A partir de abril habrá nuevos cambios en la factura de la luz, con el objetivo de informar de una forma más clara al consumidor sobre el origen de la energía que usa la comercializadora con la que tenga contratado el servicio, sus emisiones de CO2 y los residuos radioactivos que genera.
Aunque el modelo será el mismo, cada compañía lo rellenará de forma individualizada, y el diseño será más fácil de leer. En él se reducirá el número de diagramas, quedando uno único sectorial en el que se mostrarán los porcentajes que se le han suministrado al usuario de cada fuente de energía en 2021. En una hipotética factura se podrá mostrar que el 43 % de la energía consumida procede de fuentes renovables, el 6 % de carbón y el 1,7 % de fuel o gas, por ejemplo. El informe seguirá incorporando una tabla en la que se compara el mix de la comercializadora con el de generación nacional.
La factura de la luz incluirá un nuevo etiquetado para medir el impacto en el planeta
En cuanto al impacto medioambiental, se seguirá influyendo la etiqueta energética con una escala de A (mínimo impacto) a G (máximo). Pero el diseño será más sencillo, con un certificado similar al que se muestra en los electrodomésticos. Además, se comparará con la media nacional.
La mayor diferencia vendrá en las unidades en las que se presentarán las emisiones de dióxido de carbono y residuos radioactivos: a partir de ahora el consumidor verá este concepto expresado en números enteros, para que sea más legible.
Más información
En la nueva factura se incluirá también un enlace a la página web de la Comisión Nacional de Mercados y Competencia (CNMC), donde se podrán ver la normativa y los trámites relacionados con las garantías de origen de la electricidad y su etiquetado.
Estas medidas pretenden que el consumidor obtenga una información más clara sobre las fuentes de energía que consume.