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Ikea regala 12.000 euros para pagar el alquiler a estos jóvenes por sus diseños innovadores
La empresa sueca ha desarrollado un programa de ‘design thinking’ que ha cristalizado en el proyecto de varios objetos para el hogar, como un sofá “informe” que ayude a “resignificar el concepto de coliving”
Compartir es el futuro. Al menos así lo cree Ikea, compañía que ha organizado, en el marco del Madrid Design Festival, unas jornadas de reflexión sobre el problema del acceso a la vivienda. “Los jóvenes españoles se emancipan a los 30 años, cuatro más que en Europa, donde la media está en 26”, ha explicado Almudena Cano, directora de diseño, retail e interiorismo de IKEA. Su programa Inspiring Talents se ha organizado en varias fases: en primer lugar, en enero pidieron a jóvenes diseñadores (de entre 18 y 24 años) que les enviaran un vídeo en el que explicaran qué ideas tenían para mejorar el acceso a la vivienda.
“Recibimos como unos 550 vídeos”, ha explicado Cano. Entre esa multitud de propuestas seleccionaron cinco ganadores que han recibido un premio de 12.000 euros para pagar el alquiler de sus respectivos pisos durante un año. Además, esos galardonados accedieron a la segunda fase del proyecto, que consistía en “meterlos durante tres días en unos workshops de design thinking”. En estos espacios, conjuntamente con otros profesionales, han desarrollado diferentes propuestas. Los ganadores finales han sido Luisa Lenis y Markel Martín, diseñadora de producto digital y alumno de diseño de interiores, respectivamente.
Combatir el estigma de compartir piso
Ambos han trabajado con un equipo transversal sobre la idea de coliving, es decir, sobre la idea de compartir espacios donde vivir. “Vivimos en una sociedad muy individualizada en la que esto se ve como un estigma”, han expresado. Además, tal y como han reconocido, compartir piso está asociado a problemas de organización (los perennes platos sucios, por ejemplo), falta de comunicación o aislamiento por el uso de la tecnología, factores que llevan a una desvinculación de la comunidad.
Lenis y Marín quieren darle la vuelta a esto. Según han defendido, la juventud de hoy busca compartir piso por el evidente problema económico asociado a la oferta inmobiliaria, pero no solo por eso: también hablan de un cambio de paradigma en la concepción de propiedad. “Si somos capaces de compartir patinetes o incluso nuestro coche, ¿por qué no una vivienda alquilada?”, señalan. Por ello, creen en el valor de resignificar el concepto y pensar el coliving como “mucho más que una necesidad económica”: algo emocional que permita tejer comunidad.
Muebles que favorezcan los “cuidados”
Así, han ideado la colección Rituals of sharing, una línea de seis objetos que actuarían como facilitadores para crear rutinas conjuntas en el piso. En definitiva, una colección de muebles que estarían destinados a impulsar las relaciones personales partiendo de conceptos como “cuidados, reunión, inclusión o identidad”. Uno de estos objetos sería una lámpara que se situaría en la entrada para que, en el momento en que cada habitante dejase sus llaves, se encendiera su correspondiente luz (habría una asignada a cada compañero).
La conexión se posibilitaría mediante imanes o algún otro sistema, según han explicado. Esto permitiría conocer al instante quién está en casa y quién no. También han planteado una vajilla modular y una mesa que mantenga la comida caliente. En cuanto a la organización de las tareas, Martín ha explicado que no querían apostar por “el típico cuadrante que todos los que hemos compartido piso alguna vez odiamos”. Por eso, las tareas se repartirían con algo “más flexible y dinámico”: un juego inspirado en el jenga, en el que cada uno extrae un bloque de una torre.
Un sofá informe
También habría una alfombra que funcionaría como “una especie de ágora” y un sofá “informe”, con aspecto de “gusano” versátil capaz adaptarse a la forma de cada piso (eso sí, sin respaldo). “Ayudar a resignificar nuestro poder de compartir”, han defendido. De momento, no está claro que Ikea vaya a producir estos objetos y ponerlos a la venta, pero las dos partes han asegurado que “les encantaría”.
En cualquier caso, la propuesta de estos expertos se vertebra sobre lo emocional y la capacidad de transformar una idea. A la pregunta de qué ocurriría en ese piso de convivencia idílica cuando aparezcan unos niños pequeños o alguien quiera llevar a su pareja a pasar una temporada, los ganadores han defendido que siempre se puede “trabajar la convivencia”, y que la noción de coliving es amplia. Así, podría abarcar incluso prácticas que se llevan a cabo en un pueblo.
Un futuro que pasa por compartir
“En España los salarios no son muy altos pero los precios de la vivienda van subiendo cada vez más”, han admitido los premiados. Por eso, encontrar un hogar puede ser un proceso “frustrante”.
“Identificamos que el problema del coliving y los espacios compartidos era el estigma que se ha creado alrededor. Nuestro objetivo era erradicarlo”, han afirmado. “Lo vemos como algo negativo, pasajero, pero creo que el futuro está en compartir y verlo como algo positivo”, ha insistido Lenis.
Diseño para reflexionar
Por su parte, Álvaro Matías, director del Madrid Design Festival, ha expresado que el problema del acceso a la vivienda es un tema “de candente actualidad, desafortunadamente”, y, a pesar de estar lejos de la parte estética o artística del diseño, resulta esencial. “El diseño te invita a pararte a reflexionar” y puede ejercer como “solucionador”.
“Ha sido una experiencia increíble ser parte de esta iniciativa en la que los propios jóvenes, a través del diseño, han dado con claves muy interesantes para mejorar un problema que les afecta de forma directa: el acceso a la vivienda. En Ikea, como expertos en la vida en el hogar, esperamos haber puesto nuestro granito de arena para explorar nuevas vías para abordar este difícil reto social”, ha valorado Almudena Cano.
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