta no podrá soportar un consumo de carne como el actual. Por ello, ya son muchas las empresas que investigan y producen carne en un laboratorio. Sin duda, ésta es una revolución ambiental, filosófica y gastronómica que está a la vuelta de la esquina. “Ahora el consumidor es más sensible ante el maltrato animal, hay más con concienciación en torno al cambio climático. Los gobiernos están dando pasos para incorporar este tipo de alimentos”, señala Daniel Rico, fundador de Cocuus System Ibérica, una empresa española que ha creado un chuletón impreso en 3D que, además, es vegano.
Sin embargo, no es la primera firma en el mundo en hacerlo. La empresa israelí Aleph Farms ya alcanzó este hito a principios de 2021. De hecho, en la actualidad, varias compañías luchan por conseguir la mejor carne de cultivo, aquella que se asemeje en aspecto, textura y sabor a la tradicional. “Ahora hay más gente que compra gulas que angulas y, al principio, nadie daba un duro por ellas”, defiende sobre los cambios de consumo Patxi Larumbe, otro de los fundadores de Cocuus System Ibérica.
Un proyecto disruptivo ‘made in Spain’
La empresa navarra de Rico y Lurumbe es capaz de imprimir 8 kilogramos de chuletones por minuto. Pero, no contentos con ello, quieren ir un paso más allá y llegar a “a las 20 piezas por minuto”.“Se parece bastante a un chuletón real, puede que el color sea un poco más oscuro, pero a primera vista puede engañar”, explica Rico a Consumidor Global.
Sin embargo, cuando se les pregunta por el proceso de creación y desarrollo, así como sobre la tecnología utilizada, estos dos españoles dan la callada por respuesta. ¿El motivo? Es un tema de patentes, aseguran. No obstante, Rico avanza que el proceso no se basa del todo en la impresión en 3D, sino más bien en una cadena industrial que se compone de varios módulos. Antes de imprimir el alimento, se hace una tomografía computarizada (TAC) para conocer la disposición de los diferentes elementos de la pieza --músculo, grasa y vascularización--. Y a partir de ahí, la impresora 3D reconstruye la pieza. “Podemos modificar la morfología del alimento según nuestras necesidades. Por ejemplo se puede reducir el porcentaje de grasa”, matiza Rico.
Carne sintética o alimento vegetal
Los chuletones pueden ser veggies o de carne sintética, creada en un laboratorio a partir de células madre de origen animal. Estas células sirven como tinta -- biotintas-- y conforman el material con el que la firma Cocuus imprime el chuletón.
Pero la startup ha descartado, por el momento, la creación de carne sintética, ya que no hay muchas compañías cárnicas que podían suministrar las células, y se han centrado en los productos plant based. “Los cultivos celulares todavía están verdes y además se tarda mucho más tiempo en producirlos, por eso decidimos probar con la proteína vegetal”, señala Rico.
La comida del futuro
Aunque la creación de chuletones veggies está en una fase inicial, lo que pretende Cocuus es “crear el modelo y exportarlo” porque es la alimentación del futuro.
“No intentamos que alguien se coma un chuletón impreso en 3D en contra de su voluntad en un restaurante, sino democratizar el consumo de carne para quienes no puedan tener acceso a ella”, afirman fuentes de la empresa. Por ello, sus fundadores ya están pensando en más sabores. Por ahora, se han centrado en la versión con proteína de guisante, pero no será la única, aseguran.