“Se veían todos los sábados y domingos, y más a menudo si había una fiesta. Cuando hacía buen tiempo, Bill y Linda iban a casa de Jerry, y asaban perritos calientes en la barbacoa, mientras dejaban a los niños en la piscina portátil que Jerry había conseguido por cuatro perras --al igual que tantas otras cosas-- en el centro comercial donde trabajaba”. Es un extracto de Tell the Women We’re Going, un relato de Raymond Carver en el que, con unas pocas frases, el escritor logra dibujar el ambiente de esa escena estadounidense tan típica. Casi podemos oler la carne asada y ver a los críos pasando por delante de un adosado con la bici. La barbacoa es más que un utensilio, forma parte de la mitología norteamericana del suburbio feliz: familia, reunión y propiedad privada.
Su practicidad y el gran sabor que logra dar a la comida han permitido que se popularice en todo el mundo. También aquí: la compañía norteamericana Weber señala que en uno de cada cuatro hogares españoles hay barbacoa. Es una cifra elevada para un país que presume de dieta mediterránea, aunque la versatilidad de las parrillas está aumentando. Ya lo decía Georgie Dann: cómo nos gusta.
Un ritual para los hombres
El hecho de que en un 25 % de los hogares españoles haya barbacoa pone de manifiesto que mucha gente tiene el privilegio de poder cocinar en una terraza o en un jardín al aire libre. Para un país en el que el 65 % de la población vive en pisos, no está nada mal. Este auge, señalan desde Weber a Consumidor Global, tiene que ver con los cambios de hábitos impulsados por la pandemia: el aire libre es trendy. Asimismo, la compañía norteamericana sostiene que en España el buen tiempo permite que cocinemos en este formato cualquiera de nuestras clásicas comidas: “Una paella valenciana, un espeto andaluz o un txuletón vasco”. Asimismo, Weber concreta que las comunidades autónomas con más grillers son las del área mediterránea: Andalucía, Cataluña y la Comunidad Valenciana suman más de la mitad de los fans de la barbacoa españoles (54 %). Les sigue la Comunidad de Madrid, con un 20 %, y cierran el top regiones del norte como el País Vasco, Navarra y Cantabria.
La barbacoa es mucho más que un electrodoméstico. Tiene un halo, una narrativa. Para empezar, por su carácter social: permite invitar a familiares y amigos para pasar una buena jornada, así que encenderla es sinónimo de reunión. Y a la hora de hacerlo, la estrella es el carbón vegetal (lo prefieren un 68 %), por delante del gas, gracias al sabor y los aromas que proporciona. Tal y como explican desde Weber, “los hombres disfrutan de la experiencia y habitualmente la toman como una especie de ritual”. ¿Hay ritual más ancestral que hacer vida en torno a un fuego? Los hombres son los que se encargan mayoritariamente de la barbacoa (60 %), aunque, según la compañía estadounidense, “la brecha se está reduciendo”, y en el 30 % de los casos son las mujeres las que cocinan con este método.
¿Un chuletón imbatible?
Según cuentan desde Weber, los hombres prefieren cocinar carne y las mujeres verduras, pescado y marisco. A la luz de estos datos, no parece que España vaya a reducir drásticamente el consumo de carne, algo que muchos expertos juzgan necesario si queremos evitar el colapso climático. Sobre esta reducción, las palabras de Alberto Garzón caldearon bastante al sector cárnico, y la réplica de Pedro Sánchez fue hilarante: “A mí, donde me pongan un chuletón al punto... Eso es imbatible”. Algo de razón tenía, para bien o para mal. Claro que en la barbacoa también se pueden preparar unas verduras sabrosísimas, pero no es la norma.
Desde Weber rechazan el tópico de carnívoros y señalan que la firma no fomenta ningún tipo de alimentación en particular. “Weber diseña y fabrica barbacoas de máxima calidad, para ayudar a familias y amigos a disfrutar de recetas deliciosas y variadas cada día”, relatan. Aún más, precisan que uno de sus objetivos es “impulsar la cultura de la barbacoa como una manera alternativa para cocinar cualquier comida, ya sea carne, pescado, verduras, legumbres o arroces, pastas o pizzas” y que hay una gran variedad de opciones por descubrir, incluso veggies. “Siempre abogamos por una alimentación sana, la cual no tiene por qué ser cárnica”, concluyen.
“No existe una normativa estándar”
Ahora bien, ¿cualquier vecino puede grillear en su terraza? Hay debate al respecto. En principio es legal, pero es necesario cierto consenso entre los vecinos. La jurisprudencia muestra que es fácil bajarle los humos al usuario de una barbacoa si se excede. Hay que tener en cuenta los olores y el humo generados, así como el tamaño y la ubicación de la terraza (no es lo mismo un espacio extenso y aislado que un balcón de una calle estrecha, con viviendas a pocos metros) o la potencia de la propia barbacoa.
A nivel nacional, para echar mano del único texto legal hay que remontarse a la Ley de Propiedad Horizontal, de 1960. Una legislación que, además, es bastante imprecisa. Los expertos apelan al sentido común y recuerdan que unas pocas chispas pueden provocar problemas. Por su parte, desde Weber explican que, según la información que ellos controlan, “no existe una normativa estándar como tal, así que es cada comunidad de vecinos la que establece estas normas internas”. Subrayan que Weber cuenta con barbacoas eléctricas, “que están catalogadas como electrodomésticos, y que son ideales para utilizar, por ejemplo, en un balcón de un piso en plena ciudad, sin producir molestias a los vecinos”. Disfrutar, pero sin echar leña al fuego.