Los precios a debate
Los precios de las entradas oscilan entre los 78 y los 221 euros, sin incluir las zonas VIP. Se quedan entre los 39 y los 59 euros los precios para las zonas con visibilidad reducida de ambos equipos. Cada uno dispondrá de unas 20.500 entradas, mientras que la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) se reserva las 10.000 restantes.
Se trata de unas cifras que generan polémica entre los seguidores del deporte. Fuentes de la Federación aseguran a Consumidor Global que son precios razonables. En cambio, para Adrián Núñez Corte, coordinador de la red de cultura de la FASFE (Federación de Accionistas y Socios del Fútbol Español), "los precios están hinchadisimos", tal y como manifiesta a este medio.
Precios "vergonzosos y abusivos"
Cuando el Atlético Osasuna publicó los precios para las entradas de la final de la Copa del Rey, el enfado de la afición no se hizo tardar. Así lo demuestran las múltiples quejas que circulan por internet. Las Rojillas del Sadar tachan de "abusivo" el precio de las entradas, en declaraciones a Consumidor Global. Unos precios a los que "hay que sumar desplazamiento, más alojamiento", recuerda la peña. La asociación 9 de julio afirma a este medio que los precios les parecen "vergonzosos". "Lo que debería ser una fiesta del fútbol y favorecer al aficionado para que acuda, se ha convertido en un negocio redondo para algunos que todos sabemos", explican.
Del lado de los merengues parece ser que hay más opiniones a favor de los precios. "Opino que son baratas. Estamos ante un partido único", manifiesta un aficionado a Consumidor Global. "El fútbol de élite en otros países mantiene precios parecidos. Además, hay pocas entradas. Es lógico que una forma de limitar también la demanda sea a través del precio", matiza este aficionado.
Espectáculo previo
La RFEF es la encargada de fijar los precios para la final de la Copa del Rey, que contará con un espectáculo previo. La Federación considera que eso supone un valor añadido, aunque también reconoce que es posible que la afición no reclame este tipo de actuaciones.
A juicio de la periodista deportiva Ana López Vera los aficionados "no se sienten partícipes del espectáculo del fútbol en muchas ocasiones por el coste de las entradas". "El aficionado va a ir igualmente, aunque sean precios abusivos”, expresa Corte. “La gente paga porque va a vivir algo histórico. Se aprovechan de eso para subir los precios al máximo", zanja.
Un 30% más caras
"Las variaciones en los precios de las entradas de este año respecto al año anterior oscilan entre un 4% y 30% más respecto al año anterior", detalla la periodista deportiva. La final de la Copa del Rey del año pasado estuvo protagonizada por el Real Betis Balompié y el Valencia. Los aficionados pagaron la entrada más barata a 30 euros en las zonas de visibilidad reducida frente a los 39 euros que cuesta este año. La entrada más cara fue 212 euros frente a los 221 euros de esta final.
Fuentes de la Federación reconocen a este medio que el pasado año las entradas eran especialmente baratas e insisten en que se ha generado una sensación de que los tickets son caros. La FASFE ya trasladó a la RFEF su preocupación por el coste de las entradas, según relata el propio Corte: "Pedimos que vigilaran el tema de los precios. Pero visto lo visto, no hemos tenido éxito". "Creo que los clubes y la RFEF deberían llegar a un consenso para acordar la bajada del precio de las entradas más caras", sostiene la periodista López Vera.
Mucha gente dispuesta a pagarlo
"En España ver un partido de fútbol es muy caro", insiste la periodista. "El fútbol debe ser del aficionado, pero cada vez parece estar más lejos", añade. La RFEF defiende que las entradas para la Copa del Rey son más baratas que las de un partido en Champions o un partido que juegue el Real Madrid en su estadio.
Sin duda, el tema da para una gran diversidad de opiniones. De lo que no hay duda es de que es uno de los deportes que más seguidores arrastra en España. Una final de la Copa del Rey solo se vive una vez al año. Sin importar cuál sea el equipo, lo que está claro es que "hay muchos aficionados y muy pocas entradas, por lo que, a pesar de su alto coste, son muchos los que están dispuestos a pagar esos precios", zanja López Vera.