Inglaterra es la cuna del fútbol y, de algún modo, el guardián de sus esencias. Eso significa que existe una tradición sólida en cada ciudad que no se da en otros lugares. En un deporte en el que el dinero hace posible cambiar el nombre de los estadios, la forma de la camiseta y hasta el escudo; muchos aficionados han visto con desagrado cómo ha subido el precio de sus abonos para la temporada 2022/2023. Pero, en general, ¿dónde es más caro ver el fútbol en directo? Ir a un partido en España cuesta más que en Inglaterra y menos que en Alemania.
Normalmente, el coste de una cerveza o de un café varía en función de la renta media de cada lugar: no es lo mismo Zúrich que Castellón. No obstante, con el deporte rey no ocurre lo mismo.
Las entradas en Alemania son más baratas que en España
Adrián Núñez Corte es portavoz de la Federación de Accionistas y Socios del Fútbol Español (FASFE) para asuntos de grada. Este experto cree que, de media, el coste de las entradas en LaLiga “puede estar a la par con Inglaterra, pero la diferencia con respecto a Alemania es enorme”. Además, apunta que en el país germano el nivel de vida es muy superior, y aun así los billetes son mucho más baratos. “Allí es posible encontrar tickets en grada desde 10 o 12 euros para ver los partidos. En cambio, en Primera División española es difícil encontrar algo por menos de 20-25”, señala.
En Inglaterra, las entradas para los aficionados locales pueden ser costosas, pero no para los visitantes: existe un acuerdo al que llegaron todos los clubes de la Premier que fija un precio máximo de 30 libras para estos tickets. La idea es facilitar que el aficionado se desplace para ver a su equipo jugar fuera. Tal sistema no existe en España. Núñez reconoce que siente “cierta envidia” ante esta fórmula. “Creo que la cuestión de las entradas visitantes es uno de los grandes problemas que encontramos aquí porque en ocasiones se usa el precio con cierta arbitrariedad. No sabemos muy bien cuánto va a costar hasta el final, o si un club va a querer inflarlo para un partido concreto. Regularlo daría seguridad y certidumbre”, arguye Núñez.
Pagar 10 euros más por un partido del City que del Getafe
Una de las quejas más comunes entre los aficionados es que, si no se sacan con antelación los tickets, ni siquiera un partido random resulta económico. Es lo que denunció el usuario Santiago González en redes: “Getafe-Celta. Entre el último clasificado y el decimosexto. Las entradas más baratas 40 euros. Luego decimos que si se está perdiendo interés en el fútbol”. A día de hoy, es posible pagar 43 libras (50 euros) para disfrutar del Manchester City – Crystal Palace que se disputará el 27 de agosto.
Mientras, conseguir el dato de cuánto cuesta, de media, una entrada para acudir a los estadios de Primera División es una tarea casi imposible por la enorme variabilidad de cada club y cada encuentro. Pero si se miran los abonos, el aficionado se puede hacer una idea aproximada. En este medio hemos preguntado por ello a LaLiga, desde donde señalan que esos datos “los tienen directamente los clubes”, y remiten a ellos. Algunos equipos detallan las tarifas de sus abonos en su página web, mientras que otros, más herméticos, no las muestran.
300 euros de diferencia entre el Liverpool y el Real Madrid
Los precios del abono del Atlético de Madrid para ver la liga en el Metropolitano van desde los 255 euros hasta los 1.270, y la media en el club es de 594 euros. Su rival de la capital, el Real Madrid, tiene una horquilla de tarifas que va desde los 266 hasta más de 2.000, con una media de 858 euros. El Sevilla, cuarto clasificado la temporada anterior, ha subido el importe de sus abonos, y para la 22/23 el valor medio es de 563 euros. En cambio, el FC Barcelona no detalla en su web cuánto cuestan. No obstante, cabe imaginar que el coste será similar al del Real Madrid.
En Consumidor Global hemos sacado la calculadora tras rastrear las webs de los cuatro clubes ingleses que quedaron en lo más alto de la tabla la temporada pasada. Así, tras sumar tarifas y hacer medias, podemos saber que el precio medio de los diferentes abonos del Manchester City es de 656 libras, es decir, 776 euros (más barato que el Real Madrid). En el caso del Liverpool, la cifra desciende hasta las 481 libras (unos 568 euros). Completa el podio el Chelsea, cuyo abono para Stamford Bridge cuesta, de media, 536 libras (633 euros). Y, por último, en la web del Tottenham no es posible consultar estas cifras.
El Tottenham, con el abono más prohibitivo de Inglaterra
No obstante, según han publicado diferentes medios británicos, como The Atlantic, el Tottenham (club del norte de Londres) tiene el season ticket más caro de toda la Premier, con un coste de 2.025 libras (2.394 euros, más caro que el abono más exclusivo del Real Madrid). Además, su opción más barata no baja de las 800 libras. El Arsenal, que la temporada pasada quedó quinto, también tiene tarifas altas, muchísimo más caros que el Betis (que conquistó la quinta posición en LaLiga).
Luis Carlos Sánchez es profesor de la Universidad Oviedo y experto en Economía y negocios alrededor del deporte. Sánchez corrobora que, en España, para ver un partido de liga hay que rascarse más el bolsillo que en Alemania e Italia. Sobre el país transalpino, apunta que existen equipos muy pequeños, con poca entidad a pesar de ser históricos, donde los tickets son baratos.
El fútbol en España “es costoso para lo que ofrece”
Lo cierto es que el abono más barato para el Napoli, el tercer clasificado la temporada pasada en la liga italiana, sí tiene tarifas populares, y es posible hacerse con uno (en la zona con peor visibilidad del estadio) por menos de 100 euros. De media, los abonos napolitanos cuestan 421 euros, y sólo existen cuatro que superen los 700. En cambio, la media de los del AC Milan, actual campeón, se disparan hasta los casi 900 (un dato que se explica porque hay tres modalidades realmente exclusivas, con pocas butacas, pero por encima de los 2.000). En el Atalanta, que la temporada pasada quedó octava, se puede comprar un abono desde 180 euros.
No obstante, Sánchez cree que en el país de Beckham, los Beatles e Isabel II las entradas en general (es decir, las que saca un aficionado de una semana para otra sin promociones ni suscripciones) sí son más caras que en España. “Existen muchas diferencias a nivel geográfico, social y económico. Además, no es lo mismo viajar al área de Londres que ir de Bilbao a Sevilla”, apostilla, en alusión a que los trayectos en la isla no son tan largos. Por otra parte, cree que el deporte rey en España, a grandes rasgos, “es costoso para lo que ofrece”, y que un equipo como el Cádiz o el Levante hace bajar mucho el precio medio de LaLiga.
La importancia del arraigo
Para un economista, la pregunta de si un precio es elevado se respondería en función de la oferta y la demanda. “Pero, pensemos: en Inglaterra las entradas no son las más baratas, y los estadios se llenan. En Italia los estadios no se llenan, y los tickets no son caros. En cambio, en Alemania son baratas y se llenan, y, por último, en España son caras y no se llenan”, enumera Sánchez.
Daniel García es un joven economista experto en gestión deportiva, y cuenta a este medio que “cada año hay debate sobre si se deben subir los abonos”, pero él cree que, en general, “en España hay precios competitivos. Si por 20 partidos pagas 450 euros, está bien. No nos podemos comparar con Reino Unido, donde hay mucho más arraigo con clubes y entidades, sino con Italia”, argumenta.
Un modo de financiar los equipos
García cree que las grietas están en los partidos de visitante. “Es complicado, porque en España el precio de la afición visitante va unido al lugar en el que se coloque, y lo ideal sería regularlo”, afirma. Bajo su punto de vista, lo que debería estimularse es que el aficionado acuda al campo. “Y no se trata sólo de sentarte, contemplar un deporte durante dos horas y marcharte, sino de potenciar el espectáculo, con algo especial al descanso”, propone.
Julio del Corral es Catedrático de Economía en la UCLM, y aporta la nota discordante. “Ver el fútbol es un bien como puede ser ir al teatro, y en el teatro, para ver un espectáculo de cierta calidad, las entradas no son baratas”, expone. Bajo su punto de vista, el problema es que mucha gente “se ha acostumbrado a lo gratis” o a pagar poco. “Si queremos tener buenos equipos, de alguna manera hay que financiarlos”, afirma.