¿Hay riesgo de desabastecimiento de cubitos de hielo ante un verano que será tórrido?

España está viviendo una ola de calor sin precedentes, y en algunas ciudades se han alcanzado temperaturas récord. No obstante, el mayor fabricante de cubitos de hielo para alimentación, Procubitos Europe, considera que este año no habrá ningún riesgo de desabastecimiento del mercado después de analizar la demanda esperada en esta campaña de primavera y verano.

El director general de Procubitos, Fernando Plazas, ha explicado que cada fabricante ha hecho un "examen exhaustivo con todos los clientes para proyectar la demanda y de hielo y poder tener los volúmenes necesarios".

Almacenamiento de cubitos

En 2022, los fabricantes de cubitos de hielo almacenaron menos cantidades durante los meses de abril y mayo debido al incremento de costes que sufrieron, lo que sumado a que la ola de calor de la primavera disparó la demanda por encima de lo normal en esas fechas y provocó escasez.

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En cambio, Plazas considera que este año no existen riesgos siempre y cuando las empresas no se comprometan “con más volumen del que se puede producir". Por otra parte, este año los costes son entre un 8 % y un 10 % más elevados que en 2022, así que la industria ha intentado "planificar con mucha más precisión" la demanda.

Cantidades producidas

En cuanto a la producción, este fabricante ha proyectado una producción de cubitos de hielo ligeramente superior a la del año pasado. En España se producen unos 2 millones de kilos de cubitos de hielo al día y lo habitual es que en los meses de primavera se almacenen otros 2 millones de kilos diarios para hacer frente a la demanda del verano, que es de 4 millones de kilos al día.

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Lo que sucedió el pasado verano es que la demanda se disparó hasta los 8 millones de kilos diarios y, sin casi hielos almacenados, sólo había capacidad para abastecer 2 millones de kilos al día, que es lo que se iba a produciendo. La temporada alta de los fabricantes de cubitos de hielo se da entre la primera y la tercera semana de septiembre de cada año, momento este último a partir del cual la demanda disminuye y la industria ya tiene capacidad de sobra para abastecerla.