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El hachazo de algunos electricistas de urgencia si te quedas sin luz por la noche

El plus por desplazamiento y por nocturnidad puede inflar las facturas en cientos de euros

Juan Manuel Del Olmo

Un electricista frente a unos cables / PIXABAY

Las facturas que cobran los electricistas, al igual que las de otros profesionales como fontaneros o mecánicos, pueden variar mucho según las circunstancias. Al no haber precios regulados y tratarse de un mercado libre, algunos  pueden llegar a aprovecharse. En concreto, el hachazo de ciertos electricistas de urgencia llega a suponer cientos de euros de diferencia. Y es que el plus por nocturnidad puede conllevar grandes sustos.

En foros especializados, algunos clientes hablan directamente de timos. Lamentan que no se detallen los 50 euros extra que los profesionales cobrarán por desplazarse. La imagen puede ser descorazonadora: un domingo, hora de la cena, y en invierno. Un piso se queda de repente sin luz y el inquilino, que necesita poner la calefacción, no consigue volver a subir los plomos. En esa desesperación, por otro lado, hay quien puede encontrar una mina de oro.

Hasta 500 euros por un electricista de urgencia

Cuando Pedro M. se quedó sin electricidad en su piso, no imaginaba que tendría que rascarse tanto el bolsillo. “Yo vivo de alquiler en un estudio de Barcelona, y en la comunidad estaban haciendo reformas”, cuenta este afectado a Consumidor Global. “En un momento dado me quedé sin luz, pero yo necesitaba internet para seguir trabajando”, explica. Por eso, llamó a un electricista de urgencia. Eran las 21:30 horas.

Extracto de la factura de Pedro M. / CG
 

“El problema resultó ser un cortocircuito, y me cobraron casi 500 euros”, explica. El desglose de la factura es revelador: 40 euros por el desplazamiento, otros 40 por nocturnidad, 50 más por ser un servicio urgente y 130 euros sólo por el diagnóstico. Después, hallar el problema y solucionarlo son 150 euros más. 

Cuándo se considera un coste excesivo

Manuel Cabrera, director técnico de la Asociación Profesional de Instaladores Eléctricos y de Telecomunicaciones de Madrid (Apiem), detalla  que lo más aconsejable es pedir presupuesto antes de que el trabajador realice la reparación. “En el mismo momento de llamar se debe preguntar cuánto puede costar para que luego no haya sorpresas”, señala. Asimismo, Cabrera considera imprescindible que el electricista emita una factura “que, además, tiene que tener el IVA”. De este modo, se podrá reclamar si es necesario.

En cuanto a los precios, el experto expone que dependerá siempre del tipo de avería (“no es lo mismo que se haya quemado un contador o que se hayan bajado los plomos y no se puedan subir”), del material y del tiempo. Según Cabrera, alrededor de 90 euros por hora es una tarifa razonable, por lo que, si se va la luz un sábado a las 23h, el arreglo podría salir por unos 150 o 200. En cuanto al máximo, Cabrera dice que cobrar 300 ya sería pasarse. “Es una barbaridad”, opina, a no ser que el trabajador haya tenido que desplazarse “50 o 60 kilómetros”.

Cables de una instalación eléctrica / PEXELS

Buscar y comparar antes de llamar

Por otra parte, el director técnico de Apiem apunta que el plus de nocturnidad existe en otros muchos servicios y, al no estar regulado, la horquilla del mismo también puede ser ancha.

Si una persona está en casa y de repente se queda sin luz, Cabrera aconseja pensar antes de actuar. “Quizá no te vayas a poner a comparar si es una urgencia muy grande, pero en Apiem tenemos un registro de los 400 instaladores que están dentro de la asociación, y ahí puedes buscarlos y ver cuál tienes más cerca”, detalla.

Abusar del desconocimiento de los consumidores 

Ismael trabaja como autónomo en PinoLuz, una empresa sevillana. “No hay precios fijos estipulados, y cada uno cobra por su trabajo lo que considera. Pero sí hay personas que pueden abusar del desconocimiento del cliente”, reconoce a este medio. Además, según cuenta, también se da el caso de empresas muy bien posicionadas en Google (que aparecen las primeras tras una búsqueda, para que los clientes se decanten por ellas), que después subcontratan a otros electricistas. Así, en el mundillo existen, según Ismael, “tejemanejes” y “engañabobos”.

Un trabajador revisa unos enchufes / PEXELS

De día, PinoLuz cobra 19 euros por desplazamiento. De noche, puede “subir bastante”. El electricista explica que la factura de un ‘sin-luz’, como se denomina en el gremio a acudir a un piso en el que se ha ido la electricidad y sustituir el fusible, puede estar entre los 200 y los 300 euros. A partir de esa barrera, lo considera “excesivo”.

Mejor acudir a alguien de confianza

“También varía en función de la distancia del desplazamiento, y es cierto que puede haber abusos, pero el cliente busca soluciones rápidas y también tiene que entender que la gasolina cuesta dinero, las piezas cuestan dinero y el tiempo es dinero”, relata Ismael. 

Edison Nogueira trabaja como instalador en Valencia y también estima que 300 euros por un servicio de este tipo es “demasiado”. A él le llegan las llamadas a través de Milanuncios y, tal y como detalla a Consumidor Global, el problema puede ser tanto el técnico que se aprovecha como los clientes que lo quieren “todo rápido y todo para ya”. Según Nogueira, que suele hacer instalaciones completas más que averías, para huir de  “personas deshonestas” lo mejor es  “llamar a teléfonos de confianza, a gente que ya esté contrastada por amigos o familiares”.

Un joven teletrabaja desde su casa / PEXELS

El cobro por piezas “que ya valen más de 100 euros”

César trabaja en Luceva Instalaciones, una empresa que presta servicio en Madrid. Este profesional explica que el coste varía mucho según la intervención. Para la mínima (es decir, aquella en la que no se sustituyen piezas), ellos cobran 30 euros por la primera hora. Si ese arreglo se lleva a cabo entre las 19:00 y las 8:00 horas, la tarifa asciende a los 50. Pero una cosa es un pequeño arreglo y otra un cambio sustancial. “Si tienes una instalación trifásica y tienes que cambiar el automático, la pieza ya vale más de 100 euros”, explica.

Con todo, admite también que se dan casos en los que la gente se aprovecha. En Madrid, cuenta, hay ciertos profesionales que cobran 120 por un servicio que podría costar la mitad. “Si llama alguien que está apurado, que vive con su madre anciana y no puede estar sin calefacción, o con niños… Ahí sí hay gente que se puede beneficiar e inflar el precio”, expresa.

Una persona corta unos cables / PIXABAY

Libertad total para fijar precios

David García también trabaja en Madrid y publicita sus servicios en Milanuncios. Prefiere no hablar de precios exactos, pero concede que si la diferencia entre lo que se cobra de día y lo que se cobra de noche supera el 50 %, la tarifa es excesiva.

No obstante, revela que algunos electricistas “ajustan” los precios según consideran: “No es lo mismo hacer un trabajo en casa de una señora mayor, pensionista, que ves que tiene un piso pequeño, que llegar a una casa grande del barrio de Salamanca”, opina, dando a entender que la libertad de estos trabajadores para afinar el tiro es total.