Es un bar de luz tenue. Al fondo de la barra, Angie y Desirée esperan a que llegue algún cliente. Están en silencio y tienen una copa entre los dedos, pero no beben. De hecho, ni siquiera pestañean. A Angie la describen como una “pelirroja que desprende sensualidad y erotismo por cada centímetro de su piel”. Desirée es una “experta en el arte del placer y del final feliz”. Sus servicios están disponibles 24 horas al día en el Luxury Agency Doll (LAD), un hotel por horas con tienda propia de muñecas sexuales ubicado en el número 33 de la calle Castilla de Madrid.
Pero este local no ha sido el único de este tipo en España. En 2017 abrió Lumidolls en Barcelona, el primer prostíbulo de muñecas sintéticas del país. Duró dos semanas en funcionamiento, hasta que el propietario del local descubrió la actividad que llevaban a cabo sus inquilinos. Desde 2018, Luxury Agency Doll es el único hotel que ofrece relaciones sexuales con estos prototipos hiperrealistas por 60 euros la hora -habitación aparte-. Además, esta tendencia llegada de Japón y China está en auge.
Así funciona un hotel con muñecas sexuales
Durante la pandemia se alquilaban menos habitaciones, “pero ahora vuelve a ir viento en popa”, explica a Consumidor Global Sergio Aparicio, gerente y responsable del establecimiento LAD del madrileño barrio de Tetuán, quien asegura que la venta y el interés por estas muñecas sexuales fabricadas bajo pedido en China ha experimentado un gran crecimiento.
“Tenemos dos modelos diferentes de sex dolls. El cliente viene, las ve, las puede disfrazar a su gusto y las prueba en una habitación temática”, detalla Aparicio sobre el alquiler por horas de las muñecas Angie y Desirée, y los cuartos con jacuzzi, camas redondas, cruces de San Andrés, potros y todo tipo de juguetes sexuales. También tienen una tienda en la que los usuarios pueden personalizar a su futura pareja sexual y elegir el color de la piel, la textura --termoplástico elastómero o silicona-- y otros detalles como el tamaño de los pechos y la cadera. Sin embargo, “cuando la personalizas el precio se dispara”, confiesa Aparicio.
¿Cuánto vale pasar una hora con estos juguetes?
Pasar una hora con las discretas Desirée y Angie cuesta 40 euros media hora, 60 euros una hora y 80 euros dos horas. “Las muñecas que vendemos no son las que se alquilan”, puntualiza el responsable del local. A este precio hay que sumar el alquiler de la habitación, que oscila entre los 35 y los 45 euros la hora.
Las muñecas sexuales usadas para estos encuentros son modelos básicos que tienen una vida útil de entre 2 y 3 años dependiendo del uso. Su precio de venta está entre los 1.500 y los 1.800 euros. Pero el cliente tiene todas las opciones de customización: se les pueden añadir tatuajes, vello púbico, pelo injertado, calefacción interna corporal e incluso una vagina extraíble. Y su precio puede llegar a superar los 3.000 euros. “Su peso se ha reducido. Son completamente articuladas y pueden hacer los mismos movimientos que un humano”, explica Aparicio, quien asegura que el realismo del producto en cuanto a facciones y tacto es muy similar al de la piel humana. ”Si no tienen calefacción corporal a 37 grados pueden resultar algo frías”, añade.
Medidas de higiene
Para evitar enfermedades de transmisión sexual con estas muñecas, desde Luxury Agency Dolls recomiendan usar preservativo y aseguran que antes y después de cada servicio las lavan con agua y jabón durante más de media hora. “También se aplican herramientas de agua a presión con productos químicos que se introducen en los orificios. Finalmente, se secan y se les aplican polvos de talco y alcohol”, expone Aparicio.
“Si alguien coge una enfermedad sexual sí podría darse un caso de responsabilidad civil, porque si se ofrecen estas muñecas dando una información y no estaba higienizada como decían, podría generar una demanda por parte del cliente”, explica el catedrático de Derecho Penal de la Universitat Oberta de Catalunya, Josep Maria Tamarit.
¿Quién busca la compañía de estas ‘sex dolls’?
“Viene gente de todas las edades. Principalmente hombres de clase medio-alta, pero también parejas para darle un toque picante a su relación. Vienen buscando fantasía y diversión”, explica Aparicio sobre el tipo de cliente que frecuenta el Luxury Agency Dolls.
Por su parte, Tamarit recuerda que los menores no pueden acceder por normativa a este tipo de locales. “Aunque un juguete sexual no es pornografía, si algún menor contacta con una muñeca sexual es discutible si se puede entender que es material pornográfico y podría ser constitutivo de delito, pero tenemos pocos antecedentes”, sentencia.