Los bolsillos de los consumidores se resienten: en septiembre, la inflación repuntó un 3,5 %, el dato más elevado en 5 meses, empujada por la subida de los combustibles y los alimentos. La cifra supone un notable incremento de nueve décimas respecto a agosto. Por su parte, entre los alimentos que más suben de precio sobresalen el aceite, el azúcar, el arroz o las mermeladas.
Todos estos productos suben a doble dígito de forma mensual, pero no hay ningún encarecimiento comparado al precio del aceite de oliva. Tal y como recoge Business Insider, desde enero, el oro líquido se ha encarecido, de media, un 47 % cada mes. El resultado es que hoy el precio del litro de aceite de oliva ronda los 9 euros, una cifra altísima si se compara con el que tenía hace solo un año y medio. Además, se da la circunstancia de que en Reino Unido, Bélgica o Polonia se vende AOVE más barato que en España.
Subidón del azúcar
El incremento descomunal del aceite de oliva ha copado muchos titulares y ha provocado fraudes sonados (por ejemplo, por parte de marcas que lo mezclaban con aceite de girasol para venderlo más barato), pero no es el único sobresaliente: el precio del azúcar sube un 36,9 % mensual desde principios de año, las patatas lo hacen un 25,8 % y el arroz un 23,9 %. Combinados, estos incrementos disparan el coste de las recetas de siempre: elaborar una tortilla de patatas cuesta en la actualidad un 52,5% más que hace un año.
Empujados por el azúcar, los productos de confitería han subido un 23,6 % de media; mientras que los zumos lo han hecho un 23,2 %, los helados un 21,5 % y las mermeladas un 20 %. Las pasadas Navidades, muchas pastelerías y panaderías se vieron obligadas a subir el precio de los dulces tradicionales (como los Roscones de Reyes), tensionadas también por el coste de las harinas y los huevos.
La gasolina sube un 21,3 % anual
Por último, la gasolina ha subido de media un 21,3 % mensual, repercutiendo en el precio de los paquetes turísticos nacionales.
Por si fuera poco, el panorama podría empeorar: la guerra en Ucrania ha tenido efectos devastadores para la economía mundial y, ahora, la invasión israelí de Gaza podría derivar en un conflicto internacional en la región, lo que podría disparar los precios del petróleo.