El champagne nació en agosto de 1693, de manera fortuita, en las bodegas Dom Perignon. Lo que nadie podía imaginar por aquel entonces es que a este vino espumoso le saldrían, incluso, imitadores sin alcohol y con sabor a zumo de manzana.
Sí, hablamos de Pinky.“La bebida para las fiestas de los niños”. Ese sustituto del champán para los más pequeños que, si naciste en los ochenta o noventa, seguro que alguna vez, en cualquier supermercado, le pediste a tu padre o a tu madre que comprase una botella. Un producto que después, al llegar a casa, descorcharla en una ocasión especial y servirla en una copa de champán, te hacía sentir mayor. Han pasado los años y su recuerdo sigue arrancando una sonrisa a todos los que maduraron con ella. Pero ¿qué fue de Pinky?
Pinky en 2023
Aunque ha perdido presencia en los lineales de los supermercados, los consumidores todavía pueden encontrar la botella verde, al estilo de las de cava o champán, con el nombre y el muñeco Pinky en la parte frontal, en Amazon (4,35 euros) y en establecimientos como Eroski o Condis (3,95 euros).
En otras cadenas de distribución, como Alcampo, está agotado desde hace tiempo y no parece que vayan a reponerlo... ¿Qué futuro le espera? ¿Volverá a presidir Pinky la mesa de los más pequeños en Navidad?
El champán para niños
El producto sigue siendo la misma bebida sin alcohol y con sabor a zumo de manzana que era entonces. De hecho, sus tres principales ingredientes son agua carbonatada, jarabe de glucosa y zumo de manzana concentrado.
“Lo compramos como sustitutivo del champagne o cava para los niños”, asegura un consumidor en Amazon. “En casa comenzamos comprando este tipo de bebidas carbonatadas que simulan champán o sidra para cuando venían niños o personas que no podían tomar alcohol... ¡y acabamos bebiéndola nosotros mismos! La verdad es que está muy rica”, apunta otro sobre Pinky.