“Hay que visibilizar mucho más los genitales femeninos reales. Con pelo, con labios que cuelgan uno más que el otro, con miles de formas, con el clítoris más largo, más corto, más escondido, más arrugado, etc.”, comienza la psicóloga, sexóloga y terapeuta de parejas Montse Iserte. Los miedos, las inseguridades y el tabú a la hora de hablar de este tema ha generado que un amplio número de mujeres no se sientan cómodas con su zona íntima. La presión de la perfección ha sumado otra carga para el sector femenino: la ginecología estética y regenerativa.
La vejez natural de la mujer ve, de nuevo, su camino truncado. Esta subespecialidad de la ginecología consiste en aplicar diversos tratamientos médicos y quirúrgicos para restablecer el aspecto físico y la funcionalidad de la vagina, la zona vulvar y el suelo pélvico. Uno de los tratamientos más demandados es la labioplastia --también llamada ninfoplastia, vulvoplastia o ninfectomía–, una intervención quirúrgica que busca disminuir el tamaño de los labios vaginales. Normalmente consiste en reducir los labios menores.“Es un tratamiento a nivel estético aunque también te lo van a vender como un tratamiento funcional”, matiza Iserte.
Aumento de los labios
Por otro lado, está también el aumento de labios mayores, que se puede realizar de dos maneras: inyectando ácido hialurónico o inyectando grasa del propio cuerpo. “Si inyectamos ácido hialurónico se requiere de una anestesia local y sus efectos no suelen persistir más de un año”, explica a Consumidor Global Iserte. Es una intervención que dura aproximadamente 20 minutos, no requiere de ingreso hospitalario y cuesta entre 400 y 500 euros. “Durante una o dos semanas tras la cirugía es mejor evitar mantener relaciones sexuales, hacer deporte, baños prolongados, llevar ropa ajustada y pueden haber molestias ligeras”, aconseja la sexóloga.
La otra manera es rellenarlos con grasa extraída del propio cuerpo de la paciente. “En este caso sí que se requiere de una anestesia con sedación o con epidural, atendiendo los riesgos que siempre estas cirugías pueden conllevar”, comenta la experta. “Aunque la mayoría de personas lo hacen con finalidad estética para intentar rejuvenecer los genitales, sí que es cierto que puede tener una finalidad a nivel práctico y es que tener labios externos más gruesos ayuda a absorber los impactos de unas relaciones sexuales y a proteger la entrada de la vagina de algún tipo de infección”, reconoce Iserte.
Visibilizar la vagina real de una mujer adulta
“Desde que nacemos, ya estamos rendidas a las estética. Muchísimas familias nos marcan con los agujeros en las orejas para embellecernos. Arrastramos la presión a lo largo de nuestra vida, y ahora también tenemos la carga para nuestra vagina”, señala la sexóloga. “Esta necesidad está ligada, en parte, con la apariencia perfecta de las actrices porno. La mayoría están operadas a nivel genital. Muchas se han recortado los labios menores. Hay blanqueamiento genital, hay depilación... Quieren la apariencia de una vulva infantil, gordita, sin labios que resalten, blanquitas y sin pelos”, estalla Iserte.
Por ello, la experta anima a visibilizar mucho más los genitales femeninos reales de mujeres adultas. “Es escandaloso, nos debería dar vergüenza erotizar nuestros genitales como si tuviéramos genitales infantiles”, comenta haciendo hincapié en esa visibilización para reconciliarnos con nuestra vagina. “Hace falta ver genitales de mujeres adultas de todas las edades y ver cómo estos también se van transformando, que no es lo mismo cuando tienes 10 años, que cuando tienes 20, que cuando tienes 40 o que cuando tienes 80”, subraya la experta.
¿Es sólo estético?
Por su parte, el director médico y ginecólogo del centro CIAGO José Martínez añade que esta nueva especialidad en la ginecología trata de devolver a la mujer al suelo pélvico, a la mucosa vaginal, a la vulva, el aspecto y las características que tenía cuando era más joven o tras haber tenido traumatismo como el de un parto, en el que puede haber lesiones musculares.
“Tras un parto, puede haber desgarros importantes y que haya que regenerar, recuperar, trabajar la hemopulatura, incluso puede que se requiera cirugía para recolocar estructuras en sus sitios y dejar el aparato genital en condiciones para poder tener una vida sexual y reproductiva normal”, explica. No obstante, Martínez reconoce que hay muchas jóvenes que se hacen tratamientos porque no están conformes con sus genitales. “Lo pueden hacer únicamente por estética, igual que hay quien se opera la nariz por estética”, añade el ginecólogo a Consumidor Global.
¿Cuáles son los riesgos?
“Todas las cirugías tienen sus riesgos. El riesgo de sangrado existe y también puede haber infecciones. Además hay que ser conscientes de las complicaciones en la cicatrización”, resalta Martínez. “Por eso hay que valorar muy bien cada caso y la técnica quirúrgica a emplear en cada paciente, dependiendo de sus características y los riesgos que puede presentar”, agrega.
Rellenar de una manera u otra los labios no deja de ser un procedimiento médico y aunque resulte bastante seguro no está ausente de riesgo. Al final toda intervención quirúrgica conlleva cierto grado de riesgo y es por ello que es muy importante que lo aplique un especialista, que el producto sea bueno y mirar la que la persona que se va a intervenir también esté en las condiciones óptimas para realizar este procedimiento y no presente ningún problema como que no esté coagulando adecuadamente antes de pasar por esta cirugía.
¿Y los hombres?
“Sí, es cierto que la mayoría de los tratamientos estéticos recaen en la mujer, aunque también cada vez, en vez de disminuir esa presión para las mujeres, parece que está aumentando también hacia los hombres”, destaca el doctor. “Hay tratamientos estéticos para todo el mundo y obviamente también para hombres. Por ejemplo hay tratamientos para problemas de dificultad en la penetración por aumento de la curvatura, lo que se llama enfermedad de Peyronie. Se puede reducir esa curvatura con corte en cuña en la zona externa de la curvatura”, ejemplifica Martínez.
Además, el experto también informa de hombres que desean aumentar el volumen de su pene rellenándolo con ácido hialurónico. “Hay muchas técnicas. Por norma general, los hombres miramos un poquito menos la estética, aunque cada vez la miramos más”, concluye Martínez.