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La foto que hará que jamás vuelvas a usar un secamanos
La combinación de aire y humedad provoca la proliferación de bacterias, que pueden acabar en las manos justo después de limpiarlas
En los baños de cafeterías, restaurantes o bibliotecas suele haber dos opciones para secarse las manos: el papel de toda la vida o un secamanos, un aparato que, a través de una fuerte corriente de aire, evapora el agua de dedos y muñecas. Estos dispositivos resultan rápidos y prácticos, pero esconden un secreto: una ingente cantidad de bacterias que pueden acabar en las manos de la persona que se las acaba de limpiar.
Así lo ha explicado Enséñame La Ciencia, una web dedicada a la divulgación científica, de medicina, salud y curiosidades. Tal y como indican en sus cuentas de Facebook y Twitter, “se pueden lavar las manos las veces que quieran, pero si se secan en estos aparatos se ensuciarán nuevamente”. Y es que, como se detalla en el post, la humedad de los baños provoca que los filtros del secamanos se conviertan en “cultivos para bacterias, que pueden ser patógenas o no”.
Es más seguro utilizar papel o toallitas
Si dichos filtros se cambiasen con frecuencia, no habría problemas, pero eso no suele suceder. Muchos usuarios de Twitter han manifestado su sorpresa tras ver el desagradable aspecto de un cultivo microbiano del aire procedente de un secamanos de un baño público. Comentarios como "no me vuelvo a secar las manos en un baño público” o “prefiero secarme con la ropa” han sido las reacciones más comunes.
Lo cierto es que la propagación de bacterias en estos dispositivos es un tema controvertido y estudiado. En 2018, el profesor Mark Wilcox, microbiólogo de Leeds Teaching Hospitals, presentó un estudio en el que afirmaba que las toallitas de papel eran mucho más seguras que los secadores de aire, y que, por tanto, su uso era especialmente recomendable en espacios de riesgo como los hospitales.
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