Llega la Navidad y con ella muchos empleados recibirán una cesta de empresa, una tradición que, aunque ya habitual en España, cuenta con muchos detractores: hay trabajadores no están satisfechos con su regalo. Así lo desvelan desde la web de regalos de experiencia Aladinia, según la cual ocho de cada diez trabajadores no están contentos con su obsequio. Ante esta situación, cada vez son más las compañías que buscan regalos especiales, como los bonos o las cajas de experiencia.
Los usuarios de Aladinia, de hecho, al ser preguntados por su regalo preferido si recibieran un cheque de 100 euros, señalan experiencias como una escapada en un hotel con spa para dos (45 %), un spa con masaje y cena romántica (28 %), conducir un Ferrari en un circuito de competición (10 %), un pack de aventura que incluya puénting y rafting (10 %), ser piloto de avioneta por un día (4 %) o un curso de cocina con cena original incluida (3 %).
“Todos tenemos ya muchas cosas materiales”
“En Aladinia.com ya notamos el año pasado, y la tendencia continúa, un aumento espectacular de las empresas que solicitan regalar a sus empleados estos bonos para que los empleen en la experiencia que quieran, ya sea un día de aventura, una sesión de spa, o una cena romántica”, declara Joaquim Esteve, fundador de la web.
Por su parte, aunque consideran que “habrá gente a la que le gusta más la cesta y otros que prefieran una experiencia”, desde Emocionday admiten que “quizá utilizamos mucho ahora los bonos y experiencias porque todos tenemos de todo, muchas cosas materiales”. “Es una manera de regalar algo diferente, es muy especial regalar algo así y que te lo regalen”, expresa Ana Coll Vázquez, socia cofundadora de esta plataforma.
Aumento de la demanda desde julio
Coll coincide en que la demanda de estos productos ha aumentado. “Sobre todo después de haber estado confinados. Hemos notado una subida importante desde julio de 2021. Ahora estamos más o menos como hace dos años, y quizá haya un poco más de interés del consumidor”, valora. Dicho interés se sitúa en esta época en las experiencias en la nieve, como “pasear en trineo o conducir una moto de nieve, pero también se regalan bonos para masajes, spa y circuitos termales, porque apetecen cuando hace frío. Y también ofrecemos spas de cerveza”, explica Coll.
Además de estas actividades, en Emocionday dan la posibilidad al consumidor de conducir un Ferrari, experiencia que va “desde los 49 euros y puede llegar a superar los 3.000 euros”, o tirarse en paracaídas, otra opción cuyo éxito a lo largo del año “es increíble”. “Me sorprende que haya tanta gente que quiera hacerlo. Es bastante caro pero la gente dice que merece la pena”, reconoce la cofundadora de esta página, que también recomienda el túnel de viento “para los menos atrevidos” o el paseo en globo, “que tampoco es barato, está desde 150 euros, pero es superplacentero”.
Las empresas buscan fidelizar a sus trabajadores
Desde Bigbox también han observado cómo “la demanda general de experiencias no ha hecho sino crecer de forma muy acelerada en los últimos meses”, lo que asocian “al deseo por viajar y vivir experiencias después de la pandemia”. “Tras la pandemia, los usuarios quieren vivir experiencias que se conviertan en recuerdos inolvidables. El consumidor se ha dado cuenta de que ha llegado el momento de acumular menos y vivir más”, apunta Gastón Parisier, director de Bigbox.
Parisier, quien apuesta por “proponer las experiencias como alternativas a las cestas, viajar, salir y descubrir” sostiene que las compañías, con estos regalos, tratan de “fidelizar y motivar a sus equipos más que nunca en un mundo en el que la retención de talento es uno de los mayores desafíos”. “Por eso vemos un incremento en su presupuesto para regalos”, afirma. En su caso, Bigbox duplicó la venta de experiencias a corporaciones “un 40 % con respecto a 2019” y creció “un 250 % el año pasado”, según especifica su director. “El gerente de recursos humanos hoy considera más valioso regalar experiencias para vivir que cosas materiales, sobre todo en el caso de los empleados millenials. Estamos entrando en la era de las experiencias como nunca antes”, concluye.