0 opiniones
Ir a un hotel resort este verano también te saldrá más caro, pero con excepciones
Los hoteles ‘todo incluido’ y los resorts subirán de precio por culpa de la inflación, aunque los expertos creen que la demanda seguirá alta
Parecía evidente, pero no por eso duele menos: estas vacaciones, la inflación hará subir los precios de los hoteles resorts. La Semana Santa dejó buenas cifras de ocupación hotelera, y todo indica que la sombra del encarecimiento no conseguirá ennegrecer el deseo de playa, piscina y paseos despreocupados por los destinos a los que no se ha podido acudir en dos años.
Con todo, los expertos alertan de que el incremento de precios podría comprometer al turista nacional, el que salvó los muebles en el momento más delicado y que ahora corre el riesgo de que le den de lado.
Reducción de la rentabilidad
Hoteles Bahía Príncipe es una de las grandes insignias del sol y playa. Al preguntar a Lluisa Salord, su directora comercial, cómo ha capeado el grupo la inflación, cambia el tiempo verbal y aterriza el problema en el presente. “La estamos capeando”, expresa. “Está claro que este año el golpe ha sido durísimo. Además, en todos lados. También en Jamaica y México. Todo el tema energético ha subido muchísimo, al igual que las materias primas. La verdura te cuesta ahora tres veces más que hace dos años”, argumenta. Bahía Príncipe tiene 27 establecimientos repartidos por España y El Caribe (en concreto, la Riviera Maya, República Dominicana y Jamaica).
Con todo, Salord defiende que aplicar las subidas con la misma dureza con las que las está sufriendo la compañía sería un error. “Los precios a los que vendemos no están incrementando al mismo nivel, porque es imposible: no podemos repercutir ese incremento en los costes porque no estaríamos como estamos hoy. Por lo tanto, hay una reducción de la rentabilidad. Esperamos que no sea eterna, pero este año nos va a tocar asumirla”, argumenta.
Los resorts con todo incluido serán los que más suban los precios
Christophe de Bruyn es un experto con 30 años de experiencia en el sector turístico que actualmente desempeña el cargo de CEO en THR Tourism Industry Advisors. Este profesional señala a Consumidor Global que la inflación afectará, sobre todo, a los servicios que tengan todo incluido, ya que “es evidente que la bebida y la comida ha subido” y se necesita aceite o carne para preparar los cientos de platos diarios en los cientos de negocios repartidos por el litoral.
En cambio, de Bruyn recuerda que “la habitación que el cliente utiliza es la misma, por lo que en teoría no se vería afectada por la inflación”, explica. Así, lo que compete estrictamente a disponer habitaciones para que la gente duerma no implicaría subidas directas por los malos datos de la inflación. “A no ser que hablemos de los productos de limpieza”, comenta, con un punto de humor.
La inflación como excusa
Con todo, el experimentado empresario pronostica que los viajes se encarecerán en general (“ya estamos viendo como las tarifas de algunos billetes de avión hacia destinos internacionales se incrementan hasta un 25 %”, apostilla), pero también dependerá del tipo de hotel y de los productos que ofrezcan.
Otra derivada será la de los aprovechateguis. “También puede haber hoteleros que con la excusa de la inflación suban de precios, pero fundamentalmente dependerá de la demanda”, expone. “No digo que sea injusto, pero en algunos casos está más justificado”, añade. A su juicio, en un todo incluido sí es razonable que suba la tarifa, y el cliente lo entenderá sin demasiados dramas. “El hotelero, en ese caso, tiene legitimidad para trasladar los costes”, subraya de Bryune.
Peor para los que menos tienen
Alàbriga es un espectacular complejo de 5 estrellas Gran Lujo ubicado en la Costa Brava, en Sant Felíu de Guixols. Cuenta con restaurante, servicios de cuidado y relax (jacuzzi, sauna, cabinas para tratamientos faciales) y es posible reservar servicios premium del calibre de un paseo en yate. Desde este lugar de ensueño nos dicen escuetamente que el precio sí ha subido “un poquito, no mucho” a causa de la inflación, aunque no especifican porcentajes. Con todo, no parece preocuparles. “Este año vemos que tenemos más reservas que el año pasado. Pensábamos que la temporada empezaría en junio, pero lo cierto es que lleva ya algunos días”, comentan, con optimismo.
Evidentemente, el perfil de cliente que acude a este tipo de hoteles es el de una persona de nivel socioeconómico alto o muy alto, según admiten desde recepción. Además, explican que a sus lujosas estancias acuden tanto clientes internacionales como españoles. Pablo Díaz Luque, profesor de Estudios de Economía en la Univesitat Oberta de Catalunya (UOC) y experto en turismo, indica que el mayor riesgo para los hoteles está en descuidar al cliente español, que puede verse perjudicado. “Fue el que salvó la situación durante las olas de la pandemia, y sería una lástima que ahora se le castigue en demasía”, argumenta.
Previsión de alta demanda
A juicio del profesor de la UOC, en la alta gama “hay más recorrido”, pero los hoteleros con establecimientos de gama media “deben ser muy delicados”. En cualquier caso, Díaz cree que muchos hoteles y resorts ya están subiendo sus precios en la actualidad, y sería recomendable que las subidas no se estancasen, como ha ocurrido con otros productos. Además, la situación es más peliaguda de lo que podría parecer, “como ha demostrado la polémica por los bajos salarios en hostelería”, indica Díaz.
A pesar de los pesares, el experto de la UOC recuerda que este año habrá destinos del Este que no estarán disponibles (“San Petersburgo, por ejemplo”), lo que puede suponer un espaldarazo al turismo español. “Vemos que las islas se están recuperando muy rápido, y con los destinos de interior habrá que esperar”, matiza.
“Se avecina la gran escapada”
De Bruyn coincide en que este año la previsión de la demanda es muy buena tanto dentro como fuera de España. “La gente no quiere sacrificar las vacaciones, así que este año se avecina ‘la gran escapada’, después de dos años en los que al cliente se le ha privado por las restricciones”, comenta.
Desde el punto de vista del empresario, Lluisa Salord añade que, además del impacto en el beneficio, el reto es conseguir satisfacer las expectativas del nuevo consumidor post-covid. Un cliente exigente, pero también más agradecido y comprensivo. “Más que un cambio de espacios, es un cambio conceptual de la experiencia que se ofrece. Creo que nos hemos dado cuenta de que un día para otro te puede cambiar la vida, te encierran en casa, no te dejan salir ni viajar, así que priorizas lo que se te ha negado. El hotelero está obligado a dar respuesta a esas nuevas prioridades y a rediseñar la oferta”.
Un cachito de paraíso
Quien más puede mostrarse reticente es el cliente con menos poder adquisitivo, pero, aun así, hará un esfuerzo. “En la mentalidad del consumidor, estas vacaciones son sagradas”, argumenta de Bruyn. Y no sólo del español. “Un alemán que venga en coche a Benidorm se gastará más del doble en gasolina de lo que se solía gastar. Y no es un viaje corto. Pero hará un balance, y es probable que igualmente acuda, porque le merece la pena”, considera.
A pesar de las complicaciones, Bahía Príncipe está inmersa en un gran proyecto, la reforma del hotel en la isla de Cayo Levantado, en la idílica península de Samaná. Abrirá en marzo de 2023 y, a juicio de Salord, supone salir de la zona de confort. “Estamos hablando de un producto de lujo, en un entorno único, exclusivo, y es una forma de rendirle homenaje a la propia isla. El pilar es reflejar la cultura dominicana: todos los arquitectos, diseñadores e interioristas son dominicanos”, defiende. A su juicio, esta apertura prueba que al final siempre baja la marea. “Hay un cachito de paraíso para cada persona”, zanja.
Desbloquear para comentar