Humana se llena los bolsillos con la ropa gratis de la gente en tiempos de inflación

Ni el sector de la alimentación, ni el de la construcción, ni siquiera el del transporte. La industria más contaminante del mundo es la de la moda, sólo por detrás de la energética, según la ONU. Ante este contexto provocado por una producción y un consumo desmedidos, entidades como Humana, que usa prendas donadas por la gente de manera gratuita, se visten de salvadores con la venta de segunda mano.

Pero desde Ecologistas en acción recuerdan que “este tipo de empresas se basan en un modelo que copia al de las grandes marcas del sector textil para llenarse los bolsillos”. Así, en tiempos de crisis, y con la inflación por las nubes, Humana dispara sus ventas y las tiendas se llenan de gente.

Contrastes

Nadie en la tienda de Desigual del centro de Barcelona. Nadie en la de Mango. Y en Zara hay cuatro guiris. Celio parece la tienda de un aeropuerto en plena cuarentena. Mientras, las dos dependientas de Natura hablan entre sí. La casa de las carcasas sigue vacía y hasta el McDonald’s escasea de clientes. Son las 11:30 horas de la mañana del último martes de marzo: un día gris y una hora tonta para ir de compras y comerse un McFlurry. La oficina de la agencia de viajes B Cruises parece el desierto de los Monegros.

En el local vecino, en Ronda Universitat 19 (Barcelona), Humana acaba de abrir una nueva tienda y la gente hace equilibrios para abrirse paso y rebuscar entre los burros repletos de ropa que la gente dona gratis en los contenedores de recogida.

“Vendemos más que las tiendas de ropa nueva”

En 2021, Humana vendió en España 5,8 millones de piezas de ropa a casi 2 millones de clientes. Lo que supone un incremento de las ventas del 36,6 % respecto al año anterior, y del 11,8 % en comparación con 2019. “Después de la pandemia las ventas han hecho un boom tremendo. Hacemos muchas promociones porque se vende más. Ya ves cómo está la tienda…”, explica la responsable de uno de los 21 espacios que tiene Humana en Barcelona (45 en todo el país).

Ahora que todo sube de coste por la inflación, “nuestras ventas han aumentado y las tiendas de Humana funcionan mejor que muchas de ropa nueva”, cuenta una empleada, quien explica que han empezado a abrir los domingos y que la gente “acude en masa”. Parte del éxito son, por supuesto, sus precios bajos. 

Las prendas más vendidas

Ocho veces al año las prendas de ropa que comercializa Humana están a 1 euro. En unas rebajas casi perpetuas, lo que más sale son las camisetas y blusas de mujer, de todo tipo de marcas, que oscilan entre los 5 y los 9 euros, según asegura una empleada.

Hay promociones de dos vestidos por 15 euros; camisetas de los años gloriosos de la Selección española de fútbol por 15 euros; polos Fred Perry y pantalones Levi’s por alrededor de 20; camisas hawaianas por doquier; americanas como las que llevan los protagonistas en las películas de Woody Allen por algo más de 20 euros; y hasta abrigos Burberry por 190 euros. “Lo retro tira mucho entre los jóvenes”, apunta una dependienta en referencia a Humana Vintage, la nueva línea de tiendas de la cadena.

'Enamorado de la moda juvenil'

“Me pillo las dos camisetas y la chaqueta me la llevo para la fiesta”, le comenta un adolescente a una amiga mientras bailan frente al espejo Enamorado de la moda juvenil, de Radio Futura. “Seis, más seis, más ocho…”, cuenta el chico con los dedos. Serían 24. “Un número bonito”, sentencia ella. Y se dirigen a la caja con sus compras a precio de ganga. La ropa llega a las tiendas a principios de mes, “está 21 días a un precio marcado por el departamento de tiendas, y después empiezan las promociones, lo que permite una gran rotación. Si en Zara una camiseta se vende a 20, aquí estará a 5 euros. Por decir algo”, expone a este medio Joan Carles Montes, portavoz de Humana en España.

El problema de este tipo de tiendas es que “manejan tal cantidad de volumen que tienen todo lo que está vinculado al sector”, apunta la experta en consumo de Ecologistas en acción, Charo Morán. “Venden reutilización, ecología y solidaridad, pero la realidad es precaria”, añade.

Humana se llena los bolsillos

Los ingresos totales de Humana en 2019 fueron de más de 25 millones de euros, según las cuentas que la ONG publica en su página web. De tal ingente cantidad de dinero, destinaron 1,9 millones (menos de un 15 %) a proyectos de cooperación al desarrollo.

El grueso de los ingresos, más de 20 millones, se invirtieron en el “programa de protección ambiental” sin matizar (10,5 millones) y en “gastos por la venta de ropa en España (11 millones)”. O, lo que es lo mismo, en la recogida y clasificación de las donaciones de las prendas, administración, alquileres, personal y en trasladar y vender el 41 % de su recolecta española en África.

"No es una ONG ni una entidad social"

¿Está justificado un gasto tan pequeño en cooperación al desarrollo por parte de una ONG como Humana? “No”, apunta el exresponsable del área de residuos de Ecologistas en acción, Daniel López Marijuan, quien explica que esta entidad de origen danés “no es una ONG ni una entidad social”, pues con ella “sucede lo mismo que con Ecoembes: son entidades que es mejor llamarlas sinónimo de lucro”.

Según este experto, Humana siempre ha estado en tela de juicio porque los principios que dice tener --sostenibilidad y la justicia social-- “no son más que un lavado de cara para esconder sus intereses comerciales”.

Ni tan sostenible ni tan social

¿Es sostenible y tiene un impacto social positivo vender casi la mitad de la ropa que se recoge en España en países como Mozambique y Angola? “En las tiendas de nuestro país hay excedente y en África se venden a precios locales”, apuntan desde Humana, quienes reconocen que si conocieran otro sistema más sostenible que la vía marítima, lo utilizarían.

Pero el problema no es sólo la huella ecológica, que también. “Es un movimiento opuesto a la sostenibilidad con el que se crea una competencia en el país destinatario que rompe los precios y destruye la producción de los talleres autóctonos”, denuncia López sobre el “flaco favor” de Humana al continente vecino.

El destino final

Si se compara a Humana con empresas de moda como Zara y Mango, “lógicamente sale ganando”, matiza Morán, quien explica que el problema no es la compra de ropa de segunda mano, que es una iniciativa magnífica, sino optar por una tienda que se vende como “de reutilización” cuando la realidad es que “casi la mitad de lo que recogen termina en vertederos o mal reciclado por terceros”.

A juicio de esta experta, es necesario evitar el fast fashion a toda costa, optar por tiendas que garanticen toda la cadena de valor, y, en el caso de comprar ropa de segunda mano, apostar por alternativas sostenibles como la Asociación Española de Recuperadores de Economía Social y Solidaria (Aeress) u otras iniciativas que tienen más arraigo y beneficios sociales.