Siempre fue la galleta que se sirve junto al café. Así, sin más y sin nombre propio. Pero, lo cierto es que Lotus Biscoff ya ha conseguido ser mucho más que eso, además de apropiarse de la denominación genérica. Está de moda, es tendencia en redes y, en definitiva, la crème de la crème.
TikTok e Instagram están repletos de vídeos donde la galleta con sabor a caramelo se convierte en protagonista. Tartas de queso, helados, cruasanes, licores de supermercado y cualquier cosa que el consumidor imagine se puede hacer con Lotus. Hasta hamburguesas, para no dejar fuera a los amantes del salado.
El 'boom' de Lotus
Jan Boone, creador de la galleta en 1932, decidió llamarla Lotus haciendo referencia a la flor de loto. Un guiño a la planta que no tuvo éxito hasta que decidió envolver la pasta de forma individual en la década de los 50. Fue entonces cuando los bares empezaron a comprarla para servirla junto al café. En la actualidad, ya hay otros productos como cremas untables o helados de Lotus pero es la galleta clásica la que acapara todas las miradas (y paladares).
Jon García, pastelero y propietario de Joncake, hace una tarta de queso artesanal con Lotus desde 2021. La demanda no cesa. "Es fácil de identificar y lleva toda la vida con la gente. Visualmente es atractiva y creo que de ahí viene la moda", confiesa García a este medio.
¿Cuánto se ha encarecido?
Jon García relata que a mediados del 2022 notó que el precio de la galleta subió bastante. Haciendo un repaso por el histórico de costes, el encarecimiento comienza alrededor de ese año. Un incremento del 30% que ha coincidido con el contexto de inflación.
En Carrefour, comprar un pack de Lotus costaba 2,25 euros en marzo del 22. Una cifra que ascendió a los 2,89 euros en mayo del 2023. En 2024, este producto ya alcanza los 2,95 euros.
Otras subidas
Aunque la galleta Lotus ha subido su precio, aún se ha encarecido más los productos derivados de la marca belga. Es el caso, por ejemplo, de los helados de chocolate blanco con Lotus Biscoff.
Tomando como referencia una vez más a Carrefour, el dulce ha pasado de costar 3,65 euros en 2021 a 4,55 euros en enero de 2023. Otra subida la protagoniza la crema untable. Esta ha subido un 35%. Si en 2020 un cliente pagaba por ella 2,8 euros, ahora le cuesta 3,79 euros.
Predisposición del consumidor
La oleada de popularidad de Lotus justifica en buena parte esta subida de precios. Pero hay otras dos variables que permiten disparar los costes. La predisposición del consumidor a pagar más y el éxito en redes sociales. Dos factores que subraya a este medio Paco Lorente, consultor de marketing.
"En Instagram comer algo con Lotus y usar el hashtag Lotus implica un cierto estatus. Suena a glamuroso y basta que alguien lo ponga de moda para que tengamos la sensación de que hay que probar el producto y hablar de él", matiza a este periódico Francisco Torreblanca, consultor y profesor de estrategia e innovación. "Así que se puede jugar muchísimo con la variable precio", zanja.
Un caso curioso
Reactivar un producto clásico y anclado en el pasado es un reto. En el caso de Lotus es aún más curioso porque la galleta no ha modificado su sabor. "Simplemente se ha fundamentado en su marca y alguien ha decidido sacar la galleta de su contexto e introducirla en otras creaciones", explica Torreblanca.
El resultado no ha sido otro que el de la viralización. "Las generaciones jóvenes la tienen muy idealizada. Un producto con aire vintage que puede recordar a los abuelos", añade Lorente.
Morir de éxito
Estar en la cresta de la ola tiene muchas ventajas. Entre ellas, que la marca se puede permitir cobrar casi lo que quiera. "En este momento, una amplía mayoría del público lo pagaría", recalca Torreblanca. Aunque en el fondo, no es más que Crónica de una muerte anunciada. La fiebre por Lotus pasará y entonces llegará la estabilización de los precios, tal y como explica el consultor. No obstante, desde Lotus aseguran a este medio que la subida de precios de la galleta se ha debido al encarecimiento de las materias primas y no a su popularidad.
"El consumidor se satura y cambia de marca", asegura Lorente. "Los sabores tan característicos como es el caso de Lotus, son muchos más peligrosos porque si el consumidor se cansa, le dará la espalda", añade. Aunque la galleta Lotus se mantenga en el tiempo, morir de éxito podría ser el final para una galleta que casi lleva un siglo con nosotros. En cualquier caso, "todavía tenemos Lotus para unos cuantos meses", concluye Torreblanca.