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Así es el tratamiento con bótox al que recurren famosos (y no tanto) por 1.000€: "Me daba vergüenza"

La hiperhidrosis es un problema que implica sudor excesivo, en manos o axilas, y cada vez son más las personas que deciden operarse en España

Juan Manuel Del Olmo

Dos médicos realizan un tratamiento / PEXELS

¿Qué tienen en común David Broncano, el irreverente presentador de La Resistencia, y la influencer Lucía Pombo, hermana de María, estrella de Instagram? A priori, no mucho: menos de 40 años, visibilidad, reconocimiento… y que ambos se han sometido a una cirugía para tratar la hiperhidrosis. Este problema afecta a miles de personas en España y consiste, a grandes rasgos, en un sudor excesivo. Puede darse en las manos, en las axilas, las palmas de los pies… Se puede tratar con medicamentos, con bótox o con una operación, aunque muchas personas que lo padecen ni siquiera conocen que tiene solución.

Los precios del tratamiento varían de forma notable en función de las necesidades de cada paciente, pero la mayoría coincide en que esta afección dificulta su día a día. Y, para eliminar ese contratiempo, lo más efectivo suele ser pasar por caja.

La hiperhidrosis, un problema del sudor que afecta a la confianza

“Hace cinco años la seguridad social me ofreció un tratamiento gratuito que era a través de impulsos eléctricos. Pero no lo hice porque ya me había venido a vivir al campo y había que hacerlo a diario durante un mes”, explica a este medio Miguel Moreno, que padece este problema. “Al final me he acostumbrado a convivir con ello, la seguridad en mí mismo ha hecho mucho, pero sí es verdad que de adolescente me afectó bastante”, expresa.

Una persona tiende la mano a otra / PEXELS

El tratamiento que le ofrecieron en la Comunidad de Madrid, donde reside, fue la iontoforesis. “Busqué información, y vi que la gente al final compraba el aparato para su casa porque en muchas personas sólo funciona de manera temporal, y al año, vuelta a lo mismo. Eso también me echó para atrás”, expresa Moreno. Incluso consideró operarse en una clínica, pero, como detalla, “había riesgo de que el sudor continuara, pero en vez de por las manos, como es mi caso, por otras partes del cuerpo”. Por eso, al final desechó la idea.

“Notaba cierto rechazo de mis compañeros”

Suhayb S. es otro joven con hiperhidrosis. “Yo empecé a notarlo cuando era muy pequeño, al hacer actividades como juntar la mano. Ahí sentí cierto rechazo de mis compañeros”, relata. Aunque admite que sus manos “tampoco gotean”, sí reconoce que están “casi siempre” con sudor, lo que le provocaba cierta “vergüenza”. A día de hoy, admite, la cuesta dar la mano al saludar.

“Ni siquiera sabía si había tratamiento. La gente que lo tiene, normalmente, no habla de ello”, opina. Suhayb, que vive en Badalona (Cataluña), acudió a la sanidad pública a ver a un médico, que le explicó que sólo en casos muy graves de sudoración se practican cirugías. A él le recomendó unas cremas y unas pastillas, pero sólo de manera temporal.  Entonces, buscó información sobre los efectos secundarios, lo que finalmente le movió a tratar de hacer vida normal sin ningún tratamiento.

Una deportista se seca la frente / PEXELS

Carga emocional

“La hiperhidrosis palmar limita mucho la vida social”, reconoce la dermatóloga Elena Martínez, de la Clínica Pilar de Frutos, en Madrid. Esta experta apunta que una persona puede sentir vergüenza a la hora de saludar con las manos o incluso en el contexto laboral. “Es habitual mojar los folios, por ejemplo”, señala.

En la misma línea, Antonio González, dermatólogo del Instituto Dermatológico Doctor Alonso, en Valencia, explica que esta afección, como otras enfermedades del estilo, “siguen muy estigmatizadas y suponen una carga emocional muy importante para las personas que las padecen”. Por ello, el hecho de que famosos como Broncano o Pombo hablen de sus patologías “ayuda a aquellas personas a las que les cuesta más acudir a nuestras consultas en busca de una solución”, opina el experto.

Un tratamiento “doloroso y temporal” para las manos

Tal y como expresa Martínez, hay varios tratamientos. “El primer paso es el uso de antitranspirantes en base a aluminio, que suelen controlar bien el sudor en las hiperhidrosis más moderadas”, describe. Cuando el problema es más grave y estos antitranspirantes son ineficientes, se opta por “el uso de fármacos anticolinérgicos”. Si tampoco basta con eso, se recurre al bótox. Según la dermatóloga, “es el tratamiento más usado después de los antitranspirantes, pero en las manos suele ser muy doloroso y temporal”. Como la mítica alocución de Churchill: sangre, sudor y lágrimas.

Una persona con sudor en su hombro / PEXELS

Por eso, existe también la iontoforesis “con resultados variables según el paciente” y la radiofrecuencia fraccionada, “que destruye hasta el 80% de las glándulas sudoríparas, aunque en las manos sus resultados son más limitados que en las axilas”, matiza la doctora. En palabras de esta experta, “la cirugía es el último paso, el definitivo, pero se reserva para casos graves que no han respondido a lo previo. Es permanente, pero puede producir hiper sudoración compensatoria en otras zonas, como el centro de la espalda”. Como en el caso de Miguel Moreno, este riesgo puede llevar al afectado a no tratarse.

El bótox, un tratamiento efectivo

González, por su parte, explica que entre las terapias más usadas están los antitranspirantes, la infiltración de toxina botulínica (es decir, bótox) y “las tecnologías basadas en microondas”. Los pacientes, argumenta el dermatólogo, “suelen optar por tratamientos que reduzcan drásticamente el exceso de sudoración”. Ahora bien, ¿cuánto cuesta todo esto?

El doctor señala que el coste del tratamiento “es imposible de generalizar y de calcular a priori, ya que se debe ajustar a las condiciones y características de cada paciente”. Con todo, opina que el precio de los antitranspirantes y anticolinérgicos, que se venden en farmacias, no es alto. “El coste de la toxina butolínica y de los dispositivos basados en microondas es más elevado, pero son más efectivos y sus resultados son mucho más evidentes; algo que el paciente valora a la hora de tomar la decisión y asumir el gasto”, razona el experto.

Unos profesionales realizan una cirugía / PEXELS

Entre 900 y 1.900 euros

Desde la clínica apuntan a este medio que el rango de precios es variable, pero para el bótox puede oscilar entre los 300 y 900 euros “en función de la extensión y de los viales” que se usen. En cambio, el tratamiento definitivo con microondas está “entre los 900 y los 1.900 euros”, detallan.

Otras clínicas anuncian sus precios en su página web, lo que es útil para hacerse una idea. Por ejemplo, en Clínicas Revitae Dr. Oyola se dice que “un tratamiento bien hecho de sudoración de axilas tiene un coste de entre 450 y 550 euros. El de sudoración palmar (manos) cuesta entre 700 y 800 euros. El de sudoración plantar (pies), entre 850  y 950 euros”. En la misma línea, en la Clínica Bruselas se anuncia una oferta, hasta el 15 de julio, para tratar la hiperhidrosis axilar por 475 euros. “Conseguirás pasar el verano sin tener que preocuparte de que el sudor excesivo arruine tu diversión”, se dice en la oferta.

Incisión entre las costillas

Mientras, en la barcelonesa Clínica Diagonal es posible someterse a una técnica quirúrgica de simpatectomía, que consiste en “introducir una óptica en la cavidad torácica a través de una pequeña incisión entre dos costillas”. Una vez dentro, se corta la cadena nerviosa simpática que causa el problema. Esta operación “requiere ingreso hospitalario corto” y en esta clínica asciende a los 2.499 euros.

Una persona se aplica crema en las manos / PEXELS

Esta opción, la más cara, es la que escogió Lucía Pombo, aunque en otra clínica. La joven describió en Instagram cómo se sentía tras su operación. “Me duele al toser un poco y la espalda la tengo como si hubiese tenido una mala postura al dormir o muchas agujetas. Los puntos me arden un poco y no puedo levantar los brazos con soltura. Pero ¿sinceramente? Estoy fenomenal. Son males muy muy llevaderos para hacer una vida tranquila”, contó la influencer.

Efectos “pasajeros” y controlables

En Twitter, muchos usuarios comparten impresiones sobre esta patología. Por ejemplo, Cristina B. denunció que había poca información, “no se puede ni saber si te lo puede cubrir la seguridad social y los precios a pagar son muy altos”. Lo más frustrante, resaltaba esta tuitera, era someterse a tratamientos pasajeros: “Yo llevo gastados 300 euros en cosa de un año y no me ha servido para nada, y hay gente que se gasta unos 800 euros anuales en soluciones no definitivas”, señalaba.

Sobre las contraindicaciones, González explica que todos los tratamientos que emplean son “muy seguros”, pero no está indicado para las embarazadas o para las personas que lleven marcapasos. No obstante, admite que entre los efectos secundarios está la posible “aparición de inflamación, enrojecimiento, hematomas y dolor en las áreas tratadas”, si bien son efectos “pasajeros y controlables”. Y es que, según el Instituto Dermatológico Doctor Alonso, una de cada diez personas sufre hiperhidrosis.