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Ikea lanza un tocadiscos con Swedish House Mafia y los expertos lo desdeñan: “No debe ser muy bueno”
La compañía sueca colabora con el grupo de música electrónica en una colección que incluye un reproductor de vinilos que, a juicio de varios profesionales, es demasiado barato
¿Qué tienen en común Don’t you worry child con el lema La república independiente de tu casa? ¿Y el diseño con la electrónica? Hasta ahora, poca cosa. Hasta ahora. Ikea se ha asociado con el grupo Swedish House Mafia, un tótem de la música electrónica, para lanzar Obegränsad, una colección que incluye una veintena de artículos de riguroso color negro con la que pretenden introducir el estilo del colectivo en los hogares. Los productos son minimal y funcionales, aunque la colección está especialmente pensada para los músicos amateurs. Comprende desde unas pantuflas hasta una lámpara de pared led, pero la estrella de la colección promete ser un tocadiscos. Tendrá un precio de 129 euros y está hecho de plástico, aluminio y caucho de silicona. Los expertos en giradiscos lo miran con desconfianza: no creen que vaya a sonar muy bien.
Y es que, a su juicio, lo que hace la reina sueca de los muebles baratos es subirse al afinado carro de los giradiscos con un aparato muy de andar por casa (que para eso es Ikea). They got a plan for u.
Echar el anzuelo donde la gente pica
José Ignacio Blasco lleva “toda la vida” vendiendo tocadiscos. Ahora regenta Viena Audio Alta Fidelidad, una tienda de Zaragoza, y cuenta a este medio que, con este movimiento, Ikea se sube al carro de los vinilos. Un carro casi lleno. “Ya se venden más elepés que CDs”, relata. A su juicio, el aparato es, sobre todo, marketing. “Un intento por vender echando el anzuelo donde ahora mismo la gente pica. Por su precio, no puede ser nada del otro mundo. Parece una cosa muy elemental”, razona.
Blasco cree que la calidad no es una cualidad que se precie a la hora de escoger un tocadiscos, y no se corta a la hora de juzgar el de la empresa nórdica. “Hay aficionados que saben muchísimo, claro, pero el cliente medio no distingue un plato de otro. Les dará igual, lo verán barato y lo comprarán. No existe la misma sensibilidad que con los coches, por ejemplo, un sector donde la gente es capaz de diferenciar las cualidades de uno y otro. Ahora bien, se han vendido trastos muchísimo peores que este de Ikea. Hay una proliferación de platos excesiva, Fnac vende algunos infumables”, arguye.
La clave está en la fabricación del plato
“Puede ser un aparato que cumpla bastante, o puede que no. Habría que verlo y oírlo para juzgar”, indica, antes de nada, el experimentado Javier Ochoa, que regenta la madrileña Clave Audio. “Nosotros tenemos también tocadiscos relativamente baratos, a partir de los 200 euros ya hay algo decente”, indica Ochoa, quien cifra en esa cantidad el mínimo indispensable para que un aparato tenga una calidad aceptable. “Habrá que ver quién le hace el plato a Ikea, si serán los chinos, si serán los austriacos, que tienen la fábrica de Project”, indica. No obstante, Ochoa cree que, si Ikea no hace algo realmente nefasto, su producto puede ayudar a que el empujón del vinilo se mantenga.
Sobre si es intrusismo o no, Ochoa no se moja. “Ikea tiene ya ciertas cosas de electrodomésticos, tiene hasta alimentación”, recuerda. Lo importante, subraya, es ser conscientes de que el vinilo nunca se ha ido. “Yo llevo 40 años en este sector y siempre se ha vendido, es cierto que en los últimos años ha habido una cierta recuperación, pero nunca ha desaparecido”, cuenta.
La visión de Ikea: un artículo para regalar entre amigos
Mientras los expertos arquean la ceja, fuentes de Ikea explican a este medio que su tocadiscos Obegränsad (que, detallan, tiene un preamplificador incorporado) es un buen ejemplo del “diseño democrático” de la firma. “Nuestros socios colaboradores, Swedish House Mafia, participaron en el desarrollo del diseño de toda la colección, incluido el tocadiscos. De hecho, la idea de tener un tocadiscos en la colección proviene de la banda: sugirieron que sería genial tener un tocadiscos asequible que se pudiera, por ejemplo, regalar entre amigos. Además, el proveedor de la producción también formó parte del equipo de desarrollo del producto”, argumentan.
En cuanto a la calidad del sonido, la marca sueca defiende que se logra un buen resultado “gracias a un captador de alta calidad con una aguja de punta cónica de diamante que es suave con el disco e, igualmente, el reposabrazos tiene un cierre de seguridad para evitar posibles daños accidentales en el disco”. Además, argumentan que se enciende de manera muy sencilla, al conectar el cable RCA a un altavoz con un amplificador incorporado y el cable USB a la toma de corriente a través de un cargador USB. Por último, admiten que se produce en China.
“Muy bueno no debe ser”
Hugo Perona regenta la tienda sevillana Totem Tanz, y tiene una opinión similar. “Los discos nunca han dejado de estar de moda, ni se han ido, ni han vuelto, ni nada extraordinario”, aclara, en primer término. Después, sube los decibelios y afirma que Ikea trabaja con “productos de calidad mediana a precios muy competitivos”, pero un vinilo a ese coste “muy bueno, no debe ser. ¿Funcional? Sí, pero la gente que se gaste eso no buscará una calidad excelsa, ni mucho menos”. La estimación de Perona es que, para alcanzar un sonido digno, hay que invertir, como mínimo, 250 euros. “Porque hay ciertas cosas que debe llevar un buen giradiscos”, apunta.
A Perona también le chirría un tanto que la colaboración sea precisamente con Swedish House Mafia, un grupo que sonaba “hace diez años”. Por eso, se muestra escéptico con la calidad. “Estos sacan un tocadiscos con Ikea igual que el de Masterchef saca mermeladas”, compara. Ahora bien, cree que será un éxito. “Un monstruo como Ikea venderá muchísimo. Nosotros tenemos reproductores de vinilo, y no te diría que vendemos uno a diario, pero desde luego sí cada semana”, expone el experto. A Totem Tanz llegan antiguos vinilos para reparar de los años 80 y 90. Algunos de ellos mantienen muchísima calidad. “Son indestructibles. De segunda mano, pueden costar unos 500 euros. Y de primera mano, equivalentes, unos 900. Así que imagínate lo que cuesta uno bueno”, relata.
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